viernes, 25 de febrero de 2011

Salarios, precios y competitividad

Uno de los mayores errores en materia económica radica en creer que lo que es bueno para uno también lo es para los demás. Las clases existen, y los intereses de los trabajadores no sólo son distintos a los del capital sino a menudo antagónicos. La parte de la renta que se dedica al excedente empresarial no se emplea en la retribución de los trabajadores y viceversa. El binomio precios-salarios expresa la eterna batalla entre trabajadores y empresarios por la redistribución de la renta. Pretender –como quiere Angela Merkel– que los trabajadores se olviden de la subida de los precios a la hora de fijar los salarios es pedirles, llana y simplemente, que acepten la derrota antes de comenzar la contienda.

Es evidente que los salarios deben determinarse atendiendo al crecimiento de la productividad, pero también considerando la inflación. Para que el reparto de la renta no se modifique o, lo que es lo mismo, no existan vencedores ni vencidos, el incremento del salario real (no el nominal) debe ser igual al de la productividad. Se parte de un planteamiento tendencioso al transmitir la idea de que la pérdida o el aumento de la competitividad depende de los costes laborales cuando, en todo caso, hay que buscarla en los precios. En estos pueden influir ciertamente el incremento de los salarios, pero también el aumento del excedente empresarial.

Desde la constitución de la Unión Monetaria, España ha perdido competitividad frente a Alemania, sin embargo ello se debe a una diferencia en la tasa de inflación de 17 puntos, diferencia que en ningún caso obedece al comportamiento de los salarios, que en términos reales ha sido mejor que el de los alemanes, sino a un incremento más acusado del excedente empresarial. Las rentas del trabajo de España han perdido participación relativa en el PIB en una mayor proporción que las alemanas.

Los salarios no se fijan en España atendiendo a la inflación pasada, sino sobre las previsiones futuras. La cláusula de garantía salarial únicamente se aplica cuando los precios se apartan de la senda prevista. Primero son las desviaciones en los precios y después en los salarios. Estos, por lo tanto, no pueden ser la causa de la inflación sino su efecto. No deja de ser curiosa la postura de Merkel y su preocupación por mejorar la competitividad del resto de los países de la eurozona, mejora que sólo puede perjudicar a la economía alemana al perder su ventaja competitiva.

Juan Francisco Martín Seco es economista

Fuente: Público


domingo, 20 de febrero de 2011

Santander y BBVA se refugian en paraísos fiscales

Los dos mayores bancos españoles, el Santander y el BBVA, se sitúan junto a Repsol como las mayores compañías del Ibex 35, el índice que agrupa a las empresas cotizadas más grandes, en cuanto a número de sociedades abiertas en lugares famosos por sus bajos impuestos y conocidos como paraísos fiscales.

La entidad que preside Emilio Botín dispone de 34 sociedades operativas en países como Bahamas, Suiza, Panamá o Luxemburgo, mientras que en el caso del BBVA, el número de filiales abiertas en este tipo de enclaves se cifra en 23. Estas sociedades tienen como objeto social tanto los servicios financieros como las centrales de compra y gestoras de derechos de marca y franquicias.

De las 35 empresas que integran el principal selectivo de la Bolsa española, 28 contaron en el ejercicio de 2009 con 272 participadas domiciliadas en paraísos fiscales, que abarcan a lugares como Islas Caimán, Jersey, Países Bajos, o Delaware (en Estados Unidos).

De acuerdo con el informe elaborado anualmente por el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), la presencia de tales sociedades en estos territorios no implica un delito fiscal, pese a que sobre ellas existe una falta de transparencia en la información analizada, ya que sus matrices no aportan datos sobre sus operaciones en esos lugares.

Los autores del estudio recuerdan que aunque el tipo nominal del impuesto de sociedades es del 30 por ciento para grandes empresas, gracias a las exenciones y deducciones de las que este tipo de compañías se benefician, en la práctica el tipo efectivo no supera el 10 por ciento de media sobre los beneficios.

Marc HorrachDiario de Mallorca



lunes, 14 de febrero de 2011

Paraísos fiscales: la cueva de Alí Babá

Si Alí Babá viviera en nuestros días no necesitaría esconder el producto de sus latrocinios en una apartada cueva de la montaña. Le bastaría con acudir a uno de los numerosos paraísos fiscales del planeta, sin necesidad de decir siquiera ¡ Ábrete Sésamo!, y aunque se presentara con una pata de palo, un parche en el ojo, un loro sobre uno de sus hombros y un cofre lleno de monedas de oro sobre el otro, sería recibido por solícitos y atildados banqueros con los brazos abiertos y con todos los honores debidos a tan respetable caballero. Porque así es como funcionan los paraísos fiscales, esos países y territorios de escasa o baja tributación fiscal, cuyas entidades bancarias acogen gustosamente y sin preguntas engorrosas el dinero de la evasión fiscal, del tráfico de drogas, de la trata de blancas, del tráfico de armas, de la corrupción política, etc, ofreciendo con las palabras ¡ Secreto Bancario !, una protección mucho más efectiva y segura al dinero sucio que con la anticuada y vulnerable fórmula del ¡ Ábrete Sésamo!

Billones y billones de dólares, de euros y otras monedas fuertes, que la alquimia de los paraísos fiscales blanquea puntualmente, quedan así fuera del alcance de los Estados y de sus sistemas tributarios, que de esa manera descargan todo el peso del esfuerzo fiscal no sobre la cuadrilla de desaprensivos y delincuentes que hallan refugio seguro a sus fortunas en esos paraísos fiscales, sino sobre los ciudadanos de a pie, sobre los trabajadores y el conjunto de las clases populares.

Está claro, pues, que mientras los paraísos fiscales existan será imposible establecer una auténtica justicia fiscal internacional y nacional. Y puesto que la voluntad de luchar contra esa lacra no es demasiado firme en los gobiernos que han hecho suya la filosofía neoliberal de las élites económicas que más deciden en el mundo, tendrán que ser las organizaciones altermundistas de la sociedad civil, de los movimientos sociales transformadores, las que tomen la iniciativa. Y lo han hecho, lo acaban de hacer en el Foro Social Mundial de Dakar. Por una parte, al lanzar una Campaña titulada " Acabemos con el secretismo de los paraísos fiscales", dirigida a forzar al G-20 a tomar decisiones contundentes en ese terreno y, por otra parte, invitando a instituir una fecha anual, a partir de 2011, como "Día Internacional para la Supresión de los Paraísos Fiscales", con los siguientes cinco objetivos : 1. Recordar la existencia de los paraísos fiscales a la opinión pública mundial 2. Informar y sensibilizar a la ciudadanía mundial sobre esta lacra internacional 3. Movilizar a la opinión pública para presionar a los partidos, gobiernos e instituciones políticas internacionales de cara a su eliminación 4. Denunciar y hacer públicos los nombres de los paraísos fiscales existentes y los que vayan surgiendo, donde están radicados y a qué países pertenecen 5. Denunciar y hacer públicos los nombres de las empresas y personas que tengan fondos depositados en los paraísos fiscales, a medida que se vayan conociendo.

En fin, no creo que pequen de antiglobalizadores por exigir la desaparición de los paraísos fiscales y, en cualquier caso, no lo serían más que el Director Gerente del Fondo Monetario Internacional ( FMI ), el señor D. Strauss-Khan, que en su día afirmó que había que dinamitarlos*.

* " Strauss-Khan quiere dinamitar paraisos fiscales y despedir malos banqueros", en Finanzas, 17/02/2009

Francisco Morote. Attac Canarias

El diabético y los bombones

Los mercados son como el diabético que no puede dejar de tomar bombones. Hay nerviosismo de nuevo en los mercados de deuda. Poco ha durado la tregua del primer mes del año; la semana pasada Portugal rozó en sus emisiones de bonos los niveles de precio con los que fueron intervenidas Grecia e Irlanda, y contagió a otros países periféricos. Ya se sabe que muchos analistas consideran, pese a las diferencias estructurales evidentes, que Portugal es la última trinchera antes de que España se exponga en la primera línea de la especulación. Por ello, esta semana que comienza con una nueva reunión de los ministros de Economía de la UE significa otra prueba más de la capacidad de resistencia de los países del euro. Otra semana de pasión.

El jueves pasado el Banco Central Europeo (BCE) hubo de adoptar de nuevo esa medida que tan poco gustaba al que hasta ahora era considerado el principal favorito para suceder a Trichet al frente de la autoridad monetaria del euro, el presidente del Bundesbank, Alex Weber: comprar deuda soberana portuguesa para limitar los efectos de una espectacular subida del precio de su deuda pública con relación al bono alemán a 10 años, que rondó el 8% (el 7,6%, el nivel más alto para Portugal desde su entrada en el euro). Grecia e Irlanda fueron intervenidas cuando la carestía de su deuda estaba alrededor de ese porcentaje.

Al margen de las dificultades internas en Portugal (que no son muy distintas de las de semanas anteriores), ¿con qué se identifica esta nueva escalada de la tensión de los mercados? Fundamentalmente, con la toma de decisiones en el seno de la UE para mejorar su gobernanza económica. Los ritmos con los que trabajan las autoridades europeas (pesados, preñados de reuniones y contactos, con consensos siempre de última hora) no se corresponden con los ritmos de los mercados, tan ágiles en sus exigencias como si fuesen políticos chinos. En los últimos días, la UE ha visto cómo se hundía la expectativa de que el halcón Weber (halcón incluso con relación a la canciller Merkel) fuese el nuevo presidente del BCE; ha sido incapaz de llegar a un acuerdo sobre el pacto de competitividad exigido sin ninguna concreción por el directorio franco-alemán (y por tanto ninguneando a las instituciones de la UE), lo que a su vez retrasa una decisión sobre la ampliación y flexibilización del fondo de rescate para los países con dificultades.

Si los ritmos de los mercados son tan rápidos, y los de las instituciones europeas y nacionales necesitan responder no solo a la lógica económica sino también a la política, que es la que los legitima (han de atender a las demandas de los ciudadanos a través de los Parlamentos, lo que precisa de mayores periodos de maduración), las dificultades también señalan a España pues en los últimos días ha habido vaivenes y contradicciones en el tratamiento de dos temas que están en primera línea de fuego: el nivel de endeudamiento de las comunidades autónomas y de las corporaciones locales y, sobre todo, la aprobación del plan de refinanciación de las cajas de ahorros, ya que la visión del asunto es distinta en el Ministerio de Economía, el Banco de España y la patronal de las cajas. Recuérdese una vez más los números de la dependencia de los mercados de una economía tan endeudada como la española: el endeudamiento global supera el 357% del PIB español, distribuido del siguiente modo: el 58% es deuda pública, el 194% corresponde a las empresas y a las familias, y el 105% restante es del sistema financiero. La mitad de esa deuda global (el 170%) está contraída con el exterior.

Los ministros de Economía de la UE se reúnen hoy y tratarán de madurar los asuntos para que en la cumbre del Consejo Europeo de dentro de un mes (11 de marzo) se lleven los temas suficientemente masticados para avanzar en esa gobernanza económica por la que todo el mundo suspira, aunque haya diferencias sustanciales sobre su contenido.

Pero los mercados avanzan tan rápido que no se puede pronosticar si entonces la situación (intervención de otros países, nuevas exigencias para los intervenidos) será la misma que ahora. Otra semana nerviosa.

Joaquín Estefanía. El País

domingo, 13 de febrero de 2011

“Hay que poner a los bancos bajo tutela”. Entrevista a Susan George

La activista alter-globalización es partidaria de defender el legado de la Ilustración y de la toma de control del sistema financiero y bancario por parte del Estado.

Los Sabios rebeldes de nuestra República son esas voces que nos despiertan porque mezclan el agua y el fuego, la experiencia y la pasión. Entre ellos Stephane Hessel, de 93 años, Albert Jacquard, de 85, y Edgar Morin, de 89 años. Pero también Susan George, de 75: presidenta de honor de Attac y autora de numerosos libros, la franco-estadounidense lleva años luchando por un mundo menos injusto en relación con el Sur y contra el sistema económico neoliberal.


La conversación ha comenzado justamente con el éxito del pequeño folleto "¡Indignaos!" de Hessel, un hombre al que describe como "impecable desde el punto de vista moral, que practica lo que predica."


Rue89: Llamar a la indignación, un término que se queda en el terreno moral, ¿es el mejor enfoque para cambiar las cosas? ¿No sería más eficaz un "¡razone!" o un “¡rebélese!” ?


Susan George: Hessel se mueve en el plano de los valores, no en el del análisis de las cuestiones económicas o geopolíticas. Él llama a la indignación como un preludio a la acción. Dice: únete a algo. Y se dirige especialmente a los jóvenes. Orgulloso de su pasado, es cierto, no quiere resignarse. Pero lo que yo siento muy especialmente es el ataque que se está realizando contra la Ilustración. Y me entristece: tanto filosóficamente como en términos de acción, creo que es un logro muy grande de la humanidad. El liberalismo político -como se entendía en el siglo XVIII, ese movimiento europeo que se inicia con Locke y continúa con los enciclopedistas franceses- es el fundamento de la Constitución de EE.UU., es el fundamento de las libertades -políticas, religiosas, de prensa, de opinión... Muchas personas dieron la vida por eso y la democracia viene de esa época. Bueno, creo que esta Ilustración está siendo objeto de un grandísimo ataque ideológico. Yo intento seguir esa tradición, que vale la pena defender.


Las generaciones más jóvenes ¿no se resignan de antemano ante este ataque?

Europa está un poco KO. Todo esto ha sucedido muy rápidamente. En 2009, cuando estaba en Londres para las acciones contra el G-20, había una reacción. Éramos 35.000 en Hyde Park. Los medios de comunicación al día siguiente estaban con nosotros, incluso Gordon Brown, por entonces primer ministro británico, se apresuró a decir que estaba de nuestro lado. El mundo estaba a un paso de la catástrofe. El G-20 habló de los paraísos fiscales, de la presión de los mercados financieros, del empleo, del medio ambiente, etc. Y después, una vez que los bancos se salvaron, todo esto ha desaparecido por completo. El G20 y el G8 remiendan soluciones para salvar a los bancos por segunda vez. Y luego nada. ¿Por qué esta renuncia? La gente puede pensar que sus dirigentes están tratando de salvar a Grecia o a España. Esto es completamente falso, lo que están salvando es a los bancos que compraron deuda griega o deuda española... No intentan hacer lo que sea por los pueblos. Y no sólo se rescata a los bancos por segunda vez, sino que ¿quién lo hace?: los pueblos, por la amputación de sus pensiones de jubilación, la reducción de sus salarios, el despido de funcionarios. ¿Por qué hoy día la gente no consigue agruparse [frente a todo esto]? En Francia, tenemos puesto el foco en las elecciones de 2012, que en realidad son secundarias.


La crisis que acabamos de vivir ¿no ha desbloqueado algo en el pensamiento económico?
La gente ha visto que esto no funciona, que el neoliberalismo no funciona. Sin embargo, siguen como si funcionara... La mayonesa de la contestación no liga, se corta. Sería preciso que la gente hiciera alianzas, como tratamos de hacer en Attac: por ejemplo, sobre los impuestos financieros nos hemos asociado con los sindicatos y otras organizaciones – Sécours Catholique [Cáritas Francia], Comité Catholique contre la Faim et pour le Développement [CCFD Terre Solidaire - Manos Unidas Francia], Oxfam, Amigos de la Tierra... Tratamos de federar el mundo sindical, el asistencial, el asociativo, el ecológico. Es la pista correcta, nadie puede ganar solo.


En un escenario optimista, el cambio que usted desea ¿por dónde empezaría?

Por aprender. Tenemos que comenzar por aprender. Hoy en día, la política se ha vuelto mucho más complicada. Es bueno estar indignados, pero primero tenemos que entender por qué esto ya no funciona. Cuando empecé a militar, decíamos: "¡Estados Unidos fuera de Vietnam!" La gente estaba de acuerdo o no, pero entendían lo que significaba. Cuando decíamos: "Basta ya de apartheid", no era necesario un largo discurso. Hoy en día esto no pasa. He hecho una larga campaña contra el AGCS [Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios, N. de la R.] y nadie sabía lo que era: una OPA sobre los servicios públicos y los servicios locales de proximidad. Si no sabemos cómo se produce esto, que es lo que se ha votado y en qué momento, no podemos actuar. No tiene sentido estar "contra" si no podemos ni explicárselo a los demás ni llamar a la puerta adecuada. Lo que hacemos es darnos de cabezazos contra las paredes. Así que debemos aprender, ayudar a aprender a otros, organizar, hacer alianzas. Y comunicar: cada vez más, necesitamos cosas visibles que interesen a los medios de comunicación. Y esto se hace muy mal. Hay que salir de los rituales. Hacer una manifestación es como si te pidieran que te interesaras por la misa de doce. Hace años que vengo diciendo que con 30 personas se puede hacer algo visible, divertido y que toque allí donde más duela. Vengo proponiendo igualmente desde hace mucho tiempo que no se hagan “sentadas” sino “risotadas”[1]: ir a reírse delante de tal ministerio o delante del MEDEF[2]... Porque esto es lo que más se teme en Francia, especialmente entre los políticos: el ridículo.


Ha habido iniciativas tales como “Salvemos a los ricos”. O la “operación Cantona”, para retirar todos el dinero del banco un mismo día. ¿Qué piensa usted de esto?

Fue divertido, pero también una falsa buena idea. [Cantona] no entiende el funcionamiento de los circuitos financieros. Estamos trabajando en otro enfoque: "Para cambiar la banca, cambie de banco." Pero no pedimos que la gente lo haga de inmediato, porque el único banco al que hoy en día aconsejamos ir es el Nef, que sólo tiene 60 empleados, y ninguna sucursal. No sería serio. Pero esto puede cambiar: el Nef se está aproximando a la Banca Ética [otro banco pero más grande en Italia, N. de la R.] y a otros bancos europeos.


Entre las iniciativas a emprender, usted no habla del voto. Y considera 2012 como una preocupación "secundaria"; ¿por qué?

Para mí, estas primarias del Partido Socialista son una energía política que se pierde. No entiendo el concepto de primarias para este partido. Es una idea importada de Estados Unidos, lo cual es comprensible allí, pero que no tiene mucho sentido aquí.


Pero ¿no se puede también presionar a los principales partidos en vísperas de una elección importante? Esto es lo que hizo Nicolas Hulot en 2007, por ejemplo...

Desconfío de las ambiciones personales que puedan surgir. En el seno de organizaciones como Attac, ya lo hemos visto. Pero influir en los programas, eso sí, es nuestra vocación. Es más fácil con celebridades como Hulot... Organizamos reuniones, principalmente en provincias, en las cuales están presentes los partidos de izquierda.


Para el poder político, ¿cuál sería la primera decisión a tomar?

Tomar el control de los mercados financieros, los bancos. Es muy obvio. Ellos hacen que llueva y que haga buen tiempo: hay que ponerlos bajo tutela.


¿Es realista empezar en un solo país?

[Pausa] Difícil cuestión. No he profundizado en ello, para mi vergüenza. Yo dejaría que los bancos intercambiaran divisas, pero impondría un impuesto a las transacciones. Prohibiría el acceso a la mayoría de los derivados, esa ciénaga. Algunos derivados sirven de seguro, muy bien. Pero soy muy hostil a los derivados "desnudos", que permiten asegurar algo que no se tiene. Es un poco como si yo tomara una póliza de seguro de incendios por una casa suya. Entonces tendría interés en quemarla...


Algo así es lo que hizo Goldman Sachs...

¡Y más! Este mercado es enorme. 600 billones de dólares al año. La inversión se va en productos financieros sin pasar por la economía real. Necesitamos una Ley Glass-Steagall de los bancos [aprobada en los Estados Unidos después de la crisis de 1929, N. de la R.] para separar las actividades de crédito de las de inversión. En un país también se puede decir a los bancos: "ustedes deben prestar prioritariamente a las PYMEs, especialmente a las que tengan proyectos ambientales o sociales." Se trata de un control del crédito en el sentido de que habría unos beneficiarios prioritarios; pero no vamos a nacionalizar toda la economía.


¿Por qué regular el crédito de forma rígida? Se pueden también imaginar subsidios de crédito para las PYMEs.

Por qué no, debemos estudiar las mejores sugerencias, no soy economista.


¿Hay soluciones internacionales?

Para los paraísos fiscales, sí. Si podemos prohibir a la Société Générale que tenga sus recursos en un solo país, ¿podríamos por ley obligarles a cerrar su sucursal en Jersey? Yo no estoy segura. Me he preguntado si sería posible prohibir a las agencias de calificación que emitan calificaciones sobre los Estados. Sin embargo, en Estados Unidos, la Corte Suprema sostuvo que la Primera Enmienda las protegía en nombre de la libertad de expresión.


¿El G-20 es un espacio que podría utilizarse para algo?

El G-20 es ilegítimo. Representa sólo a los principales actores en el sistema. ¿Dónde está el G172?


¿Y Europa?

Imponer a Grecia una solución neoliberal de tal magnitud es una bancarrota política y moral de Europa. Se castiga a las personas. Esto es un motivo de indignación.


Algunos proponen hoy abandonar el euro.

Debemos mantener el euro pero cambiándolo. Nunca asumiría la responsabilidad de decir "salgamos del euro", eso sería un desastre. Creo que necesitamos más solidaridad. Es una lucha de clases sociales, no de países contra países.


Emmanuel Todd defiende la solución proteccionista...

Por supuesto que se necesita, pero proteccionismo en el ámbito europeo, no en el francés. La doctrina del libre cambio o libre comercio se puso en marcha en un momento en el que el mercado, el territorio, el derecho y el capital tenían los mismos límites. Pero coloque este sistema en un mundo donde el capital va a su propia velocidad y donde el derecho es inexistente, y los trabajadores acaban compitiendo entre sí. Estoy a favor de un proteccionismo razonado.


Se declara hostil a los multimillonarios filántropos...

Lo que Bill Gates hace contra el SIDA está muy bien, sin duda, pero la revolución verde [un controvertido programa de ayuda a los agricultores africanos, N. de la R.] puede ser un desastre para África. Un millonario no tiene que decidir qué es lo mejor para los pueblos. Si un multimillonario quiere donar su fortuna, debe hacerlo de acuerdo con los expertos locales.


Estos multimillonarios - Bill Gates, George Soros o Warren Buffet - ¿pueden tener un papel útil en la sociedad?

Le pregunté a un amigo americano que tiene entrada en esos círculos si él o alguna otra persona podría decirle por fin a Bill Gates que la revolución verde será un desastre. Me respondió: "Nobody can say anything to Bill Gates ["Nadie puede decirle nada a Bill Gates, N. de la R.]. Warren Buffett es un caso aparte, representa la vieja tradición: en mi ciudad, recuerdo que a partir de 10-12 años debíamos hacer cosas para la comunidad cuando se era un privilegiado. Hoy en día se exacerba el interés individual. He hablado de la Ilustración precisamente porque ese espíritu se está perdiendo. Sobre la importancia de la cohesión social, el libro de Richard Wilkinson y Kate Pickett muestra hasta qué punto la desigualdad es mala para la sociedad, en qué momento cuesta cara. Los barrios marginales en los suburbios, los sin-techo, los niños sin hogar que no saben contar ni escribir, esto le cuesta caro a la sociedad. Debemos abordar las causas.


Usted propone una curiosa Orden de los "Caballeros del Medio Ambiente."

Es una fantasía. Hace mucho tiempo que me pregunto cómo movilizar a los ricos para que hagan algo útil. Por ejemplo, se les podría animar a ser más verdes que sus vecinos, en lugar de competir a ver quién tiene la fortuna más grande. Una orden muy cerrada y muy prestigiosa recompensaría al más verde. Una especie de Nobel. Le pregunté a alguien en Inglaterra que conoce al príncipe Carlos si podríamos poner de acuerdo a los miembros de la realeza, o a sus hijos, para que se reunieran y concedieran un premio de este tipo en el ámbito del medio ambiente. Fue completamente desalentador cuando mi contacto me respondió que estas personas tienen unas agendas infernales. Pero fue una idea que surgió así. Fitzgerald dijo: "Los ricos no son como tú y como yo"; si no se les puede involucrar por el lado del honor y del reconocimiento ¿qué otra cosa les podemos ofrecer?


¿Tiene la impresión de que su pensamiento va cambiando?

Puedo cambiar de tema, pero sigo trabajando en lo mismo, el poder. Lo que me interesó inicialmente fue la expresión del poder en el Norte y sus relaciones con el Sur. He cambiado de sector, después de diez años centrada en la agricultura, para volverme hacia la deuda. Ya con el hilo en la aguja, después de los efectos del neoliberalismo amplié mi enfoque hasta trabajar sobre las causas de esta doctrina completamente loca. Es una religión, o más bien una secta: es cienciología. No tengo la impresión de estar desvariando. A veces, como otros, me desespero. Pero tenemos que actuar en contra de este sentimiento.


En su libro, usted escribe que no cree en la revolución: ¿creyó alguna vez en ella?

[Pausa] No sé si creí en ella. A mi alrededor sí que se creía en ella. De todos modos, siempre he sido no-violenta. En Génova y en otros lugares, llegué a la conclusión de que para los movimientos alter-globalización era estratégicamente estúpido enfrentarse al Estado allí donde éste es más fuerte [en la cumbre de 2001, Carlo Giuliani, un manifestante, resultó muerto, N. de la R.]. Tal vez la revolución todavía tenga sentido en países donde la democracia no existe. En Túnez diré ¡bravo! si se las arreglan para hacer algo más que una revuelta.

[1] “sit-in” y “laugh-in” en el original [N. del T)

[2] Movimiento de Empresas de Francia, en francés Mouvement des Entreprises de France, organización patronal francesa equivalente a la española CEOE [N. del T.]

Por Zineb Dryef y Pascal Riché de Rue89
Traducido por Mariano Nieto Navarro (Attac Madrid)

Hambre de Democracia Económica

Túnez y Egipto son los embriones de la expansión de la revolución que despierta al mundo árabe y que envía un mensaje contundente a gobernantes de cualquier país del mundo. La población está harta de la opresión, de ver cercenados sus derechos y libertades, de la precariedad social y económica, de la hipocresía que alimenta y sostiene a los ‘grandes poderes’ y corruptelas con la ‘connivencia’ de Occidente con las dictaduras árabes.

Hay hombres y mujeres en Túnez o Egipto que no esperan ni una democracia de fachada ni mucho menos una política económica dictada por la Unión Europea y las instituciones financieras internacionales. Tienen claro que la orientación neoliberal de Europa conducirá a más paro y miseria. Las mujeres revolucionarias, además, confían en que este proceso emancipatorio consiga la igualdad de derechos de la mano de un nuevo estado, laico y democrático. ¿Será esta la revolución de los derechos de las mujeres?

Hay hambre de democracia, también económica. Europa debería tomar nota. Los gérmenes revolucionarios se expanden como la pólvora en este mundo globalizado e interconectado, a pesar de los burdos intentos de cierre y control de las comunicaciones. La insatisfacción ciudadana crece a medida que aumenta la precariedad y los gobernantes rinden pleitesía a las exigencias de las políticas neoliberales, del mercado financiero, antes que a dar respuesta a las necesidades de su población.

La OIT en su informe Global Employment Trends 2011 sostiene que la presunta reactivación económica global carece de impacto en el empleo. El informe pone de manifiesto “la existencia de alrededor de 40 millones más de personas trabajadoras pobres en el extremo nivel de 1,25 dólares norteamericanos en 2009, de los que se habría esperado en ausencia de la crisis económica mundial”. Y las pespectivas de futuro son devastadoras, ya que para los países ‘avanzandos’ todo indica que continuará la tendencia iniciada en 2007 de reducción de horas semanales remuneradas y la proliferación de empleos de bajos salarios, en los que la participación de las mujeres es mayoritaria (un 65,1% en España).

El tijeretazo social como respuesta a la crisis económica está provocando la aniquilación de gran parte de las sociedades de bienestar. El nivel ‘acomodaticio’ en europa se resquebraja y expulsa a gran parte de la población: mujeres, jóvenes e inmigrantes, fundamentalmente, son la carnaza del cambio de rumbo político en España que se acaba de consolidar con el acuerdo por la reforma de las pensiones.

El 27E asistimos a una escenificación digna del mejor teatro del mundo: representantes de los dos sindicatos mayoritarios daban el visto bueno a un acuerdo para reformar el sistema de pensiones, que, por mucho que lo disfracen, se traducirá en una reducción del importe de las pensiones y en un alargamiento de la vida laboral hasta los 67 años. ¿Podrían haberse planteado otra reforma? Por supuesto que sí. Se me ocurren algunas premisas de partida diferentes a las utilizadas en esta burda manipulación sobre la inviabilidad futura de las pensiones por el proceso de envejecimiento de la población.

La primera a tener en cuenta es que se podría cambiar el sistema de financiación con el que se pagan las pensiones públicas; esto significaría abandonar el funcionamiento de la actual caja única de la seguridad social (los ingresos por cotizaciones sociales de quienes están trabajando sirven para pagar las pensiones de quienes ya están en su jubilación) y apostar por la financiación de las pensiones públicas a través de los impuestos que recauda el estado (no sólo a través de las cotizaciones sociales), como se hace en otros países y como se hace en éste para otros conceptos de gastos públicos.

La segunda premisa que se olvidan mencionar es que el desarrollo de la sociedad del conocimiento puede impulsar incluso que menos personas puedan producir más riqueza; es decir, mantener el sistema público de pensiones se trata realmente de un problema de redistribución de la riqueza y de los criterios políticos que la sustentan. ¡Ahí está realmente el meollo del asunto! Las cuentas de las pensiones deberían hacerse desde otros criterios diferentes a los que se han utilizado.

La tercera es que compensar a las mujeres por el sesgo de género del sistema público de pensiones que las aboca a la situación de precariedad económica actual, no es lo mismo que avanzar en igualdad real; para ello, la neutralidad de género debería haber sido exigible al documento que saliera del acuerdo. Sin embargo, tras la palabrería por una “integración laboral acorde con las aspiraciones de las mujeres” incluida en el Pacto de Toledo, lo cierto es que, como se denuncia el manifiesto por la igualdad de género en el sistema de pensiones “la configuración de derechos de pensión propios, no derivados del marido, frente a varias discriminaciones constatadas, no apunta a la igualdad en el empleo y la protección social, sino a algunas medidas específicas aparentemente proteccionistas, pero perpetuadoras del reparto desigual del empleo y el cuidado, como los incentivos fiscales y de protección social a la no incorporación de mujeres casadas al mercado de trabajo”.

Así no vamos bien. Estos parcheos indican que la socialdemocracia española, al igual que en otros países europeos, está huérfana de propuestas coherentes para orientar su desarrollo a la sostenibilidad humana, social, económica y medioambiental, y se ha rendido una vez más a las políticas neolibelares. ¿Será que se han olvidado de leer y escuchar? Hay quien argumenta que en el contexto actual no les quedaba otra alternativa. Claro que SÍ, había otras posibilidades.
En Europa, experiencias revolucionarias como la de Islandia son un referente de que es posible salir de la crisis fortaleciendo la democracia. ¿En qué ha consistido esta revolución silenciada?: “dimisión de todo un gobierno en bloque, nacionalización de la banca, referéndum para que el pueblo decida sobre las decisiones económicas trascendentales, encarcelación de responsables de la crisis, reescritura de la constitución por la ciudadanía y un proyecto de blindaje de la libertad de información y de expresión”. Una muestra palpable de que es posible reorientar las políticas públicas sin traicionar la sostenibilidad de las sociedades de bienestar y lo que es más importante, que esto es posible hacerlo desde la toma del poder de la ciudadanía.

En España comienzan a surgir iniciativas ciudadanas al margen de las instituciones y los aparatos de partidos y grandes organizaciones sindicales. Si la reforma laboral fue el detonante de la huelga generla del 29 de septiembre, la reforma de pensiones acordada el 27 de enero puede ser la espita que encienda la mecha de una nueva revolución social. Así pues, bienvenida sea la iniciativa ciudadana Mesas de convergencia y su intento de “denunciar las amenazas que se ciernen no solo sobre la economía, sino sobre la democracia (porque cada vez cuenta menos la opinión del puereblo), sobre la justicia (porque los financieros nunca pagan el daño que provocan), sobre el medio ambiente (porque con la excusa de la crisis dejan de aplicarse las pocas normas que lo protegen y se favorece a las industrias que más lo destrozan) y sobre el bienestar de la mayoría de la población (porque se está haciendo que la paguen quienes no tienen culpa de ella y disponen de menos recursos)”. Porque, no se engañen, es la democracia y el conjunto de derechos y libertades ciudadanas lo que realmente está en juego con las políticas de reformas que se están aprobando.

Carmen Castro. Directora de http://singenerodedudas.com
Revista.Trasversales



miércoles, 9 de febrero de 2011

¿Un país de amebas?

Cada poco una vuelta de tuerca más. Tal como hablábamos estos días, la canciller alemana Angela Merkel vino a pedir a Zapatero que desligue los sueldos del IPC, que no se aplique la revisión salarial de acuerdo con el alza de los precios. Leo en ABC que ésa es nuestra asignatura pendiente, y que los más grandes portavoces de los especuladores –a saber Banco de España, FMI y OCDE- exigen “desde hace años” suprimir las cláusulas de revisión. Parece que el más entusiasta de la medida es nuestro bien pagado MAFO (Miguel Ángel Fernández Ordoñez), situado en tan alto y decisorio puesto por el Gobierno socialista.

Nacho Escolar –una vez más- resume certeramente, y con extrapolación irónica, unos datos de los que solemos hablar aquí:

“A falta de conocer todos los datos anuales, las empresas del Ibex 35 ganaron en los nueve primeros meses de 2010, en el peor infierno de la peor crisis, un 16,7% más que en el mismo periodo de 2009. Repito: un 16,7% más de beneficios en un año en el que los salarios subieron, de media, un 1% (y la inflación, un 3%). Los beneficios de Telefónica crecieron un 65,6%. Los de Repsol, un 32,5%. Los de Inditex, un 42%. Los del BBVA –que ya ha cerrado el año– un 9,4%. Hable con los presidentes de estas empresas, señora Merkel, que usted tiene mucha mano. Hable con ellos, a ver si puede convencer al señor César Alierta, al señor Amancio Ortega o al señor Francisco González para que suban el sueldo a sus trabajadores en idénticos porcentajes. Si esto pasa en plena crisis, ¡imagine cuando acaben las vacas flacas!

Dos datos de la OCDE: entre 1995 y 2005, el salario medio real de los españoles perdió un 4% de poder adquisitivo; entre 1999 y 2006, los beneficios empresariales crecieron un 73%.”

Recuerdo un par más:

Los españoles son los trabajadores peor pagados de la Europa anterior a la ampliación con los diezmados países del Este. Junto con Grecia y Portugal, naturalmente. Pero sus ejecutivos son los quintos mejor remunerados de Europa. Y éstos si tienen “cláusula de revisión salarial”: diferentes estudios coinciden en que sus emolumentos se revalorizan un 15% anual.

Del último #contrattacando, ayer, destaco algunas frases:

“Sí hay dinero, lo que pasa es que los ricos no pagan impuestos”. Arcadi Oliveres.

“El Banco Central Europeo es cómplice de la banca privada financiándola a bajo coste”. Juan Torres.

“La Caixa (por ejemplo) dedica un 20% a obra social, 40% reservas y 40% a especulacion financiera. La mejor obra social de la Caixa son los cajeros en los que duermen los vagabundos cuando hace frío”. Arcadi Oliveres.

“Sra Merkel: las políticas que uds aplicaron fueron las que causaron la crisis y ahora tratan de imponerla a otros. Su coraje contra los países más débiles se convierte en humo cuando se enfrenta a los bancos. Se ha producido una acumulación de renta del capital que no ha beneficiado a los salarios y ciudadanos alemanes” Juan Torres

“El gran creador de la burbuja inmobiliaria, Rodrigo Rato, pasa por ser hoy un gran financiero”. Arcadi Oliveres.

“La receta de Merkel es muy antigua: basta leer La Doctrina del Shock. A ver si somos capaces de reaccionar al shock y perder el miedo escénico de salir a la calle”. Carlos Martínez (presidente de ATTAC España).

En el coloquio, intervenciones de gente “absolutamente harta”, aunque exigiendo que “otros” hagan, ATTAC, por ejemplo. En los comentarios de Escolar en esta página de multiplicación de noticias, doctores en economía que ejercen su cátedra neoliberal de bolsillo, probablemente, desde el volante de un taxi, o desde la barra de un bar. Carne de cañón entusiasta. Y como manto dominante una sociedad amorfa y desactivada que no mira al futuro, sino a un presente en el que -aún- dispone de algo. Se diría que una sopa boba que sorbe encandilada. Y el PP, neoliberal por vocación, en paseo triunfal hacia La Moncloa, mientras su Correa del alma -que tantos beneficios presuntamente les dio- ha robado nuestro dinero público para poseer y mantener 25 fincas, 30 casas, 22 coches, 18 garajes y 2 barcos, y decenas de millones de euros en cuentas opacas. Cada día una vuelta de tuerca más… para que me sea ya casi imposible entender a este país.

Y un día más…

Rosa Mª Artal

El Periscopio.

lunes, 7 de febrero de 2011

El espía que escapó de los paraísos fiscales

Los paraísos fiscales son una pieza silenciosa y crucial del capitalismo financiero contemporáneo, claves en la debacle bancaria de 2008.

John Christensen: los paraísos fiscales por dentro.

Según un cálculo del Fondo Monetario Internacional la suma total de activos y deudas en paraísos fiscales es de alrededor de 18 billones de dolares, aproximadamente una tercera parte del Producto Interno Bruto Global.

La característica saliente de estos paraísos es la opacidad.

Y aunque la próxima publicación que hará WikiLeaks de la lista de un ex banquero suizo, Rudolf Elmers, promete revelar con nombres y apellidos los multimillonarios, multinacionales y bancos que usan el secreto bancario para evadir impuestos, el economista especializado en temas de desarrollo John Christensen comprendió, en la década de 1980, que la única manera de penetrar esa opacidad era trabajando desde dentro.

clic Lea también: Suiza: los paraísos fiscales en el banquillo

Como en una novela de espionaje, Christensen trabajó 16 años en la isla de Jersey, primero para una importante entidad financiera multinacional, luego como asesor económico del mismo gobierno.

Hoy es director de Tax Justice International (Justicia Fiscal Internacional), una ONG que lucha contra evasión impositiva global.

En entrevista con BBC Mundo explicó su historia y el funcionamiento interno de estos paraísos del capitalismo contemporáneo.


¿Cómo se convirtió en un espía?

En Tax Justice International consideramos que la City de Londres o el estado de Delaware en Estados Unidos son los paraísos fiscales más poderosos del planeta.

(Risas...) A fines de los 70 trabajaba para una organización caritativa, Oxfam, y nos preguntábamos qué pasaba con la ayuda que recibían los países pobres: ¿dónde estaba ese dinero?, ¿cómo se había invertido?

Una y otra vez encontrábamos dinero que fluía de países de África y América Latina al norte y siempre pasaban por los paraísos fiscales.

El fenómeno de los paraísos fiscales era relativamente nuevo. Se sabía muy poco y cuando uno quería averiguar se topaba con un muro de opacidad.

Como nací en Jersey, no me fue difícil encontrar un trabajo allí.

Fue como entrar en un mundo de espejismos.

¿Espejismos?

El término paraíso fiscal da una idea equivocada de cómo funcionan estos lugares.

El rasgo saliente no es que sean lugares donde se pagan bajos impuestos sino que el nivel de hermetismo, secreto e inmunidad de estos lugares es tal que se pueden ocultar todo tipo de actividades ilegítimas, desde dinero del narcotráfico hasta compañías fantasmas y transacciones con precios trucados.

Paraísos fiscales y fideicomisos ("trusts")

  • El fideicomiso es un antiguo instrumento legal inglés, el "Trust", ideal para la opacidad de los paraísos fiscales. El dueño de un bien le entrega el control de ese bien - un cuadro o una finca - a alguien para que se lo administre en beneficio de una tercera parte.
  • Esto facilita el movimiento de grandes masas de dinero por una red de fideicomisos y compañías fantasma.
  • El fideicomiso crea una companía en la que "invierte" este bien. Esa compañía a su vez invierte y paga servicios a compañías de otro paraíso fiscal que, a su vez, derivan las ganancias hacia una cuenta bancaria en Suiza o Lichestein que puede estar o no a nombre del dueño del bien en cuestión.

Esto hace que muchos paraísos fiscales sean pequeñas islas con muy pocos habitantes y una asombrosa proporción de compañías por habitante. Pero no es una cuestión de tamaño. En Tax Justice International consideramos que la City de Londres o el estado de Delaware en Estados Unidos son los paraísos fiscales más poderosos del planeta. Lo importante no es el tamaño: es el secreto bancario, la opacidad.

¿Quiénes son los usuarios de los paraísos fiscales?

Hay cuatro grandes actores: las grandes fortunas individuales, las multinacionales, las entidades financieras y el dinero de origen ilegítimo, sea del narcotráfico, el terrorismo o la corrupción.

En el caso de las fortunas individuales, hay una estrategia de los bancos a partir de la crisis de la deuda latinoamericana de los 80, cuando decidieron que una gran fuente de negocios para mejorar sus balances era la fortuna de unos 8 millones de multimillonarios que había en aquella época.

La estrategia ha sido exitosa. Un estudio reciente calcula que unos 11,5 billones de dólares de estas grandes fortunas se encuentran en paraísos fiscales.

Si uno calcula un impuesto promedio de un 30%, la pérdida en ingresos fiscales asciende a unos 255 mil millones de dólares.

¿Cómo es la mecánica con las multinacionales?

Según la OCDE, el 60 por ciento del comercio internacional global se produce entre multinacionales.

Un mecanismo básico en el interior de este comercio es la distorsión de precios. Cuando dos multinacionales comercian entre ellas pagan el precio de mercado por un producto. Todo cambia cuando se trata del comercio de una multinacional con sus filiales y subsidiarias.

Supongamos que una empresa multinacional opera en un país X con un impuesto corporativo del 30%.

La empresa pagará menos impuestos, cuanto menos ganancias tenga. De manera que contratará a precios inflados servicios legales o financieros o de promoción de sus propias subsidiarias instaladas en distintos paraísos fiscales.

Como reina el secreto bancario y la opacidad, se producen todo tipo de operaciones infladas y ficticias.

El colapso del gigante energético Enron en EE.UU en 2001 fue un caso emblemático que muestra el peligro de esta estrategia. Enron tenía casi 900 subsidiarias en paraísos fiscales que le sirvieron no sólo para no pagar impuestos sino para ocultar su virtual bancarrota.

Algunos Paraísos Fiscales

Territorio

Población

Número de compañías

Bahamas

307451

115000

Islas Vírgenes (dependencia británica)

24004

813516

Liechtenstein

34498

24985

Jersey (dependencia británica)

91533

33395

Luxemburgo

486006

15000

La crisis de 2008 puso en la mira como nunca antes a los paraísos fiscales y su relación con bancos y otras entidades financieras.

Es lo que se llamó el sistema bancario en la sombra. Este sistema está compuesto de entidades creadas por las casas matrices de los bancos para ocultar el grado de endeudamiento real que tienen.

Las revelaciones que ha prometido Wikileaks sobre la lista que les pasó el ex banquero Rudolf Elmer está produciendo pánico en el sector bancario.

John Christensen

Supongamos que un banco tenía una hipoteca de alto riesgo subprime, lo que hacía era titulizarla, es decir vender los derechos de cobro de esa hipoteca a una entidad llamada vehículo que operaba en un paraíso fiscal y pertenecía normalmente al mismo banco.

Esto le permitía limpiar sus balances. Con los balances aparentemente sanos, los bancos podían salir a los mercados a endeudarse más para otorgar nuevos préstamos, que es el negocio de un banco, invirtiendo con frecuencia en instrumentos financieros altamente especulativos.

Todo duró mientras se siguieron pagando las hipotecas. Cuando se dejaron de pagar, el castillo de naipes empezó a desmoronarse.

En abril de 2009, el G20 anunció el fin de los paraísos fiscales reconociendo que habían sido una de las piezas fundamentales del estallido financiero de 2008.

O el G20 no sabe de qué está hablando o se dedicó a un deliberado intento de distorsión de la realidad.

A mi juicio es ésto último. Todo lo que ha cambiado es superficial. Los acuerdos de información impositiva que se han firmado con paraísos fiscales son tan difíciles de llevar a la práctica que son inútiles.

Los acuerdos entre Estados Unidos y Jersey fueron usados 6 veces en los últimos ocho años.

Si un país del poder de Estados Unidos solo puede hacer esto, quiere decir que los acuerdos no sirven porque el grado de prueba que hay que mostrar en la corte de los paraísos fiscales es tan alto que se vuelve casi imposible de cumplir.

Por eso las revelaciones que ha prometido WikiLeaks sobre la lista que les pasó el ex banquero Rudolf Elmer está produciendo pánico en el sector bancario que durante décadas protegió a sus clientes bajo un manto de silencio y opacidad.

Marcelo Justo .
BBC Mundo

domingo, 6 de febrero de 2011

El sol existe. Alternativas de ATTAC a la globalización neoliberal y el poder de los mercados

En la Silla de plata de las Crónicas de Narnía de C. S. Lewis se cuenta la historia de una bruja que construye un mundo subterráneo y tiene esclavizada a una población de gnomos y enanos, frustrados e insatisfechos, mediante encantamiento. Allí llegan desde la superficie los protagonistas a los que se les intenta encantar mediante el humo que nubla el entendimiento y una letanía continúa que repite una y otra vez “el sol no existe, los árboles no existen, los ríos no fluyen por la superficie”. Un fuerte zapatazo a la llama de la chimenea y un grito de rebeldía, casi un alarido, “el sol existe” rompe el encantamiento y permite liberar a la población de permanentes frustrados e insatisfechos que recuperan en la superficie una vida plena con sol, verdes árboles y ríos de aguas cristalinas que fluyen.

En la sesión de la Escuela de formación para activistas de movimientos sociales que ATTAC Sevilla ha organizado, dije que ATTAC viene a realizar esta misma función, gritar que Otro mundo existe donde podemos ser felices toda la humanidad. Tenemos alternativas. Ya la estamos construyendo desde distintos lugares del mundo. Nos falta, quizás, sistematizarlas y un cierto punto de maduración y coordinación para que sirvan a toda la humanidad. Y en ello ya están trabajando las mentes más concienciadas.

La letanía continua neoliberal, la des-información desde los medios de comunicación, ocultando todo aquello que no vaya en el sentido que quieren y les conviene, y la adopción de acuerdos regresivos dilatando la entrada en vigor en el tiempo como el reciente pacto sobre las pensiones, cumplen la función del humo que adormece y embota el entendimiento que permite el control y la esclavización de la ciudadanía. Pero el mundo cambia, las personas se rebelan, organizan y levantan alternativas como ha ocurrido en varios países de Latinoamérica, Bután, Islandia, Túnez, Egipto, … Como vamos a hacer el próximo 17 de febrero con el día global por la imposición del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) y el cierre de los paraísos Fiscales. Ecuador y Bolivia en parte ya disponen de Constituciones del Buen Vivir, que trasladan a la norma fundamental la ilegalidad de los fundamentos del pensamiento y práctica del neoliberalismo. Nos rebelamos y nos organizamos.

ATTAC es un movimiento internacional de ciudadanía frente a la globalización económica dirigida por el capital financiero y los especuladores y que provoca paro, pobreza y exclusión social. No se presenta a elecciones políticas, lo que le permite superar el plazo temporal de cuatro años de las legislaturas, plantearse preguntas y dar respuestas coherentes a medio y largo plazo a los problemas de la humanidad. Al ser una asociación con vínculos internacionales tampoco está limitada a los estrechos límites de los Estados-nación, siendo de hecho la única voz Política alternativa al capitalismo financiero internacional, en el sentido en que los clásicos griegos hablaban. ¿Hablar de los intereses de España y de su futuro? ¿Y qué es España? La de Emilio Botín y Amancio Ortega, que tienen su dinero en Paraísos Fiscales como Luxemburgo, no es mi España ni la de los 45 millones de su verdadera ciudadanía. ¿Y su futuro? El de diluirse en una organización democrática internacional como todos los demás Estados-nación para que la Vida en la Tierra y la humanidad puedan tener un futuro. Ya está naciendo un nuevo concepto político “ciudadanía universal” sobre el que montar los órganos democráticos mundiales de la globalización de la dignidad y los derechos humanos, el Gobierno democrático del mundo. Y este se engarza perfectamente con el fin 12 del Art. 6 de los Estatutos de ATTAC España “desarrollar el sentimiento de pertenencia a una ciudadanía mundial”.

Nuestras alternativas no se limitan al tema financiero. Son mucho más comprensivas y totalizadoras. Son antisistémicas porque llevan en su seno el germen de un nuevo sistema, y las podemos clasificar siguiendo el Art. 6 de los Estatutos en:

1. Control y regulación del capital financiero y los mercados especulativos
2. Fortalecimiento del Poder y autonomía de la ciudadanía ante el poder de los mercados
3. Fortalecimiento y profundización del sistema democrático con la evaluación participativa de las políticas públicas

Al crecimiento medido en PIB, mal vivir del sistema del capitalismo financiero internacional, se le opone el Buen Vivir, el sistema de las personas por y para las personas y la Vida, con más bienestar, seguridad, tranquilidad y realización individual de ciudadanía integrada en sus colectividades, es decir, se le opone el sistema del capital social e institucional vinculado a las poblaciones y sus necesidades localizadas en territorios. Este Buen Vivir supone un “decrecimiento” medido en PIB. Que baje el PIB para nada significa que se viva peor o se tenga menos. Si los servicios públicos fuesen universales e incluyese un magnífico servicio de transporte público, sanitario, agua potable, energía, educación, etc. sin necesidad de ser facturados no figurarían en el PIB como hoy no figuran las imprescindibles para la sociedad actividades reproductivas, de cuidados y relaciones comunitarias desarrolladas masivamente por mujeres y que no se facturan, y sin las cuales seríamos mucho más “pobres” e infelices, además de inviables como sociedad humana. El PIB es una cuestión de “contabilidad” no de bienestar. Por eso hay que hablar de “Buen vivir” en contraposición del “mal vivir” de ahora con la mercantilización de todos los aspectos de la Vida.

Este Buen Vivir supone un “decrecimiento” medido en PIB por tres motivos inmediatos y claros:

1. Si actualmente el capital financiero supone más del 40% del PIB mundial y debería significar sólo en torno al 5-6% (lo que representaba en 1971 con el sistema dólar-oro fijo de Bretton Woods) significa que si eliminamos la especulación el PIB tal y como se contabiliza ahora se reducirá en torno a un tercio (más o menos 40% – 6% = 34%) Viviremos mejor con menos

2. Si hacemos la imprescindible y urgente revolución energética con las energías renovables y lo que algunos llamamos la “democratización de la energía” que ya es técnicamente real en determinadas zonas-islas locales en base a solar y eólica, que suponen una inversión inicial pero después sólo el mantenimiento, se reduciría la factura de compra de petróleo y la de su transporte, bajando el PIB. A esto hay que añadir el desarrollo de la soberanía alimentaría y sus efectos añadidos.

3. Si desmontamos la sociedad de consumo y despilfarro del consume y tira (ejemplo de móviles que hay que tirar enteros en vez de cambiarles la pieza de actualización nada más porque las empresas necesitan facturar y crecer permanentemente para reproducir de forma ampliada su capital) por una sociedad de satisfacción y consumo responsable y verdaderamente sostenible, estaremos reduciendo las facturaciones de las empresas y el PIB tal y como actualmente lo contabilizamos. Tendremos mejor cubiertas las necesidades sociales y habrá menos carencias que ahora. Tendremos más calidad de vida e incluso tendremos mejores servicios públicos con menos propiedad individual sobre ellos.

A los objetivos, motivaciones y valores del capital financiero internacional se le contraponen los objetivos, motivaciones y valores del capital social e institucional. Al crecimiento de la tasa de ganancia del capital, autonomía para sus gestores y supervivencia del sistema del capital financiero especulativo internacional, se le contrapone la supervivencia de la Vida, la humanidad y las personas, la seguridad y tranquilidad en el futuro sostenible y la participación en la determinación de sus vidas con la democracia participativa. Al deseo de acumular riquezas y poder en un individualismo competitivo irreal y suicida como motivación del sistema del capitalismo financiero internacional le contraponemos la motivación de una sociedad inclusiva e integradora de personas felices y cooperadoras que comparten la satisfacción de sus necesidades con bienes y servicios públicos gestionados y compartidos democráticamente. A los valores de egoísmo, avaricia y vanidad del sistema actual se le contraponen los de universalidad, solidaridad, cooperación y respeto.

Las respuestas que a la actual situación de crisis da el sistema del capital financiero internacional buscan solo el incremento de la tasa de ganancia mediante la bajada de salarios directos e indirectos (reforma laboral y de pensiones que son salarios diferidos, y especulación con los precios de los alimentos básicos), la incorporación de más tecnología (innovación y educación de “fuerza de trabajo”) bajada de precio de materias primas (especulación con petróleo y otras energías, explotación hasta el agotamiento de materias primas, etc.) y reducción de impuestos a las rentas y el capital a la vez que incrementan impuestos indirectos, reducen los gastos sociales (educación, sanidad, dependencia, familia, etc.) o quieren establecer el co-pago en estos servicios sociales, que es otra forma de trasladar el coste.

La respuesta QUE EXISTE a la crisis del capital financiero internacional desde el Buen Vivir busca satisfacer las necesidades de la humanidad garantizando la continuidad de la Vida y de la humanidad atacando su raíz: la desigualdad y polarización social y de rentas. Con la renta básica se garantizará la subsistencia y se dotará de autonomía y dignidad a las personas sobre el capital. Con la reducción de jornada y la generalización del empleo con sueldo digno a toda la población en igualdad de condiciones se garantizará la producción de los bienes y servicios necesarios socialmente garantizando la necesaria demanda para las empresas y autónomos de la actividad productiva. Con la participación en la gestión de las empresas y la generalización de la economía social se liberará todo el potencial creativo de una verdadera sociedad del conocimiento, donde la innovación no se enfocará hacia la sociedad de consumo y despilfarro sino hacia el incremento del bienestar y felicidad de las personas con el menor coste social posible. Con la incorporación trasversal de la visión medioambiental, considerándonos como humanidad fruto y parte de la Vida (la Tierra no es nuestra, nosotros somos suyo; su parte consciente y responsable de su continuidad) renunciaremos al despilfarro irresponsable y al consumo suicida. Al limitado y espurio concepto de productividad y rentabilidad de las empresas privadas, para beneficio exclusivo de sus miembros de Consejo de Administración, se le contrapone el amplio y solidario de la productividad y rentabilidad social. Con el establecimiento del Impuesto sobre las transacciones financieras (ITF) y un sistema financiero público, universal y con tipos de interés negativo, así como con impuestos directos progresivos eliminaremos la especulación financiera y dispondremos de un sistema financiero que promueva y dinamice la actividad productiva, el empleo y la satisfacción de las necesidades sociales, incluyendo la continúa investigación y desarrollo de nuevas técnicas y conocimientos. Los centros offshores (paraísos fiscales) no existirán. Con la generalización de la evaluación participativa de las políticas públicas generalizaremos la democracia participativa, profundizando en su calidad y cotidianidad, en la participación de la ciudadanía en determinar objetivos, implementación, gestión y evaluación de resultados obtenidos en un continuo ciclo ininterrumpido, a la vez que garantizaremos con ella el control de la ciudadanía a la corrupción y al abuso de poder.

Hoy la clave para avanzar está en aglutinar a todas las sociedades sobre la implantación del ITF internacional y la eliminación de los centros offshores y paraísos fiscales. Exigir el ITF implica denunciar la injusticia fiscal existente, la desigualdad, irracionalidad e inmoralidad suicida en la que estamos; implica la urgente necesidad de una revolución ética y extender la indignación social. Conseguirlo implica la gestación de órganos gestores que se encarguen de su implantación, gestión y cobro, así como, de los criterios de controles y rendición de cuentas del mismo. Lo que es igual a establecer y desarrollar órganos de democracia global. Exigirlo es poner en marcha el proceso de cambio del actual sistema a otro mundo mejor que YA EXISTE simplemente por que es posible ser visualizado y pensado. Al existir la alternativa en nuestra visión comienza ya a convertirse en realidad.

Los procesos de transformación social tienen cuatro fases. Primero en el mundo de las ideas, lo que lleva a la necesidad de un cambio de valores y principios éticos. Cuando estos nuevos valores se extienden se transforman en indignación social, es la fase en que los principios éticos y valores son transformados en sentimientos y emociones. Es el tsunami que vemos en Túnez y Egipto. Cuando se presenta este tsunami emocional arrasa con todos los planes, hayan sido pactados o no por partidos políticos o agentes sociales. La tercera es la fase de las nuevas realidades funcionales, las sociedades tienen que funcionar solucionando las necesidades funcionales de las poblaciones, por eso se provoca el caos siempre por las fuerzas desplazadas, para posibilitar una contrarrevolución y su vuelta al poder. Si la revolución logra implantarse la cuarta fase es el de la institucionalización de la nueva realidad con la promulgación de las nuevas leyes, normalmente comenzado con un proceso constituyente.

El equilibrio de poder ha cambiado en el sistema-mundo del capitalismo financiero internacional. El auge del sistema capitalista se basó en la explotación de los países del sur: en la esclavitud y más tarde en el empleo barato; en el acceso a materias primas baratas, al intercambio desigual, a una división favorable de la fuerza de trabajo, al control sobre sectores claves en estos países y a la hegemonía de la divisa, primero con la Libra esterlina y el Marco alemán, ahora con el dólar. El mercado mundial se subordinó, manipuló y estructuró en favor de los principales países capitalistas. Esto ya cambió. Y esta tendencia se acelera de manera espectacular mediante la combinación de altísimas tasas de crecimiento y grandes poblaciones del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). El resultado es que existe otro equilibrio de Poder en el sistema-mundo. El sur reclama su lugar en un mundo diseñado sin ellos, crea sus propias alianzas y potencia el comercio sur-sur al margen de las divisas del norte. Por primera vez en la era moderna, países relativamente pobres tienen un gran poder e influencia global mediante la inversión, los préstamos, etc. La pregunta, y la respuesta que está en el aire, es si el sistema-mundo del capitalismo financiero internacional puede soportar el auge de los países del sur.

Los Objetivos del Milenio fueron el resultado de las movilizaciones y el surgimiento del altermundismo en Seattle y la movilización sindical internacional por la globalización de la dignidad en el mundo, que cogió por sorpresa a los planificadores de la seguridad en el sistema-mundo. Su respuesta fue la “guerra contra el terrorismo” que le ha permitido establecer bases militares sobre las reservas de petróleo conocidas y actualmente explotables, queriendo conducir el devenir con su control. Pero los recientes acontecimientos en el Magreb, sobretodo Egipto, avisa de lo inestable de este control y del nerviosismo que les ocasiona descubrir su debilidad.

Las alternativas de ATTAC pasan también por la acción ciudadana. Los acontecimientos se están produciendo a una velocidad tremenda, que irá en aumento, ya que cada acontecimiento se de donde se de, retroalimenta a los anteriores y causa nuevos en otros lugares. El paro del 42% de la juventud española hace que España sea tal vez la primera candidata en la que surjan acontecimientos similares a los de Túnez y Egipto en la Europa del euro. La crisis lejos de ceder se agudizará en el futuro inmediato. Las contradicciones se agudizan, y los ataques en esta batalla del euro, que provisionalmente parece haber ganado China con Alemania y Francia (ha habido como una tregua durante Davos) esta lejos de haber terminado y volverá a recrudecerse. EE. UU. y Gran Bretaña están analizando la nueva situación y tomarán decisiones de acción pronto. No existen las soluciones individuales y nacionales. La dirección China baraja el enfrentamiento militar entre EE UU y la UE como históricamente inevitable. Los estrategas de Estados Unidos consideran como lo mejor para ellos que se reprodujeran el enfrentamiento militar en Europa y las condiciones de la Segunda Guerra Mundial. La Unión Europea política no existe, no piensa nada.

ATTAC tiene que ser consciente de quienes somos y de cuál es nuestro papel sin querer convertirnos en jueces de nadie, ni en suplantar a sindicatos o partidos políticos. Cada cuál tiene su función y su responsabilidad. Y la de ATTAC, en mi modesta opinión, es la de analizar los hechos con rigor y poner este análisis encima de la mesa para que no se pueda obviar. Y la acción, dentro de nuestras posibilidades y recursos.

Las revoluciones las hacen los pueblos, no los “lideres” ni los Partidos. El Baradei se traslada a Egipto cuando el pueblo está en la calle, como los lideres de la oposición en Túnez, que llegan ahora. No queramos crear artificialmente la revolución. Pero si hay que seguir sembrando en el desierto sin desmayo para que cuando llegue la lluvia, el tsunami de la indignación social, la semilla esté en su sitio. El sol existe.

Trabajemos ahora para organizar la Jornada Global por el ITF YA del 17 de febrero. Esa es nuestra tarea inmediata y nuestra respuesta. Y para ello contemos con el compromiso y la fuerza de todas las organizaciones que ya están comprometidas.

Fernando Moreno Bernal. Attac Acordem

http://www.acordem.org/2011/02/03/el-sol-existe-alternativas-de-attac-a-la-globalizacion-neoliberal-y-el-poder-de-los-mercados/

miércoles, 2 de febrero de 2011

El mayor desmán financiero de nuestra historia

Tengo en el cuerpo la incómoda sensación de que estamos a punto de cometer el mayor desmán financiero de nuestra historia: la entrega de la mitad, ¡la mitad!, del sistema financiero español, a precios de saldo y desguace, a bancos, inversores privados y “fondos buitres”, como les llama un conocido y reputado analista financiero, José Carlos Díez, en su blog.

Quizá este malestar es debido a un arrebato de patriotismo. En cualquier caso, las consecuencias serían muy importantes. Primero, una concentración desmedida y una disminución significativa de la competencia bancaria, cuyos perjudicados serán familias, profesionales y pequeñas y medianas empresas. Segundo, la aparición de riesgo de exclusión financiera para personas con baja cultura financiera, que tenían en la proximidad de las oficinas de las cajas un servicio público que los bancos no prestarán. Tercero, la pérdida de la Obra Social de las cajas, que actúa como un segundo Estado de bienestar, al atender a situaciones sociales adonde no llegaban las políticas públicas. Y, cuarto, la pérdida de un instrumento de dinamización cultural, especialmente en zonas pobres o alejadas.

El valor económico que se perdería para la sociedad en su conjunto sería inmenso. Muchísimo mayor que el valor patrimonial o contable, que es lo que ahora está en juego.

Si queremos preservar ese valor económico, la solución no es la fuga hacia delante, para entregarlas a inversores privados. La solución es la vuelta atrás, hacia lo que nunca deberían haber dejado de ser.

Las cajas son una institución financiera peculiar. Su mercado geográfico natural es el local y provincial. Y su función natural el crédito a las familias y pymes. Ese mercado y esa operativa eran coherentes con una específica estructura de propiedad distinta de la de los bancos.

Ha sido una historia de éxito, hasta ahora.

A esta situación se ha llegado a través de un largo camino de despropósitos. Son muchos los que han colaborado: legisladores, autoridades, reguladores, supervisores y las propias cajas.

Legisladores, autoridades económicas y monetarias han puesto un empeño digno de otras causas en liberalizar las cajas para romper sus fronteras geográficas naturales y dejar que hicieran todo lo que hacían los bancos. No midieron los riesgos. Esa libertad que se otorgó a los directivos chocaba con la lentitud de sus órganos de gobierno a la hora de tomar decisiones en momentos de crisis.

Los directivos aprovecharon esa liberalización para una expansión irresponsable y para concentrar las inversiones en inmuebles y suelo. Como los depósitos de los impositores no daban para financiar la expansión crediticia, se endeudaron hasta las cejas en los mercados europeos de capital. Riesgo inmobiliario y alto endeudamiento ha sido un cóctel explosivo.

Lo más sorprendente es ver cómo el supervisor, el Banco de España, dejó crecer ese riesgo y endeudamiento. Su labor de vigilancia y supervisión ha sido manifiestamente mejorable. La situación actual cuestiona su labor, al menos hasta 2007. No vale ahora echarle la culpa a la “politización” de las cajas. No puede lavarse las manos. Alguna explicación merecen los españoles y que la autoridad bancaria les diga qué hará en el futuro para desarrollar mejor su función.

Las autoridades autonómicas y locales han puesto su grano de arena. Al buscar una solución en los matrimonios endogámicos han empeorado la situación. La unión de dos contagiados no da lugar a uno sano.

Finalmente, el Gobierno ha estado creyéndose durante demasiado tiempo su propia mentira: que teníamos el mejor sistema bancario del mundo mundial. Faltó diagnóstico precoz para ver el contagio y diligencia en la aplicación de la medicina que tenía a mano: el propio Fondo de Garantía de las Cajas y el FROB. Ahora todo son prisas y precipitaciones. Y así nos va.

La solución para preservar el valor económico que las cajas tienen para la sociedad y la economía española es la intervención temporal y la depuración de responsabilidades. Esa intervención no debería llevar aparejada la obligación de conversión en bancos. Al contrario, debería forzar a las cajas intervenidas a dar un paso atrás: volver a recuperar su ámbito de negocio natural. No es imposible. Así se ha hecho en otros momentos de reforma bancaria.

¿Cuánto costaría la intervención? La vicepresidenta Elena Salgado ha estimado que unos 20.000 millones adicionales, incluyendo bancos. En total, un 3% del PIB. Cantidad manejable, y más productiva que los gastos faraónicos en el AVE. Y menor del 6% del PIB que costó la intervención del sector privado bancario en los años ochenta, desde Rumasa hasta Banesto. En todo caso, ese coste no es nada comparado con el valor económico que se perdería con la desaparición de las cajas.

Creo que vale la pena salvar las cajas. Si no, el epitafio de los historiadores de nuestro sistema financiero será que “entre todos la mataron, y ella sola se murió”.

Antón CostasEl País