Muchos lectores del blog me han hecho la misma pregunta: ¿Cómo es posible que sean las grandes empresas y las grandes fortunas los agentes que más han recurrido al endeudamiento
en el periodo del boom económico, si son precisamente quienes más
recursos tienen y por lo tanto quienes tienen menos necesidad de tomar
dinero prestado?
La pregunta resulta muy pertinente. Normalmente entendemos que las
personas o empresas que piden dinero prestado son de hecho personas o
empresas que no tienen suficientes recursos para realizar la actividad
que se propongan. Nos parece lógico pensar que si una familia no tiene
suficiente dinero para comprar una vivienda, se endeude para poder
llevar a cabo la compra. También nos parece lógico pensar que si una
pequeña empresa quiere realizar una inversión notable y no dispone de
suficiente capital, termine pidiendo dinero prestado para alcanzar su
objetivo. Y al contrario: nos resulta a simple vista muy raro que una
familia o una empresa con elevados recursos pida dinero prestado para
llevar a cabo una operación o una inversión. Pero esto es así porque
estamos acostumbrados a pensar en el recurso al endeudamiento como una necesidad, y solemos olvidar que esta actividad también es una oportunidad.
En los ejemplos que se acaba de mencionar se recurre al endeudamiento
por necesidad, porque el agente económico en concreto no tiene
suficiente dinero para lograr sus objetivos. Pero pedir dinero prestado
no es útil solo para aquellos que no tengan suficiente dinero, sino que
también es útil (y mucho) para aquellos que sí tienen dinero suficiente
para realizar sus actividades.
La clave del asunto reside en que endeudarse ofrece ventajas notables
independientemente del dinero que uno tenga. Cuando una persona realiza
una actividad rentable (esto es, que al cabo de un tiempo le rinda
frutos) puede utilizar para ello su propio dinero o utilizar dinero
ajeno. Si la actividad sale bien, resulta mucho más rentable haberla
llevado a cabo con dinero prestado, y no con dinero propio. Es decir,
para una actividad o inversión determinada, uno puede ganar mucho más
dinero si utiliza dinero prestado en vez de dinero propio (la operación que consiste en endeudarse para realizar una actividad económica se denomina “apalancamiento”).
Esto es algo que se puede entender fácilmente con un simple ejemplo.
Imaginemos que una determinada empresa quiere realizar una inversión
en concreto que al cabo de un año le otorgue ganancias. Esta inversión
requiere utilizar 100 €, y al cabo de un año la empresa obtiene 120 €.
El dinero que se ha ganado en un año con esta inversión es 20 € (120 €
obtenidos menos los 100 € utilizados).
Si la operación la lleva a cabo la empresa con dinero propio, la rentabilidad será del 20%. Porque por cada 100 € gastados, ganará 20 € (20/100 = 20%).
Si la operación la lleva a cabo la empresa en parte con dinero
propio y en parte con dinero prestado, la rentabilidad será mayor que
ese 20%. Para que quede bien ilustrado, tomemos el caso extremo
(pero en ocasiones real) de que la empresa utiliza 10 € propios y 90 €
ajenos. Es decir, la empresa pedirá prestado 90 € y aportará 10 €
propios para tener los 100 € que necesita para iniciar la inversión.
Cuando transcurra el año la empresa obtendrá 120 €. Pero tendrá que
devolverle los 90 € al banco que le haya prestado dinero, más un pago
extra por intereses que suponemos alcanza los 4 €. En definitiva, la
empresa ha obtenido 120 €, pero tendrá que pagar al banco 94 € (90 + 4).
Le sobrarán entonces 26 € (120 – 94). Pero recordemos que 10 € los sacó
de su bolsillo para iniciar la inversión; por lo que en realidad la
empresa ha ganado 16 €, ya que obtuvo 26 € gastando 10 € de su bolsillo.
Si calculamos la rentabilidad obtenemos que la misma asciende a un
160%. Porque por cada 10 € gastados, ha ganado 16 € (16/10 = 160%).
La cantidad ganada es menor que en el caso anterior (16 € cuando en
el caso anterior fue de 20 €), pero es que lo que importa es la ganancia
en relación al dinero que aportó la empresa. En este sentido es mucho
más rentable el segundo caso, ya que aportando poco dinero se obtienen
ganancias muy grandes. Imaginemos las ganancias que obtendría la empresa
si en vez de aportar 10 € propios, aportase 100 €. En ese caso las
ganancias serían de 160 euros (porque por cada 10 euros que aporta, gana
16).
Si para esta inversión la empresa no se endeudase, ganaría 20
euros. Si se endeudase en las cantidades indicadas, ganaría 160 euros.
La diferencia es colosal. Es mucho mejor invertir utilizando dinero
prestado que utilizando dinero propio.
El apalancamiento ha sido la estrategia que han adoptado las grandes empresas y las grandes fortunas para invertir en el sector de la vivienda y también en los mercados financieros.
Aunque tenían dinero suficiente para invertir sin tener que pedir
dinero prestado, lo hicieron porque de esta forma obtenían muchos más
beneficios. El recurso al endeudamiento les ofrecía la oportunidad de
obtener muchas más ganancias, así que recurrieron a él en cantidades muy
elevadas.
Ahora ya se entiende mejor por qué las grandes empresas y las grandes
fortunas se endeudaron tanto durante el boom económico. Lo hicieron no
por necesidad, sino para multiplicar los beneficios que podían
conseguir.
Eduardo Garzón
Saque de Esquina
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