Las grandes corporaciones globales planifican su estrategia fiscal
aprovechando todos los rincones del planetas, desde países de la Unión
Europea con un tratamiento fiscal privilegiado para determinadas figuras
(como los préstamos en los Países Bajos, el tratamiento de los
royalties en Chipre o la fiscalidad empresarial en Irlanda) hasta los conocidos como paraísos fiscales. Así funcionan los refugios fiscales de las grandes empresas:
1. Definición
Un paraíso fiscal es, según la definición más concisa ofrecida por la OCDE, un instrumento de competencia fiscal perjudicial.
Es más concreta y más precisa la definición que ofrecen los
profesionales de la Hacienda Pública Española: son territorios de baja o
nula tributación que, mediante normas específicas internas, garantizan
la opacidad de las transacciones, con la ausencia absoluta de registros,
formalidades y controles.
2. Origen
Los expertos sitúan
el inicio del proceso de aparición de los paraísos fiscales en los años
sesenta, si bien no fue hasta los años ochenta cuando se consolidaron
como destino relevante del flujo internacional de capitales.
3. ¿Cuántos hay?
Es un asunto
controvertido. Para el organismo internacional de referencia en esta
materia, la OCDE, los paraísos fiscales ya no existen.
En 2009, en
plena "refundación del capitalismo", la OCDE lanzó una ofensiva para
acabar con el régimen de opacidad de estos establecimientos y les
ofreció la posibilidad de abandonar su lista negra si acreditaban la
firma de una docena de acuerdos de intercambio de información con otros
países OCDE.
El incentivo surtió efecto y un puñado de meses después la lista internacional de paraísos fiscales se vació. Pero había truco.
"Mónaco, por ejemplo, firmó un acuerdo con Francia y luego con una decena de territorios de baja tributación, y así salió de la lista", señala José María Peláez, de la Organización de Inspectores de Hacienda del Estado. Otros muchos hicieron lo mismo
España tiene una lista propia, más estricta. Se creó
en 1991 con 48 países y, hoy, 36 continúan en ella. Han salido Andorra,
Antillas Holandesas, Aruba, Bahamas, Barbados, Emiratos Árabes Unidos,
Jamaica, Malta, Trinidad y Tobago, Panamá, San Marino y Singapur, pero
otros como Chipre, Liechtenstein o Macao continúan en ella.
Para salir no basta con firmar un acuerdo con el Gobierno, sino que
hay que acreditar el cumplimiento efectivo de las condiciones
establecidas en el mismo. Y es que la simple firma según el formato
establecido por la OCDE no garantiza que ese intercambio vaya a ser
fluído.
Según Peláez, dichos acuerdos sólo obligan a los territorios a
ofrecer información cuando se trate de peticiones individualizadas y
justificadas por la existencia de indicios de la comisión de un delito.
Es
un avance respecto a no tener ningún tipo de acceso a la información,
pero no permite, por ejemplo, rastrear las cuentas bancarias de
nacionales en dichos establecimientos como sí ocurre en el ámbito UE.
4. ¿Dónde están?
Por todo el
mundo. Se suele relacionar los paraísos fiscales con éxoticos destinos
offshore en el Pacífico, como Fiji o Islas Salomón, o con minúsculas
islas británicas que sería díficil situar en un mapa como, Jersey,
Guernesey o la Isla de Man.
La reciente crisis de Chipre vino a demostrar que incluso dentro de
la UE se pueden encontrar este tipo de territorios. Ahí están Luxemburgo
o Malta y los dañinos regímenes fiscales privilegiados que ofrecen en
determinadas circunstancias Irlanda, Bélgica o Suiza.
De hecho, hay varios paraísos fiscales por cada continente. Es una realidad global.
5. Relevancia económica
A
finales del siglo XX, el Comité de Expertos de París estimó que la
mitad del comercio mundial pasaba ya por paraísos fiscales; a inicios
del siglo XXI el valor de los activos depositivos en este tipo de
territorio superaba los 11 billones de euros.
Según un informe de la ONG Intermon Oxfam, esta cifra se ha elevado ya a 24 billones de euros, lo que significa que los paraísos fiscales ocultan una tercera parte del PIB mundial.
Dice también que una lucha decidida contra estos territorios liberaría
más de 90.000 millones de euros para, por ejemplo, combatir la pobreza
en el mundo.
Según otra ONG, Tax Justice Network, entre 2005 y 2010, la élite económica mundial ocultó en estos territorios de baja tributación entre 15 y 20 billones de euros.
En España, según el Observatorio de Responsabilidad Corporativa, el 86% de las 35 mayores compañías españolas, las que cotizan en el Ibex, las que se identifican con la Marca España, tienen algún tipo de filial en paraísos fiscales.
6. ¿Qué ventajas ofrecen?
A las empresas, un
cauce para reducir su factura fiscal, por tanto, su cuenta de gastos, y,
como consecuencia de ello, para mejorar su competitividad.
El instrumento favorito de esta planificación corporativa es la sociedad holding,
que permite eludir cualquier imposición cuando los dividendos generados
se reinvierten en el extranjero y diferirla hasta que sea transferida
al país de origen cuando su destino es alimentar las cuentas de la
matriz.
Este tipo de sociedades ofrece a las empresas, por tanto, una vía
alternativa de financiación, que ha hecho que muchas multinacionales
hayan consolidado el hábito de establecer en territorios de baja
tributación sus filiales de servicios.
7. Tipología
No todos los paraísos fiscales
son iguales. Entre ellos hay competencia y como en cualquier ámbito
donde hay competencia se favorece la especialización.
Podemos
encontrarnos con territorios especializados en fiscalidad empresarial
como Jersey, Panamá o Liberia; y otros más volcados en la gestión de
grandes fortunas particulares, como Mónaco, Andorra o Montserrat.
También hay modelos mixtos, entre los que el destino más significativo es Islas Caymán.
Un reciente informe del Instituto de Estudios Fiscales
subrayaba que esta especialización había diluído la vinculación de los
paraísos fiscales a un territorio determinado, generando nuevas
tipologías.
Por ejemplo, los oasis fiscales, entendidos como zonas privilegiadas
desde el punto de vista fiscal dentro de países de tributación estándar;
los paraísos bancarios (Luxemburgo o Suiza); o los regímenes fiscales
privilegiados para tipos de negocios o grupos de personas.
Según los inspectores de Hacienda, mientras no se ataque esa
competencia fiscal y no se unifique el tratamiento tributaria de las
empresas en Europa las escapatorias fiscales de que disfrutan las grandes corporaciones serán imposibles de sellar.
Bruno Pérez
Lainformación.com
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