El deseo del magnate francés Bernard Arnaud de adquirir la nacionalidad
belga reaviva el debate sobre el exilio fiscal y el rechazo de los grandes
patrimonios a cumplir sus obligaciones tributarias. No obstante, existe una
solución simple y eficaz para poner fin a la evasión fiscal legal.
Bernard Arnaud,
primera fortuna europea y cuarta fortuna mundial con 40.000 millones de euros,
cuyo salario anual se eleva a 10 millones de euros y cuyas inversiones generan
cada año 200 millones de euros de ganancias, pidió su naturalización con el fin
de conseguir la nacionalidad belga(1). Algunos sospechan que el hombre más rico
de Francia quiere escapar de su deber de ciudadano, igual que varias decenas de
miles de exilados fiscales que eligieron instalarse en otros países como Suiza,
Bélgica, Reino Unido u otros que ofrecen sustanciales ventajas a los más
adinerados(2).
Entre 1988 y 2006,
el 0,01% de los franceses más ricos, alrededor de 3.500 familias, vieron sus
ingresos reales aumentar un 42%. A guisa de comparación, en el mismo periodo,
el 90% menos pudiente sólo se benefició de un alza de 4,6% (3). Así, la evasión
fiscal legal e ilegal cuesta cada año 50.000 millones de euros al Estado
francés. Con semejante suma, se podrían construir 500.000 viviendas sociales a
100.000 euros, o se podrían crear más de 1,5 millones de puestos en educación,
salud, servicios sociales o cultura.
En Suiza, en
algunos cantones, los residentes extranjeros no pagan impuestos sobre sus
ingresos o su patrimonio sino únicamente sobre sus gastos, lo que vuelve muy
atractivos esos territorios para los más acaudalados. En este país, donde
residen cerca de 2.000 exilados fiscales franceses, las 43 familias más
adineradas acumulan una fortuna de 36.500 millones de euros(4).
Para responder a
la problemática del exilio fiscal, el argumento dominante en Francia, que
defienden el mundo económico, la derecha y una parte del centro-izquierda,
consiste en promover una disminución de la tasa tributaria para las categorías
más acaudaladas. Así, tras su elección en 2007, el antiguo presidente Nicolas
Sarkozy adoptó el escudo fiscal, un dispositivo tributario según el cual no se
pueden gravar los ingresos de un contribuyente más de un 50%(5).
No obstante,
existe un mecanismo aplicable y eficaz para poner término a la evasión fiscal
legal. Actualmente, la imposición está vinculada al lugar de residencia. Así,
un exilado fiscal francés que elige vivir más de seis meses al año en Suiza se
convierte automáticamente en contribuyente suizo y se beneficia de su
legislación ventajosa. Sucede lo mismo para el francés que se instalase en Luxemburgo,
Reino Unido o Bélgica.
Para poner fin a
este abuso que priva de importantes recursos al Estado francés, y por
consiguiente a los ciudadanos, bastaría simplemente con vincular la imposición
a la nacionalidad, y no al lugar de residencia, y aplicar una tasación
diferencial. Este dispositivo acabaría automáticamente con esta plaga. Así, un
contribuyente francés refugiado en Suiza que sólo pagara un 35% de impuestos en
su nuevo lugar de residencia, en vez de un 41% en Francia por ejemplo, se vería
obligado legalmente a pagar la diferencia al Estado francés, es decir un 6%, lo
que haría inútil toda expatriación por razones de orden fiscal.
Esta práctica
existe en países como Estados Unidos. Los ciudadanos estadounidenses instalados
en el exterior pagan exactamente los mismos impuestos, conseguidos en cualquier
parte del mundo, que sus compatriotas que viven en el territorio nacional.
Desde un punto de vista técnico, todos los países del mundo entregan cada año
al Departamento del Tesoro una lista de los estadounidenses que viven dentro de
sus fronteras. Así, el exilio fiscal ya no resultaría posible y la única
alternativa para escapar de los impuestos sería la evasión fiscal ilegal.
Para contrarrestar
este tipo de delito, el Congreso estadounidense adoptó una ley que permite a
toda persona –en particular los empleados de los grandes bancos– que ofrezca
información sobre los casos de fraude fiscal conseguir hasta el 30% de las
sumas que recupera el Estado. Así, Bradley Birkenfeld, antiguo empleado del
banco suizo UBS, obtuvo la suma de 104 millones de dólares por suministrar
información, "excepcional a la vez por su tamaño y su alcance”, sobre los
delitos de evasión fiscal que cometieron los clientes estadounidenses del
Banco. Esta información permitió a los servicios tributarios estadounidenses
recuperar la suma de 5.0000 millones de dólares y conseguir la lista de todos
los delincuentes que tenían una cuenta en UBS(6).
Francia y las
demás naciones, europeas y del mundo, deberían adoptar un modelo tributario que
permitiera aplicar la tasación diferencial, vinculando la imposición a la
nacionalidad y no al lugar de residencia. Del mismo modo, para luchar contra la
evasión fiscal ilegal, que constituye una expoliación caracterizada de la
riqueza nacional, los delincuentes de cuello blanco deberían recibir sanciones
más severas, a la altura del daño causado. Entonces, los más adinerados tendrán
que elegir entre su nacionalidad o su dinero.
[El último libro de Salim se titula Etat
de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba, París,
Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de
Paul Estrade. Contacto: lamranisalim@yahoo.fr ; Salim.Lamrani@univ-reunion.fr - Página
Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel].
Notas:
(1)
Ivan Letessier, «Bernard Arnault, première fortune de France», Le Figaro, 9 de septiembre de 2012.
(2) France Info«Exilés fiscaux: de quoi parle-t-on?», 13 de marzo de 2012.
(3) L’Humanité, «C’est la loi qui autorise l’évasion fiscale, elle peut donc aussi l’empêcher», 9 de marzo de 2012.
(4) Bilan, «Les Français, réfugiés politiques en Suisse?», 14 de diciembre de 2011.
(5) Le Figaro, «Bouclier fiscal: 750 millions d’euros en 2012», 4 de julio de 2012.
(6) 20 minutes, «Récompense record de 104 millions de dollars pour le dénonciateur d’UBS», 11 de septiembre de 2012.
(2) France Info«Exilés fiscaux: de quoi parle-t-on?», 13 de marzo de 2012.
(3) L’Humanité, «C’est la loi qui autorise l’évasion fiscale, elle peut donc aussi l’empêcher», 9 de marzo de 2012.
(4) Bilan, «Les Français, réfugiés politiques en Suisse?», 14 de diciembre de 2011.
(5) Le Figaro, «Bouclier fiscal: 750 millions d’euros en 2012», 4 de julio de 2012.
(6) 20 minutes, «Récompense record de 104 millions de dollars pour le dénonciateur d’UBS», 11 de septiembre de 2012.
Salim Lamrani
Doctor en Estudios Ibéricos y
Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV. Profesor en
las Universidades Paris-Sorbonne-Paris IV y Paris-Est Marne-la-Vallée.
Periodista, especialista sobre las relaciones entre Cuba y Estados
Unidos
Adital
http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=es&cod=71506
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