martes, 20 de diciembre de 2011

Colectivo "econoNuestra"




La economía está en crisis: los problemas, actuales y futuros, a los que nos enfrentamos son de una enorme amplitud y profundidad. Lo que empezó siendo una formidable convulsión financiera se ha convertido en una crisis global sin precedentes en la historia reciente. A la quiebra de una estrategia de crecimiento que tuvo como centro de gravedad el universo financiero, se unen los límites de una dinámica económica productiva, social y medioambientalmente insostenible. Se superponen así diferentes crisis que denotan las insuficiencias y contradicciones del actual sistema económico.

El descalabro global, por su magnitud y naturaleza, pareció abrir en un principio una oportunidad para cuestionar los modelos de crecimiento hasta entonces prevalecientes. Los mismos poderes establecidos hicieron, en los albores de la crisis, llamamientos a reformar o incluso refundar el capitalismo. Lo cierto, sin embargo, es que la mayor parte de los responsables políticos y de las instituciones internacionales están perseverando, con más intensidad si cabe, en ideas, teorías y políticas económicas que venían aplicándose desde hace ya décadas y que estuvieron en el origen mismo de la crisis; ideas que descansan en la iconografía, tan conocida como desgastada, de los mercados eficientes e infalibles, sin intereses o relaciones de poder, a cuyo “escrutinio” deben someterse políticos y ciudadanos.

Así, esa oportunidad de alterar el modelo económico se ha perdido y, en su lugar, se ha impuesto una estrategia que sigue permitiendo a los mercados, y a quienes los gobiernan desde intereses minoritarios de grupos y corporaciones, la apropiación de parcelas crecientes de la esfera pública. Todo ello está propiciando una sustancial redistribución de ingresos y riqueza en beneficio de los sectores privilegiados de la sociedad, profundizando las fracturas sociales y territoriales.

Las políticas económicas para combatir la crisis se sustancian, antes que nada, en paquetes de reducción del gasto público, reclamando así a la población - a los segmentos más vulnerables, sobre todo- un esfuerzo de austeridad, al tiempo que se mantienen intactos los privilegios fiscales de las rentas más elevadas, se encauzan recursos financieros a los bancos, responsables de la crisis, y se entregan cantidades enormes de dinero a los grupos que especulan con la deuda soberana de los países. Estas políticas se presentan como la única vía posible para superar la crisis, pero, lejos de abrir un escenario de salida de la misma, están cercenando las posibilidades de recuperación de las economías, especialmente de las más débiles.

Frente a ese contexto de sometimiento a los mercados, en medio de una ofensiva histórica contra los estados de bienestar, con las izquierdas políticas y sindicales incapaces de generar discursos y propuestas alternativas, ha emergido en España una voz disidente, que se ha hecho oír con contundencia: la del movimiento 15M (M15M), con sus concentraciones, sus acampadas, sus asambleas y sus espacios virtuales. El descontento de los llamados indignados no sólo ha sido oído, como evidencian ya numerosas portadas de los más importantes periódicos, sino que además es compartido por muchos, activos o no en el movimiento, ganándose el apoyo de buena parte de la población.

Entretanto, ¿qué hemos hecho, y qué hacemos ahora, los economistas? Muchos economistas académicos, aquellos que tienen incidencia en el espacio político, continúan instalados en las teorías y “evidencias empíricas” que vienen siendo, desde hace ya décadas, el sustento argumental de los formuladores de políticas públicas, de unos y otros colores políticos. Pero sus teorías y métodos de demostración, pretendidamente científicos y de validez universal, han revelado enormes limitaciones, no sólo por no haber anticipado las crisis, sino también por su incapacidad para organizar la actividad económica sobre bases sostenibles y equitativas. Los modelos de este grupo de economistas más bien han servido, y sirven ahora, para que los ganadores de los mercados desregulados consoliden sus posiciones de poder y privilegio.

Mientras, otros (no tan pocos) economistas venimos observando las disfunciones del sistema económico, y la cansina aplicación de recetas -muchas veces tan dolorosas como esquemáticas- derivadas de los planteamientos teóricos y empíricos dominantes. Y, aunque presenciamos todo ello indignados y aterrados (tomando prestados los términos), nuestras propuestas quedan a menudo confinadas a foros docentes, publicaciones y redes de investigación, con una escasa imbricación en el diálogo social y una limitada capacidad de impacto político.

El movimiento 15-M, con su cuestionamiento de las soluciones dominantes, con su energía para debatir lo que parecía prohibido debatir y desde luego quedaba fuera de la agenda política, con su capacidad de movilización, nos empuja y nos obliga a superar nuestro pequeño espacio académico y a proyectar nuestra voz al escenario social y político. Este movimiento, además, nos hace creer que esa proyección es posible.

Con esa intención general, la de contribuir al diálogo social y a las soluciones políticas con una economía diferente a la del fundamentalismo del mercado nace econoNuestra. Somos un colectivo formado sobre todo por economistas - académicos, investigadores, estudiantes, periodistas…- y por todos aquellos que, desde muy diversos ángulos profesionales, se quieran comprometer en el impulso del debate económico desde “otra visión”. Nos sentimos deudores y participantes de asociaciones de economistas críticos y heterodoxos, pero tenemos dos objetivos fundamentales más allá de los círculos académicos.

En primer término, deseamos colaborar con las plataformas sociales existentes, muy especialmente con el M15-M, en la reflexión, en la elaboración de alternativas al actual desorden económico y, en definitiva, en la construcción de un discurso económico distinto al imperante.

En segundo lugar, aspiramos a convertirnos en una plataforma de información, formación, propuesta y debate, desde una perspectiva de economía crítica, sobre aquellos asuntos que están en el corazón de la crisis sistémica y que, al mismo tiempo, conectan con la agenda estratégica surgida del M15M: la creación de empleo y la cohesión social y territorial, la fiscalidad y las políticas públicas, la financiarización de los procesos económicos, el poder y la jerarquía en los mercados y las asimetrías de la globalización son algunos de los temas que, ante el fracaso de la economía convencional y de las recetas neoliberales, necesitan de otras miradas, otros enfoques. Este es el reto que asumimos desde econoNuestra.

Queremos invitarte a esta iniciativa que está naciendo, que quiere tener presente y futuro. Porque otra economía es posible, únete y participa. 

econoNuestra



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