Con la tasa de desempleo que sobrepasa los 4 millones de
parados, el 21% de la población. Sin olvidar los paraísos fiscales en los que
los bancos y las grandes fortunas tienen activos que suponen un fraude continuo
a la Hacienda
pública. El presidente de uno de los mayores bancos sostiene que “así tenemos
más maniobrabilidad para operaciones en
el exterior”.
Desde 2004,
a los profesionales que vengan a trabajar a España se les aplica el impuesto de los no
residentes, que es el 24%, el mínimo del IRPF. Este privilegio fue pensado para
atraer profesionales científicos cualificados, pero también se aplica a los
deportistas con ingresos elevados, como los futbolistas. Aunque se ha planteado
que este régimen fiscal no se les aplique, la Unión Europea (UE)
aduce que sería una discriminación, sobre todo para deportistas europeos. Si en
un tema como este los partidos no se ponen de acuerdo, cómo extrañarnos de la
desazón que nos invade ante lo que hoy perpetran en el Parlamento los dos
partidos mayoritarios.
El Parlamento vota para modificar la Constitución ante una
ciudadanía que se da cuenta de que la
incapacidad de gobernarnos desde dentro significa someternos a que se nos
gobierne desde fuera con formas que no siempre nos gustan, escribe Torreblanca.
Ese es el sentimiento general de una ciudadanía que progresó en democracia,
desde su adhesión a la UE
hace 26 años, pero que contempla desolada nuestra entrega de pies y manos a los
llamados “mercados”. Que no existen, sino los mercaderes, capitales y grupos de
presión que rigen los destinos del mundo.Hasta la misma UE no es más que el
fetiche que hemos ido construyendo a base de proyectar sobre él nuestros
miedos, flaquezas y fantasías. Con nuestro inveterado sentimiento de
inferioridad ante los ilustrados países de Europa ya que, en el nuestro, entre
el Trono y el Altar mantuvieron ese sentimiento de exiliados en espera de un
mítico paraíso post mortem.
Siempre que algunos valientes se alzaron porque preferían
morir de pié a mal vivir de rodillas, fueron abatidos por las balas o por la
descalificación y la condena de los soberbios poderes dominantes: una
religiosidad irracional y anacrónica y
el poder de los más ricos que siempre maniobraron para salir a flote entre
magma que ellos crearon.
Igual que sucede las crisis económicas y financieras del
2008 y la actual que contribuyeron a crear los banqueros y fueron los primeros
en ser rescatados por el Estado, que es la institución que expresa y representa
la soberanía popular. Pero es el interés de los mercados financieros el que se
sobrepone a los programas de los partidos, aunque no gobiernen.Después de siete
años de desencuentros, el Gobierno español y el Partido Popular han pactado una
reforma de la
Constitución en la que inscribir una importante limitación al
déficit de todas las Administraciones.
Al margen de los demás grupos en el Congreso. Con nocturnidad y alevosía
para no permitir el lógico referéndum, pues se trata de modificar la Ley de Leyes. Temen con razón
que la ciudadanía muestre su rechazo y, de paso, aproveche para exigir otros
aspectos fundamentales: desde el régimen monárquico a la partitocracia con
listas cerradas, desde los privilegios a una confesión a la desproporción en la
distribución de los escaños.
La lista sería muy
larga para las urgencias de los nuevos diktats que maneja la UE.Nunca tantos países de
esta desastrada UE estuvieron tan cerca de anhelar gobiernos fuertes y en manos
de personalidades audaces que les aliviasen de tanta mediocridad y de las
oligarquías plutocráticas que los manipulan sin rubor, y sin dar la cara.
Pan de hoy, dictadura
para mañana, pero al menos, salir de esta ciénaga que nos envuelve.Clama al
cielo la resistencia de ambos partidos en acometer otras iniciativas para
elevar la carga fiscal de las personas con mayor renta y riqueza. Un Gobierno
de izquierdas no sólo no cumplió con su programa electoral de una reforma
fiscal para las más grandes fortunas y vergonzosos enclaves como las SICAV,
(sociedades que tributan un 1%) sino que eliminó el impuesto sobre el
patrimonio.La razón de ese aumento de las cargas fiscales a los que más tienen
así como a las transacciones financieras está en la distribución de la renta y
de la riqueza que es más desigual que en las economías avanzadas de la UE.
Con la tasa de desempleo que sobrepasa los 4 millones de
parados, el 21% de la población. Sin olvidar los paraísos fiscales en los que
los bancos y las grandes fortunas tienen activos que suponen un fraude continuo
a la Hacienda
pública. El presidente de uno de los mayores bancos sostiene que “así tenemos
más maniobrabilidad para operaciones en
el exterior”.
Lo más obsceno es que se queda tan fresco, ocupado con sus
conmilitones en la composición de los nuevos administradores del Estado. A eso
han quedado reducidos los políticos y gobernantes sometidos antes a las Leyes
democráticas, y ahora al gran capital. Profesor Emérito de la Universidad Complutense
de Madrid (UCM). Director del CCS
José Carlos García Fajardo
Analítica.com
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