Nos
encontramos con una situación inaudita en el sistema financiero español,
dado que como solución a las entidades financieras que no cumplen las normas sucesivas de mayor solvencia,
que van instaurando tanto la UE (normalmente realizadas a medida de
Alemania y en perjuicio de las entidades Españolas dado que no computan
como recursos propios las provisiones genéricas españolas y otra
normativas que fortalecen más a las entidades españolas en referente a
las europeas), como el gobierno español.
Como
consecuencia de este aluvión de nuevas normativas, se producen
intervenciones del Banco de España o negociaciones de urgencia para
cumplir dichos requisitos, con el objetivo de mejorar las concesiones de
crédito. Dado que según los creyentes de esta teoría si saneamos
rápidamente los bancos, pronto volverán los “Mercados” a resucitar la
liquidez de nuestro país.
Esta afirmación en mi opinión es falsa,
dado que los Mercados nos ven más como riesgo país y no analizan las
características peculiares del mercado financiero español, de hecho las
entidades financieras españolas se encuentran mejor que las alemanas,
pero estas últimas tienen menos problemas para financiarse dada la “Solvencia País de Alemania”.
Pero veamos si estas operaciones interesan a las mismas entidades financieras:
En principio si la solapación de oficinas es mínima es evidente que
puede ser una gran oportunidad, para las entidades con más poder
financiero. Sin embargo las solapaciones de oficinas suelen ser bastante
significativas casi siempre y están alcanzando niveles superiores al
20%. Lo que ocurre es que conforme van añadiéndose más entidades en la
lista de venta, mayores son las solapaciones y menor el interés de otras
entidades financieras, con lo que las ayudas públicas que piden son
cada vez superiores.
Evidentemente los grandes perjudicados son los trabajadores del sector,
que ven como se les obliga a pre-jubilarse o directamente son
despedidos, con lo cual perjudican aún más la enorme cifra de parados.
Finalmente estamos los clientes:
Evidentemente, si se reduce la oferta de entidades financieras, las
condiciones financieras, no hay que ser un adivino, van a ser más duras,
con lo que como clientes vamos a pagar mas comisiones, más elevadas,
mayores tipos de interés y vamos a tener más difícil la concesión de créditos.
¿Qué alternativas se podían plantear?
Creo que es perfectamente factible intervenir los consejos de Administración y gestionar
de forma coherente las entidades para que no se reduzca la competencia,
para incentivar la mejora de concesión del crédito y dejar pasar un
tiempo prudencial , para en cuanto mejoren las condiciones de mercado
poder adjudicar la entidad, dando prioridad al criterio de
mantenimiento de empleo y complementariedad de las entidades y no al
precio. El coste debe entrar en un segundo plano que debe pagar (hasta
ahora en casi todos los casos ha sido así) el Fondo de Garantía de
Depósitos, es decir las entidades financieras (y no el Estado).
¿Que debería haberse realizado, y no se han atrevido a realizar las autoridades españolas, europeas y de EEUU?.
Intervenir todos los Consejos de Administración que han necesitado fondos públicos (En España FROB). Si piden ayudas al Estado, deben tener unas consecuencias importantes en su dirección.
Marcos Cantó. Economista
www.grisons.es
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