Todos sabemos que la economía española está altamente endeudada. Esto
se debe a que el modelo económico español durante los años anteriores
al estallido de la crisis se basó en un recurrente e intenso acceso al
crédito. Ahora bien, la economía de cualquier país es la suma de muchos
agentes económicos muy diferentes entre sí. No sólo hay que distinguir
entre tres sectores claramente diferenciados –administraciones públicas,
empresas y familias–, sino que cada uno de estos grupos está compuesto
por agentes que presentan enormes disparidades entre ellos. Hay
muchísimas diferencias entre un pequeño ayuntamiento y el Estado
central, o entre una pequeña empresa y una gran empresa transnacional, o
entre una familia rica y otra pobre. Debido a ello, cuando estudiamos
cualquier rasgo de una economía (y en particular su deuda), siempre hay
que tener muy claro que se trata de una amalgama de agentes y que por lo
tanto hay que hacer distinciones entre las partes que la conforman.
Con respecto a la deuda de la economía española, en este mismo blog ya se presentó un esquema
de la distribución de la misma entre diferentes agentes económicos de
la economía española. En ella vimos que el sector público era el sector
que menos se había endeudado, que las grandes empresas financieras y no
financieras eran los agentes que más habían recurrido al endeudamiento, y
que dentro del grupo de las familias habían sido las más acaudaladas
las que más dinero habían tomado dinero prestado. Teniendo muy presente
todo esto –especialmente lo último–, en este post se intenta aportar
otro tipo de información relacionada que nunca sale a la luz y que por
lo tanto puede sorprender a algunos.
Como decíamos, todo el mundo sabe que la economía española está
altamente endeudada, y que también lo están las familias españolas. Este
mensaje ha sido muy repetido a través de numerosos focos de
información, y con él suele venir aparejado un intento de culpabilizar a
las familias y sus excesos crediticios de la actual y desastrosa
situación de la economía española. No obstante, los creadores y
divulgadores de este mensaje nunca comparan nuestra situación con la de
otras economías similares a la nuestra. Que las familias españolas se
endeudaron mucho durante el apogeo económico es cierto (siempre teniendo
en cuenta que no todas se endeudaron, ni lo hicieron al mismo nivel, ni con el mismo propósito),
pero ¿qué hay del endeudamiento familiar en otros países? Puesto que
los medios de comunicación y otros focos de información ponen siempre el
punto de mira en el endeudamiento familiar español y no hablan nunca de
esa misma magnitud en otros países, al final se termina conformando la
idea de que las familias españolas son las únicas que se han endeudado
mucho, o al menos que son las que más lo han hecho. Con objeto de
comprobar si esta creencia extendida es cierta o no, se expone el
siguiente gráfico que recoge los niveles de endeudamiento familiar en
distintas economías similares a la española. El indicador utilizado es
el ratio entre la cantidad de deuda de las familias y la cantidad de
ingresos de esas familias (así, un nivel de 100% indicaría que las
familias tendrían que dedicar durante todo un año todos sus ingresos
exclusivamente a devolver la deuda para poder cancelarla). El año
utilizado es el 2007 por identificarse como el fin de los modelos de
crecimiento basados en la deuda (y por tanto el inicio de la crisis).
Las fuentes de datos empleadas son las de Eurostat y OCDE.
Como se puede comprobar, las familias españolas no son las que más se
han endeudado. Hasta siete economías europeas importantes tienen un
endeudamiento familiar mayor. Economías que suelen presentarse modélicas
como las de Dinamarca, Países Bajos, Noruega o Suecia, superan el nivel
de endeudamiento familiar español. En el caso de Dinamarca, este nivel
llega a más que duplicar el endeudamiento de los hogares españoles.
Además, otras economías importantes como la canadiense, estadounidense y
japonesa presentan unos niveles relativamente cercanos al del caso
español, aunque inferiores.
Esta constatación resulta muy útil para comprender mejor determinadas
cuestiones. En primer lugar, queda patente que no sólo la economía
española ha basado su modelo de crecimiento en el crédito (en este caso
crédito a las familias), sino que también lo han hecho –en mayor o menor
medida– el resto de economías importantes. De aquí se deduce que la
problemática del endeudamiento no se debe a que las familias españolas
hayan querido vivir por encima de sus posibilidades, ni siquiera que lo
hayan querido hacer todas las familias de los países europeos, sino que
el elevado endeudamiento se debió a la necesidad de que siguiese
funcionando un modelo económico –imperante en todas las economías
capitalistas occidentales– basado en bajos salarios (reducido poder
adquisitivo de los trabajadores) y a la vez en el consumo privado. Por
lo tanto y en segundo lugar, queda en evidencia que la catastrófica
situación de la economía española no puede explicarse atendiendo
únicamente ni principalmente al elevado nivel de endeudamiento familiar.
Como ya se ha apuntado más de una vez en este blog,
en realidad el factor explicativo más importante de los calamitosos
efectos de la crisis económica española hay que encontrarlo en el modelo
productivo que adoptó (construcción y turismo), quedando en un segundo
lugar los factores de endeudamiento familiar.
Eduardo Grazón
Saque de Esquina
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