En el mundo actual, las empresas transnacionales detentan un enorme
poder. No es fácil calibrar las dimensiones del mismo. Pero, al menos,
han de tenerse en cuenta los siguientes componentes:
Por un lado, con la globalización se ha producido un aumento del
tamaño de las empresas. En la lista de las 200 mayores economías del
mundo encontramos alternándose, tanto empresas como estados. Por tanto,
hay empresas que tienen un volumen de negocios superior al PIB de muchos
estados. No estamos hablando de estados pequeños o de países del Sur.
Wal-Mart tiene un volumen de negocios superior al producto interior
bruto de Austria o Suecia y Exxon Mobil es más poderosa económicamente
que Turquía.
Las empresas transnacionales han tenido que aumentar de tamaño para
competir en un mercado global. El incremento de sus dimensiones se ha
llevado a cabo mediante la adquisición de otras empresas o mediante las
fusiones entre dos o más firmas. La compra de empresas privatizadas ha
sido otro de los mecanismos por medio de los cuales las empresas han
incrementado su tamaño.
Con la mundialización de la producción se han generalizado, además,
las llamadas "cadenas globales de valor". Se trata de redes
transnacionales de factorías y empresas dirigidas a la fabricación de un
único producto o gama de productos. Las cadenas globales de valor
suelen estar integradas por multiplicidad de empresas, muchas de ellas
subcontratistas de una gran transnacional. Para calibrar el poder
económico actual de las grandes transnacionales no es suficiente con
analizar su volumen particular de negocios, sino que es necesario tener
en cuenta también la dimensión de las cadenas globales de valor que
controlan.
Aparte de su poder económico, las empresas transnacionales tienen un
ingente poder político en el mundo de la globalización. Este poder lo
ejercen mediante los acuerdos estratégicos que adoptan en el seno de sus
asociaciones y también por medio de los mecanismos de presión e
influencia sobre los poderes políticos. Los lobbies empresariales juegan
un papel determinante tanto en la política estadounidense como en las
decisiones de la Unión Europea. El fenómeno de las llamadas "puertas
giratorias" permite el trasvase de directivos entre las empresas
privadas y las administraciones estatales. Este fenómeno es
especialmente intenso en el sector financiero. Las empresas también
ejercen una poderosa influencia por medio de la financiación de las
campañas de los partidos políticos.
Todo ese inmenso poder está relativamente poco estudiado y nada
controlado. El Centro de Empresas Transnacionales de Naciones Unidas,
que hubiera podido hacer un seguimiento sistemático de la actividad de
las corporaciones fue cerrado a mediados de los años noventa por presión
de éstas. Sin embargo, tres miembros del Instituto Federal Suizo de
Investigacion Tecnológica han publicado un estudio sobre la “Red del
control corporativo global” que analiza un aspecto esencial del poder de
las transnacionales que no había sido estudiado rigurosamente hasta
ahora. Dicho trabajo puede verse en: http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0025995
El estudio pretende determinar cómo está distribuido el poder de
control sobre las corporaciones a partir del análisis de las
participaciones accionariales que unas corporaciones tienen sobre otras.
Se trata del primer estudio que se publica sobre las redes
empresariales a nivel global. En total, se analizan 43.060
transnacionales y 1.006.987 participaciones accionariales de unas
corporaciones en otras. Mediante la metodología de la arquitectura de
redes y un impresionante aparato matemático, el estudio hace un análisis
topológico que nos muestra la estructura de la red corporativa mundial.
El artículo está basado en la investigación realizada para la
elaboración de una tesis doctoral titulada “Ownership Networks and
Corporate Control: Mapping Economic Power in a Globalized World”,
presentada por James B. Glattfelder. De acuerdo con las conclusiones de
dicha tesis, el núcleo central de la red de control corporativo mundial
tiene una estructura de "corbata de pajarita". En la tesis se incluye un
gráfico que constituye una representación de esta estructura.
En el gráfico puede verse que el conjunto de empresas situadas en la
corbata de pajarita acumulan casi el 80% del control del poder
corporativo mundial. Estamos hablando de 737 compañías. Más aún, en el
nudo de la corbata podemos encontrar una "súper entidad" de 147 empresas
que controlan el 38,4% del poder corporativo. El 75% de la propiedad de
estas corporaciones está en manos de otras corporaciones de la súper
entidad, por lo que sus intereses se encuentran fuertemente
entrelazados. Y tres cuartas partes de las empresas de la súper entidad
son intermediarios financieros. Las corporaciones europeas y las
estadounidenses están vinculadas precisamente a través de estos
intermediarios financieros. Unas pocas entidades financieras ejercen,
pues, un poder decisivo sobre el conjunto de la red corporativa mundial.
En el trabajo se incluye también una lista de las 50 empresas con un
grado mayor de control corporativo. De ellas, 48 están en la pajarita y
35 en el nudo de la pajarita. 45 de las 50 son empresas financieras.
Estas 50 empresas concentran en sus manos el 39,78% del control de la
red corporativa global. La lista la encabeza Barclays, un banco que fue
sancionado este año por manipular el Euribor. También encontramos en
ella a Goldman Sachs, una empresa implicada en la estafa de las
hipotecas basura.
Tras esta superentidad encontramos a un auténtico club internacional
de superricos con intereses comunes y que probablemente se conocen
personalmente todos entre sí. Muchos de los problemas que afectan hoy al
mundo pueden ser el resultado de decisiones adoptadas por ellos durante
sus partidas de golf. La cuantificación que calibra con precisión el
poder concentrado en manos de esta clase capitalista transnacional
permite entender por qué siguen existiendo los paraísos fiscales, por
qué no se ha logrado regular los mercados financieros, por qué las
agencias de rating siguen campando a sus anchas o por qué no se
ha logrado establecer la tasa Tobin. El poder de esta súper entidad es
tan grande y está tan concentrado que ningún poder político parece capaz
de hacerle frente.
José A. Estévez Araújo
Mientras Tanto
No hay comentarios:
Publicar un comentario