viernes, 30 de diciembre de 2011

Gasto, deuda y déficit públicos.1

Con las entradas anteriores he tratado de argumentar las razones por las que podemos decir que tenemos un buen sistema sanitario; es tiempo de preguntarnos si mantenerlo nos cuesta demasiado o, dicho en otros términos, ¿lo podemos pagar?
Para responder a ello, creo necesario iniciar el razonamiento con algunos datos relacionados con la situación global del gasto público en España. Empleo las estadísticas publicadas por Eurostat 2011 (referida a las finanzas públicas de los países de la UE en 2010):
1. Gasto Público Total
De los 5 niveles de gasto en que Eurostat agrupa a los países según su gasto público en función del porcentaje sobre su PIB, España (45,6%) junto a Letonia (44,4), Polonia (45,4) y la República Checa (44,1) conforman el segundo grupo de países de menor gasto público. Si exceptuamos a Estonia, Lituania, Eslovaquia, Rumania, Bulgaria y (sorprendentemente) Suiza, todos los demás países de la UE tienen mucho mayor gasto público, como pasa en Alemania (47,9), Francia (56,6), Italia (50,3),  Reino Unido (50,4), Dinamarca (58,2), Suecia (52,7), Holanda (51,2) e incluso Grecia (50,2). Así que podemos afirmar que España tiene un gasto público muy moderado y más propio de países que hasta hace 3 décadas pertenecían a la esfera soviética.

¿Y esto qué significa? Pongamos como ejemplo Alemania. Por dar algunos datos, a un ciudadano alemán le cuesta la matrícula universitaria 70 € al semestre (en España entre 1.000 y 1.500 € por matrícula anual); todas las familias alemanas reciben de la república más de 150 € mensuales por cada hijo que tienen hasta que cumple los 18 o hasta los 25 años si continua estudiando (en España hubo un cheque bebé único de 2.500 € que desapareció nada más comenzar la crisis[1]). Por último, un ejemplo más, un piso de alquiler en el centro de Berlín se puede encontrar por 400 €[2] (¿y en España?). Ahora que nos están vendiendo lo bien que lo hace Alemania, no estaría de más que nos informaran no solo de sus recortes, sino también de lo que no recortan. El salario medio anual de los trabajadores a tiempo completo (2009) en Alemania llega a 41.100 € brutos mientras que en España apenas llega a 26.316 que es incluso inferior al de los griegos (29.160) o franceses (34.132), por no hablar de irlandeses, daneses, noruegos o luxemburgueses que lo duplican[3] Un último comentario, los famosos minijobs. En realidad son sobresueldos a los que pueden acogerse desde estudiantes a trabajadores incluso en activo para mejorar su situación personal o familiar y están perfectamente regulados, tienen una máximo de 50 horas mensuales que se paga a 8 € (tope en 400€/mes) y no establecen más compromiso que regular la situación de un trabajador que trabaja por horas sueltas a una empresa (ejemplo, un estudiante que trabaja de camarero 2 horas al día en un restaurante o un contable que le lleva las cuentas fuera de su jornada laboral a una pequeña empresa); por lo tanto NO son un contrato de trabajo tal cual quieren vendérnoslo.




2. Deuda pública.
Manteniendo la misma fuente, España no es un país en donde su deuda pública amenace gravemente a su solvencia.
Es evidente que la deuda pública  (medida en porcentaje sobre su PIB) de Grecia (144,9) o Italia (118,4) pudiera ser motivo de preocupación, pero España la tiene en 61%, que es  20,2 puntos  inferior a la media de la zona Euro (85,3) e incluso de la UE-27 (80,1). Para dar más datos, Alemania la tiene en 83,2, Francia en 82,3 y, por ejemplo, Bélgica en 96,2.
Entonces esta “crisis de confianza” de los mercados financieros internacionales no está basada ni en el excesivo gasto público ni en nuestra deuda pública. La razón por la que Alemania consigue financiar su deuda a poco más del 1% de interés y a España no le presten dinero a menos del 4% hemos de explicarla por el concepto “prima de riesgo o diferencial de la deuda”[4] que es la rentabilidad que exigen los inversores a un país para comprar su deuda y que la dictaminan las agencias de calificación de riesgos o de rating[5] entre las que destaca Goldman Sachs[6] (deberíais enlazar con la página de Wikipedia para conocer a quienes nos manejan).
3. Déficit público o presupuestario
Describe la situación en la cual los gastos realizados por todas las administraciones públicas de un país en un determinado período, normalmente un año, superan a sus ingresos. Cuando se habla de un servicio, por ejemplo Servicio Murciano de Salud, indica que se ha presupuestado a principio de periodo menos de lo que ha gastado al final del mismo, pero cuando se habla de déficit global del estado, no solo se refiere al gasto en los servicios públicos, sino que expresa el conjunto global del gastos, incluidas también las subvenciones (por ejemplo, corridas de toros, federaciones deportivas, campeonatos de fórmula 1, banca, eventos específicos como las Jornadas Mundiales de la Juventud, Iglesia Católica, etc.)
El déficit público es el dato más desfavorable de nuestro país comparado con el del resto de países de nuestro entorno, aunque España no es ni mucho menos el estado que más déficit produce: 
España está encuadrada entre los países que sufren más déficit público. Aunque hay grandes diferencias entre ellos; mientras que en Irlanda  asciende al -31,3%, en Grecia al -10,6, en el Reino Unido al -10,3, en Islandia al -10,1 y en Portugal al -9,8, España lo tiene en el -9,3 (2010). Otros países importantes también lo tienen alto, como por ejemplo Francia -7,3 o Polonia con el -7,8% y todos ellos muy lejos del -4.3 (Alemania), del -2,5 de Finlandia o de aquellos que incluso tienen superávit con Suecia (+0,2) y, sobre todo, Noruega (+10,6).
Con este galimatías de datos, voy a intentar aclarar la situación mediante cuatro supuestos que ayuden a explicar por qué España está tan “desprestigiada” ante los mercados financieros:
a)     El problema es el Gasto Público”.  FALSO, el Gasto Público no puede ser la causa ya que España tiene menor porcentaje sobre su PIB (45,6% en 2010) que la media de la UE-27 (50,6), que la media de los países de la Zona Euro (17 países: 50,9) e incluso que Alemania (47,9), Francia (56,6), Dinamarca (58,2) o, por poner otro ejemplo, Reino Unido (50,4).Ninguno de ellos tiene una “prima de riesgo” tan elevada como la española.
b)     “El problema es la Deuda Pública”. FALSO, la deuda pública española, en porcentaje sobre su PIB en 2010, es inferior a la de la UE-27 (80,1), a la de la Zona Euro (17 países: 85,3)  incluso que a la de Alemania (83,2), Francia (82,3), Bélgica (96,2) o, por poner otro ejemplo, Reino Unido (79,9). Y tampoco estos países tienen la “prima de riesgo” tan elevada como la española.
c)      “El problema es el Déficit Público”. FALSO, el déficit español, en porcentaje sobre su PIB, es inferior al del Reino Unido (-10,3). Además, en sentido inverso, Italia que tiene un déficit (-4,6) muy parecido al de Alemania (-4,3) ha sufrido un golpe de estado financiero y tiene un presidente de gobierno tecnócrata y que representa a los intereses de Goldman Sachs[7].
d)     “El problema son los datos más recientes”. FALSO, las tensiones sobre nuestra deuda empezaron a ser un problema desde 2007[8] y los datos contrastados de todos los años hasta 2010 mantienen las mismas tendencias, por lo que las presiones de nuestra deuda se han mantenido incluso conociendo las tres falsedades anteriores.
En definitiva, que estamos sojuzgados por una gran MENTIRA con la que nos amargan todas las mañanas los medios de comunicación  (os habéis fijado que desde las elecciones la prima de riesgo ha dejado de ser la noticia principal) y en la que están involucrados los grandes grupos de especulación mundiales y muchos políticos (por intereses electoralistas y/o presionados por los mismos grupos) generando en nuestras conciencias la “crisis del miedo”[9] como estrategia para aplicar esos intereses por encima de la ciudadanía y de las leyes democráticas que rigen nuestra convivencia.
Si los problemas fueran alguno de los cuatro expuestos, el Reino Unido sería quien tuviera la prima de riesgo más alta y España debería situarse por debajo o a la altura de la alemana. Pero claro, el Reino Unido tiene un Banco de Inglaterra que ejerce como tal en interés del país[10], mientras que la UE se ha dotado de un Banco Central Europeo que no quiere o no le dejan aplicar las funciones para las que debería estar. ¿Quiénes? Pues mirad a sus dirigentes y comprobad quienes están detrás[11].


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