Un día sí y otro también nos aleccionan sobre la excesiva carga
fiscal que padece España y que, supuestamente, lastra el potencial de
nuestra economía para crear empleo. Se trata de una cuestión de la
máxima importancia porque, en el mundo real, nuestra fiscalidad dista
mucho de ser excesiva y esa circunstancia sí limita el margen de las
administraciones para reactivar la economía y crear empleo.
En España los impuestos representan el 30.4% del PIB, frente a una
media del 38.4% del PIB en la Unión Europea (UE). Es decir, nuestro país
recauda 8 puntos menos de PIB de lo que es normal en la UE, cifra que
supone dejar de ingresar más de 80.000 millones de euros al año, una
cuantía equivalente a más de doce veces todo el presupuesto de la
Comunidad Autónoma de Canarias.
Un reciente estudio de Ernst & Young Abogados, que compara los
principales impuestos en la Unión Europea, Estados Unidos, Brasil,
Rusia, India y China, nos ha advertido de nuestros supuestos excesos
fiscales. Los medios de comunicación se han hecho eco del estudio de
Ernst & Young que sitúa a España entre los países con impuestos
directos más altos en la UE.
El estudio señala que el tipo marginal máximo del IRPF es del 45% en
nuestro país, frente al promedio del 37.1% en la UE. Sin embargo, si la
comparación la hacemos con la Unión Europea de los Quince, el grupo de
estados ricos en que se halla España, encontramos un tipo máximo medio
del 48.2%. Los tres estados de la UE con tipos más altos del impuesto
sobre la renta son Suecia (56.4%), Bélgica (53.7%) y Holanda (52%),
cuyas respectivas tasas de desempleo son del 7.4%, 7.5% y 4.3%, todas
ellas muy inferiores a la tasa española de desempleo del 21.2%.
Si prestamos atención a los datos de la Comisión Europea sobre el
porcentaje que representan los impuestos directos sobre los ingresos
fiscales totales, vemos que España, con el 32.8%, está exactamente en la
media de la UE. Los tres estados en donde los impuestos directos
representan mayor porcentaje de los ingresos fiscales son Dinamarca
(62%), Reino Unido (46.1%) y Suecia (42%). Las respectivas tasas de
desempleo de estos estados son 7.2%, 7.8% y 7.4%. Vemos que los estados
con tipos máximos del impuesto de la renta muy superiores a los de
España y, asimismo, con mayor peso de los impuestos directos, tienen
niveles de desempleo que rondan la tercera parte de los nuestros.
Otro de los impuestos que analiza el estudio de Ernst & Young
Abogados es el de Sociedades, que, en España, se sitúa en el 30%, el
quinto país de la UE con el tipo más alto. Eduardo Sanfrutos,
responsable del estudio, ha asegurado que esta situación puede
perjudicar la competitividad de las empresas españolas. El mensaje es
obvio: vendría muy bien una rebajita del Impuesto de Sociedades.
La comparación que hace el estudio carece de sentido porque se
refiere al tipo nominal del impuesto y no al tipo efectivo. De modo que,
en 2009, las empresas pagaron por el Impuesto de Sociedades el 9.9% de
sus beneficios, pese a que el tipo nominal del impuesto oscilaba entre
el 25 y el 30%. Un estudio, publicado por Funcas, sobre la diferencia
entre el tipo nominal y el tipo efectivo del Impuesto de Sociedades (la
diferencia entre lo que se pagaría si no hubiera exenciones,
deducciones, etc., y lo que se paga cuando las hay) muestra que, entre
1995 y 2005, en la Unión Europea de los Quince, el tipo efectivo estuvo
1.36 puntos porcentuales por debajo del tipo nominal y en España 10.4
puntos por debajo. Es decir, en nuestro país los descuentos acaban
restando al Impuesto de Sociedades mucha más capacidad recaudatoria que
entre nuestros vecinos.
Por último, el estudio de Ernst & Young señala que el Impuesto
sobre el Valor Añadido (IVA) supone el 18% en España, frente al 20.7% en
la UE. Por ello, Sanfrutos ha señalado que en este tipo de impuestos es
donde existe “mayor margen de maniobra”. El aumento de la fiscalidad
indirecta es la única vía destacada por el responsable del estudio para
incrementar los ingresos fiscales.
Sin embargo, es importante entender que los ingresos fiscales de
España son comparativamente bajos y que, además, los países de la UE con
ingresos fiscales altos juegan un papel en sus economías que aumenta el
nivel de vida y reduce el desempleo. El sesgo ideológico habitual
contra la fiscalidad elevada y progresiva impide sacar las conclusiones
obvias de los datos disponibles y aplicar en nuestro país lo que ha
funcionado en otros. La ideología oculta los datos de la realidad y el
PP y el PSOE nos condenan a un atraso social relativo porque no lucharán
en serio contra el fraude fiscal, ni adoptarán las medidas que nos
permitirían converger con los modelos fiscales de los estados más
avanzados de la UE. Padecemos un exceso de demagogia, propaganda e
ideología y un déficit de debate político racional .
Rebelión
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=136870
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