lunes, 30 de julio de 2012

"Hay un sólo partido político: los banqueros". Entrevista a J. Henry (TJN)

El experto de la ONG Taxt Justice Network denuncia la complicidad de los países ricos con los paraísos fiscales. 

El economista James Henry es uno los mayores especialistas en materia de lavado de dinero. Al frente de la Tax Justice Network, una ONG presente en varios países que lucha activamente contra la evasión impositiva, dio a conocer durante la semana pasada un informe donde señala, entre otras cosas, que los argentinos guardan aproximadamente U$S 400 mil millones en paraísos fiscales. Desde su residencia en Estados Unidos habló con Tiempo Argentino sobre el doble discurso imperante a la hora de combatir el lavado. “Estados Unidos les pide información a todos los países acerca de cuánto dinero tienen los estadounidenses en cuentas offshore, cuando en realidad nosotros no accedemos a brindar esa información al fisco argentino”, asegura.

–¿Qué es lo que más lo sorprendió dentro de los resultados de la investigación sobre los paraísos fiscales?
–He estado estudiando estas temáticas desde los años ochenta así que difícilmente pueda decir que algo de esto me sorprenda. Sin embargo, encontramos algunas conclusiones importantes. La primera de ellas tiene que ver con la habilidad para mover la riqueza financiera hacia los paraísos fiscales. Estimaciones que creemos son conservadoras proyectan que la riqueza financiera en paraísos fiscales alcanza a 21 o 32 billones de dólares. Cuando miramos el problema nos damos cuenta de que es más de lo que podríamos proyectar observando los estudios del FMI o de los bancos privados. Además, los paraísos fiscales han estado creciendo. Particularmente, nos llamó la atención que a pesar de las diferencias entre los métodos que utilizamos todos presentan consistencias entre sí, aún cuando son independientes unos de otros. 

–¿Quiénes están detrás de los paraísos fiscales?
–Otra cosa que encontramos es que un pequeño grupo de grandes bancos internacionales privados, Crédit Suisse, JP Morgan, HSBC, BNP, entre otros, tienen un rol preponderante en esta actividad. Es decir, detrás de los cerca de 80 paraísos fiscales individuales que sabemos están ahí, como las Islas Cayman, las Islas Vírgenes, Bermudas o Jersey, existe una industria global que se beneficia de la organización de esta actividad, y que está liderada por grandes instituciones financieras. Hubiéramos esperado encontrar bancos en islas calurosas, sí, pero lo que finalmente encontramos son los bancos más prominentes del mundo.

–¿Qué otros bancos operan?
–Los mismos bancos que fueron responsables de la crisis financiera internacional son los que están involucrados en lavado de dinero, y también son los mismos que recibieron gigantescos pagos por parte de los contribuyentes en los rescates de 2008, me refiero a la asistencia financiera de la Reserva Federal. Es algo sorprendente pero a la vez vergonzoso saber que los bancos que recibieron la ayuda por parte de los contribuyentes son los mismos que ayudan a la gente más rica del mundo a evadir impuestos.

–¿Cuál es la situación de países como Argentina?
–Otra cosa interesante surge cuando analizamos lo que pasa con países de ingresos medios y bajos. Particularmente se toma en cuenta la riqueza privada que han acumulado en el exterior y se lo compara con lo que es la deuda externa bruta que han acumulado hasta fines de 2010. Unos 156 países aproximadamente tienen una deuda externa bruta de U$S 4,1 billones y reservas oficiales de U$S 6 billones. Incluso antes de analizar en detalle la cuestión, los países de ingresos medios y bajos fueron prestamistas netos para los países ricos en alrededor de 2 billones. Pero si se suma toda la fuga de capitales y la riqueza acumulada offshore, el total alcanza de 10 a 13 billones de dólares de préstamos netos de los países pobres a los ricos, algo sorprendente y escandaloso. Es decir, muchos de estos países individuales no son en realidad deudores sino prestamistas. Argentina es un buen ejemplo, también Brasil, México, Nigeria o Rusia. Si uno mira sus activos offshore, incluyendo su riqueza privada en manos de su elite en relación a la deuda externa bruta tanto privada como pública, se da cuenta de que, básicamente, nunca hubo un problema de "deuda" en el Tercer Mundo, sino más bien un problema de impuestos en el Tercer Mundo. El problema no es que haya mucha deuda, la cual se redujo durante la última década, sino que estos países no son capaces de alcanzar a todos esos activos externos.

–El gran obstáculo es el acceso a la información…
–La información que necesitaríamos para hacer un mejor trabajo en nuestras estimaciones está en manos de instituciones bancarias ligadas al Banco Internacional de Pagos (BIS). Sin embargo, el BIS no publica, aun cuando tiene la información, cuántos depósitos tienen los brasileños, mexicanos o argentinos en cuentas en Estados Unidos. Se guardan el secreto. El Tesoro de los Estados Unidos se ha quejado mucho ante los bancos suizos bajo el argumento de que vienen a los Estados Unidos y sacan el dinero del país hacia Suiza, les pedimos información a todos los demás acerca de cuánto dinero tienen los estadounidenses en cuentas off shore cuando en realidad nosotros no accedemos a brindar esa información al fisco argentino. Se trata de la misma información básica que les demandamos por los depósitos que ustedes tienen en los bancos estadounidenses: ahí es cuando se corta la conversación telefónica.

–A cuatro años, la crisis no parece haber cambiado mucho del poder que detenta Wall Street.
–Lamentablemente eso es correcto. Los dos partidos políticos aquí pertenecen a Wall Street. Tenemos un solo partido político, el de los banqueros.  «

–¿Existe hipocresía por parte de los países centrales cuando se habla de lavado?
–Sí, por ejemplo, lo dicho sobre la Reserva Federal: pedimos información a los suizos  sobre los estadounidenses que tienen cuentas en el exterior, pero no le proveemos información a Argentina sobre los argentinos que tienen cuentas aquí. Esto es definitivamente un doble estándar. Hay un gran consenso en lo que llamamos "una doble no gravación impositiva" y del que mi país es un gran ejemplo: si eres un extranjero no residente en Estados Unidos y vives menos de 183 días al año en el país no pagas impuestos por esos depósitos. El banco te paga intereses sobre esos depósitos y la persona no tiene que informar eso al Tesoro de Estados Unidos, ya que no lo gravamos. Los países del Primer Mundo tratan de atraer estos capitales y no reportan las ganancias que estos generan al propio país. Eso sin duda es algún tipo de hipocresía.

–¿Cómo se puede remediar esto?
–Deberíamos hacer algo para rectificar esto: una de estas cosas es el intercambio automático de datos, que el Tesoro le entregara automáticamente información a la Argentina, por ejemplo. Necesitamos regulación adecuada sobre la banca privada.

Ignacio Chausis
Tiempo Argentino

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