martes, 14 de febrero de 2012

Mercados financieros: Los señores del universo

Raro es el día que no escuchemos algo relacionado con los mercados: Las preguntas ¿como fueron los mercados? ¿como están hoy? ¿que se espera para mañana? resuenan con voz propia dentro del vendaval de información y opinión .En general la ciudadanía asiste a este hecho, con una doble percepción. Por un lado  siguen viendo a los mercados como aquella vieja creación humana situada en determinados lugares físicos, de ámbito territorial diferente,-(local, regional, nacional o internacional)-,  en donde se intercambian diversos bienes y servicios que dan lugar a múltiples  operaciones que permiten engrasar la circulación económica y para que esta sea segura y fluida históricamente se hallan sometidos a unas reglas o condiciones que tienen que cumplir.

Pero la historia reciente muestra, frente a nuestra antigua percepción, que los mercados,  concretamente los mercados financieros constituyen un haz oscuro derivado tanto de  la jerga que utilizan en la que incluyen conceptos difícilmente explicables para la mayoría, -hablan de productos sintéticos potencialmente tóxicos, opciones y futuros  etc.,-  solo accesible, como dicen los castizos, para enterados. A su vez llama la atención su comportamiento, pues aunque los movimientos de precios que se producen dentro de ellos  puedan derivarse de informaciones que puedan generar temores a los actuantes en el mercado, por ejemplo la  posibilidad o realidad de una mayor debilidad en el crecimiento futuro o presente, o la quiebra total o parcial de algún país etc.-  existen , a veces, violentos movimientos de alzas y bajas de cotización que  parecen injustificables por no haber nuevas informaciones que presagien los mismos. Por último preocupa a la ciudadanía  las señales que emiten que parecen desprender un “torrente de lava” que de  no controlarla   pudieran convertirse en un fuego que arrasara el edificio,  o al menos parte de él, sobre el que se asienta la estructura socio-económica vigente y su permanencia en el futuro en los distintos países. Como buenos bomberos los Estados, a nivel individual o coordinado con otros,  corren a apagar, total o parcialmente el incendio, con el fin, señala, de preservar el edificio socio-económico que, con mayor  menor a cierto o con mayor o menor profundidad,  se ha construido como cobijo de sus ciudadanos.

La pregunta que se plantea es ¿Cuál ha sido la dinámica que  ha llevado a dotar de un papel primordial  a los mercados financieros en el funcionamiento de la economía? Hacia su comprensión vamos a bucear a continuación.

Sistema Económico y Mercados financieros
Los mercados, esa vieja creación humana, son un componente más del sistema económico en el que se insertan cumpliendo dentro del mismo una determinada labor. Funcionalmente los mercados financieros, en teoría, deben prioritariamente  responder a la  movilización del ahorro,-captándolo, canalizándolo  y asignándolo- , es decir actuando  como lubricante del sistema económico  facilitando a su vez el comercio;  e intermediar ahorro y riesgos económicos, esto es gestionar la acumulación o  excedentes, entre agentes a cambio de una remuneración.

En la práctica una mirada a los datos nos pone de manifiesto que se ha  producido una deriva hacia la creación de riqueza financiera, el dinero por el dinero, con el peligro de que  las ineficiencias que se produzcan en los mercados financieros, repercutan en la obtención de recursos para el funcionamiento de la economía real como ha ocurrido últimamente. Este peso excesivo de la economía financiera sobre la real es la consecuencia del peligroso coctel que se ha producido como consecuencia de  las posibilidades de actuación en el campo de las finanzas derivado  de la interacción entre factores institucionales, como la liberalización y desregulación financiera y la aplicación de las nuevas tecnologías de información y comunicación a las finanzas.

Por otro lado la distorsión en favor de la función de creación de riqueza financiera tiene su base operativa en el  marco de una creciente  mundialización o globalización que no es más que la expresión del nuevo mercado mundial  que caracteriza el sistema económico actual. En definitiva el funcionamiento del mercado globalizado supone una posibilidad de intensas relaciones económico-financieras a las que refuerzan y  dan cobertura las nuevas tecnologías,  medios informáticos etc.

Institucionalmente el predominio ideológico de lo privado sobre lo público, la creencia teórica de una mayor eficiencia de los mercados y un mundo globalizado, se ha traducido operativamente en la búsqueda de un mercado financiero mundial donde todos los agentes puedan intercambiar todo tipo de títulos a cualquier tipo de plazo. Produciéndose a su vez una renuncia explícita e implícita de los gobiernos al control de las transacciones financieras y pasando a jugar un papel decisivo las grandes  instituciones privadas, bancarias o fondos de inversión con una influencia cada vez mayor sobre las  entidades no incluidas en la red financiera.
Por su parte los avances tecnológicos han  posibilitado la confluencia de la  comunicación en el ámbito temporal y territorial. La aplicación de las posibilidades tecnológicas se ha convertido en un elemento decisivo en los mercados financieros hasta el punto de hay numerosos autores señalan que las maquinas han tomado el poder. Desde luego si uno piensa que la Bolsa de Paris, asociada conla de Nueva York, tiene instalados ordenadores en Basildon, una ciudad a50 kilómetrosde Londres,  y que los mismos los alquila a unas cuarenta sociedades que practican el negocio de alta frecuencia nos podemos dar idea del poder que la tecnología en el campo de los mercados financieros.

No podemos también olvidar que uniendo  tecnología y  desregulación aparece la fórmula ideal para dar cobertura a la opacidad de muchas de las operaciones que se desarrollan desde los paraísos fiscales. Cada vez es más difícil saber  quién está detrás de la órdenes que se reciben desde los mismos esto es si proceden de  fondos de pensiones americanos, fondos soberanos del medio-oriente o gestores de las grandes fortunas suizas etc.

Nuevos instrumentos financieros y nuevos agentes  
El marco reseñado ha influenciado al  conjunto de componentes del sistema financiero que han experimentado profundos y notables cambios. Si pasamos revista a los diferentes instrumentos financieros que se intercambian en los mercados nos encontramos que frente a los títulos de deuda- bien líquidos (dinero y divisas emitidas por los Estados), de corto plazo (pagarés etc.)  Y a medio plazo (bonos, cédulas etc.)- y de propiedad-bien acciones o participaciones- han experimentado un espectacular desarrollo los denominados títulos derivados,  llamados  así porque su valor proviene de los activos financieros que soportan dichos títulos y que operativamente se utilizan tanto como protección ante posibles impagos pero que tienen a su vez una gran potencialidad  para obtener altas ganancias y grandes pérdidas mediante operaciones especulativas. Quizás la frase del millonario Warren Buffet: “los derivados son armas de destrucción masiva” resuma su actual potencial pero debemos pensar que un arma no se dispara sola y son precisamente los sujetos que la utilizan especulativamente  los que marcan su actividad.

A su vez las trasformaciones derivadas de las reformas legales como  por los nuevos avances tecnológicos y los nuevos instrumentos financieros vienen incorporando a nuevos agentes que a su vez han visto reforzado su papel por la  apelación a la financiación vía mercados frente a la financiación vías entidades financieras. Así junto  a los grandes bancos, comerciales y de inversión, hoy el ámbito de los inversores institucionales acoge a  Fondos de Inversión, Fondos de Pensiones; Fondos Soberanos; Fondos de inversión libre(Hegs Found); Fondos de Capital Riesgo ( Privaty Equity) y Aseguradoras  como decisivos actuantes tanto en el ámbito doméstico como internacional.

La lógica del control del riesgo debería de estar  en todas y cada una de las actuaciones con los instrumentos y por los distintos agentes sin embargo su naturaleza y uso han desencadenado diversas crisis de la que la actual es su exponente más significativo.

Necesidades de financiación  públicas y mercados financieros
Una de las cuestiones que más preocupan a los ciudadanos  relaciona las necesidades de financiación pública y los mercados financieros. El  cambio que supuso para las administraciones públicas el paso de la disponibilidad de monetizar el déficit público,- popularmente darle a la maquinita-, a tener que financiar sus déficits mediante la emisión de deuda ha supuesto la necesidad de apelar a los mercados pasando estos a cumplir un papel decisivo en relación a la independencia fiscal de los países. Los mercados financieros, en definitiva, presionan y bajo su manto se han hecho y se han justificado muchas  actuaciones.

Son muchos los países que emiten deuda pública y de forma general realizan la venta de sus títulos mediante el sistema de subastas en la que se reflejan los precios y la rentabilidad… Posteriormente a su emisión pasan a ser negociados en los mercado secundarios en donde los agentes operadores buscan obtener la máxima rentabilidad y no dudan realizar operaciones especulativas que favorezcan sus intereses lo que puede afectar de forma negativa a los precios e intereses  asociados a la deuda que se emite.

Mirando al futuro.
Las diferentes crisis financieras a lo largo del siglo pasado pusieron a la estabilidad financiera como uno de los objetivos prioritarios en los organismos reguladores de las finanzas, tanto bancos centrales como instituciones financiaras internacionales, pero la realidad es que la crisis actual ha puesto en el tapete la necesidad de rearmarnos y de potenciar a  nuestros gendarmes frente a los señores del mundo de hoy: los mercados financieros.
(Documento publicado en la revista “Temas para el debate” nº 206)

 Angel Luis del Castillo Gordo 
Presidente de Green Cross España y miembro de ATTAC Madrid
Fuente: Attac Madrid
http://www.attacmadrid.org/?p=6239

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