Hay quienes no tienen muy claro por qué a determinados mercados
financieros se les denomina “secundarios” (como el mercado secundario de
deuda pública), y además alegan que la información que encuentran suele
estar repleta de tecnicismos, lo que impide una comprensión adecuada
del término. Por todo ello, en este artículo intento explicar en qué
consiste un mercado financiero primario y uno secundario de forma que
pueda entenderse fácilmente aunque no se manejen determinados términos
financieros.
En primer lugar, un mercado es un lugar físico o virtual en
que se llevan a cabos transacciones. Dependiendo del tipo de mercancías
que se compren y vendan el mercado recibe un nombre u otro. Por ejemplo,
si se compran y venden frutas decimos que es un mercado de frutas. Si
se compran y venden títulos financieros (como títulos de deuda pública)
entonces lo llamamos mercado financiero. Es a éste último al que vamos a
hacer referencia, distinguiendo entre un mercado financiero primario y
otro secundario.
Un mercado financiero primario es aquel mercado en el que
nacen o se emiten los títulos financieros por primera vez. En el caso de
la deuda pública es cuando el Tesoro emite por primera vez deuda
pública (crea un papelito que cuesta X € cuya posesión implica el
derecho a cobrar esa cantidad más unos intereses añadidos pasado un
tiempo determinado).
El mercado financiero secundario es aquel mercado en el que se
negocian los títulos que han sido previamente emitidos. Por ejemplo, si
Pepe compra un título de deuda pública al Tesoro (el papelito que creó
el Tesoro), tiene que mantenerlo en propiedad hasta que se cumpla el
plazo en el que el Tesoro le devolverá el dinero. Pero Pepe puede
esperar o puede negociar con ese título, por ejemplo, vendiéndoselo a
Eustaquio por un precio. Entonces Eustaquio pasaría a ser el propietario
del título y por lo tanto el Tesoro le tendría que pagar a él cuando se
cumpliese el plazo establecido. A su vez, y antes de que llegara el día
de cobro, Eustaquio también podría venderlo a otra persona, y así
sucesivamente. Cuando llegue el día fijado para devolver el dinero, el
Tesoro se lo devolverá a la persona que en ese momento tenga en
propiedad el título de deuda pública. La ventaja de venderlo antes de
que llegue el día de cobro es que se obtiene dinero líquido mucho antes,
aunque se gane menos dinero en total. Todas estas operaciones que
negocian con títulos ya emitidos tienen lugar en el mercado secundario.
Es importante entender cómo funcionan las operaciones en el mercado
secundario porque es precisamente el terreno de juego de los
especuladores financieros. En este mercado se producen infinidad de
operaciones de compra y venta de títulos, en una y otra dirección y sin
descanso alguno. Una vez los títulos han sido emitidos, cualquier agente
financiero puede comprarlos y venderlos tantas veces como quiera y
pueda; lo cual es una característica que no tiene el mercado financiero
primario. Las subastas del Tesoro, por ejemplo, que es el momento en el
que se emiten por vez primera los títulos de deuda pública (mercado
primario), no ocurren todos los días y mucho menos a todas horas. Puesto
que el especulador financiero necesita comprar o vender en el momento
oportuno, el mercado primario no es un sitio apropiado para hacer
negocio. Por eso los movimientos de especulación financiera se producen
en el mercado financiero secundario, donde en todo momento se puede
comprar o vender y en cantidades astronómicas (no solo la cantidad que
te permita el Tesoro correspondiente). Recordemos que lo que hace un
especulador es comprar barato para vender caro (la diferencia es su
ganancia). Puesto que el precio de los títulos financieros oscila todo
el tiempo, el especulador necesita poder comprar o vender en todo
momento, para realizar la operación justo en el momento oportuno para
obtener la ganancia.
Son estas operaciones de compra y venta en el mercado secundario las
que deciden el precio de los títulos financieros (en el caso de la deuda
pública, deciden la prima de riesgo). Por ejemplo, y hablando del
mercado de deuda pública, si muchos agentes financieros comienzan a
vender sus títulos de deuda pública española en el mercado secundario,
se interpretará que nadie quiere esos títulos porque hay mayor
probabilidad de que el Tesoro español no devuelva el dinero el día
fijado (hay mayor riesgo). Así que los que comprarán los títulos
exigirán un tipo de interés mayor para compensar el riesgo de impago.
Además, cuando el Tesoro vaya a emitir nuevos títulos de deuda pública
(mercado primario) se encontrará con que los compradores exigirán
mayores tipos de interés, porque confiarán menos en el Tesoro. Por eso
una venta masiva de títulos en el mercado secundario puede hacer que
aumente el tipo de interés de los títulos (y con él la prima de riesgo).
Ocurre exactamente lo contrario si se produce una compra masiva de
títulos.
Eduardo Garzón
Saque de Esquina
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