Los datos arrojados por la Encuesta de Población Activa revelan que
el paro ha disminuido el tercer trimestre de 2013 (julio, agosto y
septiembre). Cuando leemos o escuchamos una comunicación así,
instantáneamente pensamos que es una buena noticia. Pero lo cierto es
que el paro puede descender por muchos motivos, y ello no siempre
responde a causas de las que podamos alegrarnos. Para comprender
fácilmente las formas por las que el paro puede descender (o aumentar) y
así poder saber si hay motivos de alegría o no, presentamos un diagrama
sencillo que nos permite abordar la problemática de una forma rápida y
sencilla.
Con el siguiente recuadro azul se representa toda la población residente en el territorio español.
Ahora vamos a diferenciar la población que está en edad de trabajar
con la que no está en edad de trabajar (menores de 16 años y mayores de
64 años).
A continuación, dentro de la población que está en edad de trabajar
hay que distinguir entre aquellos que están inactivos (estudiantes,
trabajadores del hogar, prejubilados e incapacitados) de aquellos que
están activos.
Por último, dividimos la población activa entre ocupados y desempleados.
Pues bien, ya tenemos bien ubicado el segmento de población que nos
interesa: los parados (franja naranja). Este colectivo puede disminuir,
pero en ese caso las personas que dejan de estar paradas abandonan la
franja naranja de nuestro diagrama para pasar a otro espacio. Nos
encontramos con 4 posibilidades:
- Si se trasladan al recuadro rojo (población ocupada) entonces es que se están creando puestos de trabajo, porque un parado deja de estarlo porque comienza a trabajar.
- Si se trasladan al recuadro rosa (población inactiva) entonces no se están creando puestos de trabajo. El antiguo parado puede haber decidido iniciar unos estudios, puede haber tenido un accidente que le ha dejado incapacitado para trabajar, puede haber decidido dedicarse a las labores del hogar, o puede haberse prejubilado. Y a pesar de que no se crean nuevos puestos de trabajo, el paro (y la tasa de paro) disminuye.
- Si se trasladan al recuadro azul de la derecha (es decir, si se jubilan) tampoco se crean nuevos puestos de trabajo, pero el número de parados disminuye.
- La última posibilidad es que las personas que abandonen el recuadro naranja lo hagan porque fallezcan o porque se muden a otro país –ya sea para estudiar o para trabajar– y por lo tanto desaparecen del diagrama. En este caso el número de desempleados disminuye, aunque obviamente esto no supone creación de puestos de trabajo en España.
Como se puede comprobar, la única posibilidad que puede considerarse
verdaderamente positiva es la primera: cuando un parado deja de estarlo
porque comienza a trabajar. Las otras tres posibilidades reducen el
número de desempleados pero sin que por ello se estén creando nuevos
puestos de trabajo.
Vamos a ver qué ha pasado en este tercer trimestre de 2013 (julio,
agosto y septiembre) atendiendo al diagrama: la franja naranja (la
población desempleada) se ha reducido en 72.800 personas, de las cuales
39.500 pasaron a la franja roja (y por lo tanto pasaron a trabajar) y
33.300 abandonaron el diagrama, pasaron a la franja rosa o terminaron en
la franja azul de la derecha (en otras palabras: fallecieron, se
mudaron a otro país, se jubilaron, se prejubilaron, iniciaron nuevos
estudios, se dedicaron a las labores del hogar o sufrieron alguna
incapacidad para trabajar).
Estos datos no parecen malos si se olvida que estamos hablando de los
tres meses del año que mejores resultados ofrecen en términos de empleo
en todo el año, debido a las vacaciones de verano. De hecho, todo el
empleo creado (todo lo que aumenta la franja roja) ha sido en el sector
servicios y de carácter temporal, lo que demuestra que es debido al
periodo vacacional.
Si ampliamos el horizonte y pasamos a considerar los nueve primeros
meses de este año (y por lo tanto combinamos periodos buenos con
periodos malos) los datos no dejan lugar a dudas: la situación es muy
negativa. Desde enero a septiembre la franja naranja (desocupados) se ha
reducido en 61.000 personas. Esto, que podría parecer un dato positivo,
es un fenómeno nefasto cuando se comprueba que el desplazamiento no ha
sido en absoluto hacia la franja roja (ocupados), sino en su totalidad
hacia las otras tres posibilidades (fuera del diagrama, franja rosa, y
franja azul de la derecha). Pero por si esto fuera poco, resulta que
durante el mismo lapso de tiempo, la franja roja también ha disminuido
en 134.000 personas. Y, obviamente, el movimiento no ha sido hacia la
franja naranja, sino hacia fuera del diagrama, hacia la zona rosa, o a
la azul de la derecha.
Realizar este tipo de lecturas en realidad no es nada difícil. Lo que
ocurre es que en los medios de comunicación convencionales se suelen
presentar todos los datos en bruto, sin acompañarlos de lecturas que
traten de articular todos los elementos para de esta forma facilitar la
comprensión de la realidad. No hay duda de que hay intereses en que no
quede muy claro si el paro se ha reducido por la creación de puestos de
trabajo o por cualquier otro motivo. Por todo ello, siempre es
recomendable plantarse delante de todos esos datos con este diagrama en
la mano. De esta forma, al menos, le estaremos poniendo más difícil a
los comunicadores correspondientes su intento por confundirnos y
desorientarnos.
Eduardo Garzón
La Marea
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