El pozo sin fondo de la banca española junto al desempleo, la recesión y la fuga masiva de capitales, tienen nuevamente a España en el corazón del huracán financiero y en el eje de una espiral fuera de control. El costo de la prima de riesgo ha vuelto a escalar al 6,59 por ciento
ubicándose en un nivel que es insostenible y que indica claramente que
el Banco Central Europeo tiene los días contados para intervenir con una
artillería convincente si le interesa salvaguardar la moneda única.
Pero las tensiones y discrepancias
entre los líderes de la UE han hecho su agosto y nuevamente termina un
mes sin que se pueda marcar un punto de inflexión en la crisis: se sigue
cuesta abajo y aún no se toca fondo.
La crisis ha sobrepasado los más oscuros diagnósticos y España
comienza a seguir el mismo derrotero de Grecia ante la incapacidad de
sus gobernantes de contener la pandemia. Parte del problema pasa por
obedecer ciegamente a la Troika, que es la que al parecer toma las
decisiones. Y aunque llevamos harto tiempo diciendo que las políticas de
la Troika son una receta directa al fracaso
por ser el resumidero de toda la ideología neoliberal que, primero,
creó las condiciones para que esta crisis se desarrollara sin obstáculos
de ninguna índole y, después, negó su existencia en los años iniciales
de su desarrollo, es lo que sigue imperando en Europa.
En esta línea, España ha tomado el mismo camino de Grecia y comienza
a tener cerrado su acceso al crédito y los mecanismos de
financiamiento. Ese mismo crédito que en los años de la euforia llegaba
con total abundancia y generosidad para inflar la desmedida burbuja
inmobiliaria y promover el derroche privado. Una burbuja hinchada por
los vacíos del euro en el período de la bonanza financiera como
analizamos en ¿Qué provocó la crisis del euro?... Esos años del dinero fácil promovidos por los bancos alemanes y franceses son hoy cosa del pasado. La “era de la confianza” se ha desvanecido y se hace palpable que los hechos van a ir de mal en peor, justamente por el cambio de giro de los flujos financieros. La fuga de depósitos en marcha, junto a la bancarrota de varias Comunidades Autónomas acechadas por la insolvencia, ponen al gobierno entre la espada y la pared cerrando el círculo en torno al destino del euro.
Como advertimos hace más de año y medio, la batalla por el destino del euro se desarrollará en España y eso es lo que está ocurriendo ahora. La artillería del BCE
ha privilegiado los intereses de la banca (que es totalmente
improductiva en tiempos de crisis), olvidando los intereses de la
economía real. Este error ha amplificado la tragedia dado que sólo ha
significado acumular más deuda. Y lejos de estimular la economía con el dinero recibido, la banca sólo ha procedido a limpiar la oscuridad de sus balances en el fatigoso proceso de desapalancamiento financiero. Esta tesitura está explicada con detalle en el articulo La propuesta de Richard Koo para la recesión de balance española, que da cuenta por qué la política monetaria no funciona cuando el sistema financiero ha abusado de un largo y excesivo apalancamiento.
La crisis de la deuda y la posibilidad de un quiebre en la eurozona
se siguen profundizando y todo indica que no habrá una salida fácil ni
en el corto ni en el mediano plazo. Los datos del Indice Markit para las
ventas al detalle entregados ayer
dan cuenta del deterioro que vive la demanda y el consumo producto del
alto desempleo y de los planes de austeridad implantado por las
autoridades. Hasta la fortaleza de Alemania está siendo perforada con
varios datos negativos que demuestran estos signos de contagio. Por un
lado el desempleo ha aumentado por quinto mes consecutivo (aunque todavía se encuentra en un nivel bajo la media de la UE), mientras las exportaciones sufren un fuerte retroceso por la caída del comercio mundial que también afecta a China, Estados Unidos y Japón.
Marco Antonio Moreno
El Blog Salmón
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