Los
fondos rapaces o fondos buitres son especuladores que compran por
centavos deuda de países pobres en problemas con el propósito ilícito de
entablar procedimientos judiciales a su respecto para obtener sumas
considerablemente mayores, de hasta el 400% de lo que pagaron por ellas.
Qué deudas compran: deuda de países en situación de incumplimiento o cerca
de estarlo, o que se encuentran ya en procesos de reestructuración de
deudas o de rescate que comprenden cierta quita, o bien viejas deudas
sin ningún valor de mercado próximas a vencer o a ser canceladas en el
marco de programas de alivio de la deuda.
Cómo se hacen de esas deudas: cuando
un país tiene problemas económicos y se presume que éstos pueden
empeorar, sus bonos pierden valor en el mercado secundario y muchos
bonistas se asustan y corren a venderlos al precio que sea, y es allí
donde los fondos rapaces compran en masa. Si el país ya ha anunciado una
reestructuración salen a la búsqueda de bonistas con problemas de
liquidez, y recurren también a otros métodos u oportunidades, incluso
ilícitos, como más abajo se menciona.
Hay
algunos grupos internacionales que hacen campaña contra ellos, como
Jubilee Debt Campaign, y medios de prensa internacionales (BBC, The
Guardian) que les siguen la pista, advirtiendo sobre sus prácticas
deshonestas y contando quiénes son y cómo operan. La siguiente selección
de algunos de sus artículos ilustra con ejemplos concretos qué son los
fondos buitres:
BBC
Newsnight [i] - FG Hemisphere: Este fondo procura cobrar US$100
millones a Zaire (actualmente Congo) por una deuda comprada por US$3
millones.
Cuando
Newsnight le preguntó a Grossman sobre esta operación de su fondo
buitre, éste respondió: “No estoy mortificando al Congo. Busco cobrar
una deuda legítima”.
No
obstante, una investigación conjunta de la BBC Newsnight y The Guardian
ha establecido que la deuda en cuestión, que fue originalmente un
préstamo otorgado por Yugoslavia al Zaire 30 años atrás, fue ilegalmente
vendida al fondo de Grossman, FG Hemisphere.
La
policía bosnia mostró al equipo de Newsnight/Guardian un documento que
revela que FG Hemisphere pagó US$3,3 millones por el instrumento de
deuda, de los cuales más de medio millón fue aportado por otro operador
“buitre” que ayudó a armar el trato, Michael Sheehan, un americano que
se llama a sí mismo “Goldfinger”, como el villano de las películas de
James Bond.
Preguntado
por el reportero Greg Palast si le parecía justo embolsarse US$100
millones del Congo por una deuda que le costó US$3 millones, contestó:
“Sí, claro que sí”, pero negó haber pagado sólo US$3 millones.
BBC
Newsnight [ii] - Donegal International: Fondo que trató de cobrar a
Zambia US$55 millones por una deuda comprada por US$3 millones.
Michael
Sheehan (Donegal International) [el mismo mencionado en el caso
anterior] sacó provecho de los acuerdos de cancelación de la deuda del
tercer mundo. Compró por US$3 millones deuda de Zambia de la década de
los setenta, justo antes de que fuera cancelada y luego amenazó con
impedir toda actividad económica de Zambia presentando demandas contra
todo aquel que tuviera negocios con el país, a menos que éstos le
pagaran US55 millones – el equivalente del presupuesto de educación de
Zambia. Luego demandó a Zambia ante tribunales británicos y ganó US$15
millones.
BBC Newsnight: El Reino Unido impide que los ‘fondos buitres’ depreden a los países pobres [iii] (2010).
El
Parlamento británico votó la prohibición de los llamados “fondos
buitres” que sacan provecho de la deuda de países del tercer mundo.
La
ley entrará en vigor este año (2010) y una de sus primeras
consecuencias será impedir que un fondo cobre a Liberia £12 millones por
una deuda que data de 1978.
La ley se inspiró en una investigación de BBC Newsnight sobre los fondos buitres.
The Guardian[iv] (2011): Fondos buitres que persiguen cobrar £1.000 millones amenazan programas de alivio de la deuda.
El
Fondo Monetario Internacional advirtió este fin de semana que demandas
por alrededor de £1.000 millones planteadas por “fondos buitres” contra
los países más pobres del mundo amenazan los programas de cancelación de
deudas puestos en marcha por el Grupo de los Ocho en Gleneagles en
2005.
Quienes
hacen campaña contra los fondos buitres dicen que una mera declaración
del Fondo no basta: Sarah Williams, de Jubilee Debt Campaign, sostuvo
que “los países necesitan con urgencia asistencia y asesoramiento
jurídicos accesible” y que “es preciso cambiar la legislación, a nivel
nacional e internacional, para acabar con las operaciones de estos
fondos”.
Según
un informe del personal del FMI sobre los fondos buitres 11 de 24
países pobres considerados en el estudio manifestaron estar sometidos a
demandas por un total de US$1.800 millones (£900 millones) planteadas
por 46 acreedores. Sarah Williams dijo que “el problema es que esas
cifras seguirán aumentando, a menos que se adopten medidas urgentes”.
The Guardian [v] (2011) – Fondos buitres: ¿Cómo trabajan?
El
Banco Mundial estima que más un tercio de los países que han cumplido
los requisitos de sus respectivos programas de alivio de la deuda han
sido blanco de al menos 26 fondos buitres, que han recibido hasta ahora
pagos por un total de US$1.000 millones.
Muchos
países están prohibiendo que los fondos buitres puedan demandar ante
sus cortes el cobro de esas deudas. Pero quedan todavía algunas
jurisdicciones, como la Isla de Jersey y las Islas Vírgenes Británicas,
que todavía no les han cerrado el paso. Un fondo buitre espera obtener
el mes próximo US $100 millones por medio de una demanda planteada ante
una corte de Jersey.
Otro
caso que describe la estrategia de estos fondos es Elliot Associates
Inc. versus Perú, fondo que logró cobrar US$56 millones por deuda
peruana comprada cuando Perú terminaba su acuerdo de reestructuración
Brady (informe del FMI y sentencia del Juzgado Federal de Primera
Instancia de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, Juez
Robert W. Sweet, 6 de agosto de 1998):
En
un caso reciente, por ejemplo, un ‘fondo rapaz’ chantajeó de hecho a
Perú al convencer a los tribunales de EE UU y Europa de que le
impidieran pagar deudas a otros acreedores[vi]. (Anne Krueger, FMI)
Alrededor de 18 meses después que Perú anunció el plan Brady [en 1996], un grupo de acreedores rapaces denominado
Elliot Associated compró US$20,7 millones de préstamos comerciales que
habían sido garantizados por Perú. A diferencia de la mayoría de los
acreedores, Elliott no aceptó bonos Brady a cambio de sus tenencias de
deuda peruana, y en lugar de participar en la reestructuración presentó
una demanda en su propio nombre en tribunales de Nueva York reclamando
el cobro del valor nominal de los préstamos más los intereses[vii].
(Informe del FMI)
Elliott
compró deuda peruana con la intención y el propósito de entablar un
juicio. Tal intención y propósito pueden inferirse de la estrategia de
inversión utilizada por Elliott, los antecedentes profesionales de las
personas que se juntaron para materializar el proyecto de la deuda
peruana, la dilación, por parte de Elliot, del cierre de las operaciones
de adquisición de la deuda peruana hasta que el Segundo Circuito
esclareciera los riesgos post-litigio en el caso Pravin Banker, la
carencia de credibilidad de las alternativas propuestas por Elliot y la
conducta del antedicho con posterioridad a las compras[viii]. (Sentencia
del tribunal de Nueva York)
Tal
como surge de lo que antecede, tras comprar deuda soberana de países
pobres, estos fondos aplican una estrategia legal que casi no deja
margen para la defensa, como en el caso de Perú (y el de Zambia), en que
extorsionaron al país en el momento en que vencían los intereses de sus
bonos Brady, con lo cual si Perú no pagaba esos intereses incurría en
cesación de pagos y se vio obligado a transar el litigio con Elliot.
Este
caso fue sometido a tribunales de Nueva York, jurisdicción en que está
prohibido comprar deuda con la finalidad de litigar contra ella (N.Y.
JUD. LAW § 489 : NY Code – Section 489).
El
juez de primera instancia falló a favor de Perú, demostrando que este
fondo compró deuda peruana con la única finalidad de litigar y
exponiendo la estrategia jurídica aplicada intencionalmente por Elliot
para acorralar a Perú. La sentencia de segunda instancia revocó esa
decisión sosteniendo que la primera finalidad de Elliot era cobrar, y si
no cobraba, recién litigar, por tanto el juez entendió que litigar
contra la deuda no era la “finalidad primaria” de Elliot. El caso
finalmente se resolvió por acuerdo, como ya se mencionó, de modo que no
hubo interpretación definitiva de las disposiciones en juego.
Discrepamos
con la sentencia de segunda instancia; naturalmente que el que compra
un bono quiere cobrarlo, y en caso de no cobrarlo reclamar ante los
tribunales apropiados. Pero la sección 489 no aborda esos casos, sino
que tipifica la conducta del que “compra con la finalidad de litigar”.
Conforme a esta sentencia cualquiera que aduzca “quiero cobrar y si no
cobro plantearé un juicio” queda fuera del alcance de la disposición,
con lo cual ésta pierde todo sentido jurídico.
Elliot
compró la deuda peruana 18 meses después que Perú anunciara la
reestructuración Brady con una quita sobre sus bonos soberanos. Lo mismo
había hecho en Panamá, donde compró cuando el país finalizaba un
acuerdo similar, y en ambos casos se rehusó a participar en la
reestructuración de deudas y demandó en tribunales estadounidenses y
europeos, y posteriormente hizo lo mismo con Argentina.
Las
prácticas de estos fondos rapaces no sólo son deshonestas, perversas y
criminales, sino además ilegales, sin embargo en algunos países no hay
leyes específicas al respecto y esto permite a los consejeros y abogados
de estos fondos “armar” un caso desde el inicio con el fin de manipular
el litigio en su favor.
En
la sentencia del caso Elliot se relata en detalle como la empresa
conformó un equipo de inversión para la compra de deuda en mercados
emergentes, formado principalmente por operadores de negocios y
consejeros que ya habían asesorado a otro fondo buitre en la compra de
deudas soberanas de Polonia, Ecuador, Cote d’Ivôire, Panamá y el Congo,
experimentados en litigar contra Estados soberanos en tribunales
estadounidenses[ix].
La
reiteración de estas conductas y las campañas en su contra han llevado a
que muchos países están prohibiendo que estos especuladores puedan
demandar ante sus cortes el cobro de esas deudas, sin embargo, esto no
es suficiente: es preciso contar con una acción concertada a nivel
mundial.
Acciones para cercarlos y detenerlos
Es
posible pararlos; para ello hay que tipificar estas prácticas como
delito a nivel global, por un lado, y prohibir la ejecución de
sentencias dictadas en jurisdicciones que no penalicen tal conducta, por
el otro. Esto último porque siempre queda algún rincón del mundo que no
adopta determinada norma y es allí donde litigarán estos especuladores y
luego tratarán de cobrarse en activos soberanos ubicados en cualquier
lugar del mundo.
Puede
parecer complicado, sin embargo no se trata de la primera conducta
ilícita que se persigue y reprime a nivel global. El mundo ya ha logrado
celebrar acuerdos o coordinar acciones comunes para reprimir la evasión
fiscal y el lavado de dinero, por ejemplo, y aun delitos más graves
como el narcotráfico y la trata de personas.
Entre
tanto no existan tales disposiciones los países podrían emitir sus
bonos con cláusulas de acción colectiva; mecanismo que permite al
soberano y a una mayoría especial de acreedores llegar a un acuerdo
(previo o posterior) al default, que luego es vinculante para todos los
acreedores sujetos a la reestructuración, o bien disposiciones de
aplicación preceptiva, que permiten que una mayoría calificada limite la
capacidad de una minoría de hacer valer sus derechos tras el default.
También
podrían eliminar la cláusula pari passu o disponer que ésta no se
aplica a los bonos negociados en el mercado secundario e introducir
disposiciones que impidan reclamar judicialmente el cobro de deudas
adquiridas del modo que fuere a determinado valor inferior al valor
nominal luego del default, el anuncio de una reestructuración o de un
plan de rescate con quita.
Finalmente
los gobiernos podrían impulsar y/o apoyar campañas en contra de estos
fondos rapaces, iniciativas de divulgación de información sobre los
mismos, sus directivos y asesores, sus prácticas y operaciones previas y
actuales, y sus litigios, y crear mecanismos de intercambio de
información que adviertan a otros del peligro de negociar con ellos, y
eviten que puedan aprovecharse de países con problemas de deuda
soberana, en particular de los países más pobres de la Tierra.
Notas:
Nota relacionada: Argentina: Los fondos rapaces http://www.politicapress.com/2011/11/argentina-los-fondos-rapaces/
Raúl de Sagastizábal
No hay comentarios:
Publicar un comentario