Decía Bertolt Brecht que hay muchas maneras de matar. Clavar un
cuchillo en el vientre, condenar al hambre, negar auxilio en la
enfermedad, empujar al suicidio, llevar a la guerra… Pocas están
penalizadas. Hoy, en Grecia, hay mucha más ciudadanía con mayor riesgo
de morir que hace dos años. Por la austeridad.
Salarios y pensiones se han rebajado entre un 50 y un 70%. Más de
60.000 negocios han cerrado y otros tantos lo harán este 2012. La quinta
parte de asalariados trabaja jornadas reducidas y cobra por debajo del
salario mínimo. Se han destruido más de medio millón de empleos y los
parados son casi un millón (20%). Medio millón de familias carece de
cualquier ingreso y seis de cada diez hogares no pueden pagar sus
facturas. Los servicios públicos, liquidados o privatizados. Las ollas
populares se multiplican y las ONG reparten 20.000 comidas diarias en
Atenas, por ejemplo. La malnutrición hace estragos en los niños y el
hambre aparece en las ciudades.
Si un griego pierde el empleo, pierde el seguro médico y ha de pagar
para ser atendido. Decenas de miles de ciudadanos inválidos, enfermos o
con patologías infrecuentes están condenados a muerte segura a corto
plazo por la supresión de subsidios a medicamentos.
Sobre tales cosas, Naciones Unidas ha dictaminado que “es inadmisible
que un Estado cierre las escuelas, universidades, desmantele servicios
públicos y abandone la población al caos para disponer de fondos y pagar
a acreedores extranjeros o nacionales. El Estado no puede sobrepasar
determinados límites”.
Pero además, las medidas draconianas impuestas por la Unión Europea y
el FMI no ayudan a Grecia a recuperarse. Al revés. Más recesión, más
desempleo, más pobreza.
Al otro lado del Mediterráneo, en España, con 5 millones de
desempleados en aumento, cambian hábitos de consumo. En millones de
hogares hay economía de guerra, según la última encuesta del Centro de
Investigaciones Sociológicas. Un 60% reduce gasto en alimentación, ropa,
electricidad, agua, gas, vacaciones e incluso cuidado de la salud. Y
según Eurostat (estadística de la Unión Europea), España es el país
europeo donde más aumentó el riesgo de pobreza hasta afectar casi al 21%
de la población.
Por obra y gracia de la “austeridad”
Sonia Mitralia, de CADTM de Grecia, denunció en la Asamblea
Parlamentaria del Consejo de Europa que la austeridad es un peligro para
la democracia y los derechos sociales. “A los dos años de la terapia de
choque impuesta a Grecia por el Banco Central Europeo, la Comisión
Europea y el FMI, el balance es catastrófico, indignante e inhumano.
Incluso los impulsores de esas políticas reconocen su fracaso. Si la
austeridad draconiana hubiera sido eficaz, la deuda pública griega sería
el 120% del PIB en 2020: igual que en 2009, cuando empezó todo. Han
diezmado un país para nada”.
Sin embargo, BCE, Comisión y FMI imponen la misma austeridad que
saben fracasada. En Portugal, España, Irlanda, Italia, en toda Europa,
la austeridad draconiana impuesta hunde la economía. Vicenç Navarro
recuerda que “en España, los recortes del gasto público no han producido
una bajada de intereses de deuda pública del Estado, al contrario, los
intereses han aumentado a nivel insostenible. Y lo mismo ocurre en
Irlanda, Portugal e Italia.”
Las políticas de austeridad no solo son fracaso y desastre. Un
manifiesto del movimiento 15 M denuncia que “asistimos a un golpe de
Estado cuando nuestros dirigentes acatan las directrices de
instituciones no elegidas democráticamente, como Comisión Europea, Banco
Central Europeo o FMI, que atienden solo a los intereses de grandes
fortunas y corporaciones. Eso no es austeridad. La pretendida austeridad
no es más que una despiadada transferencia de riqueza del 99% que
estamos abajo al 1% que nos pisa. Es un saqueo y una estafa”.
Y los juristas Jaume Asens y Gerardo Pisarello nos recuerdan que
“cuando el poder se despeña por la ilegalidad o consiente la irrupción
de una legalidad privatizadora, a menudo mafiosa, la protesta ciudadana,
la desobediencia, adquieren nueva luz. Aparecen, no ya como desórdenes
susceptibles de ser criminalizados sino como el primero de los derechos
para instaurar, en ese acto de rebelión, un orden jurídico alternativo,
más igualitario y libre de violencia”.
Habrá que estar preparado para esas respuestas ciudadanas.
Xavier Caño Tamaño – ATTAC Acordem
Artículo publicado en Vanguardia (México).
Fuente: Attac España
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