miércoles, 16 de enero de 2013

Diferencias entre mercado financiero primario y mercado financiero secundario

Hay quienes no tienen muy claro por qué a determinados mercados financieros se les denomina “secundarios” (como el mercado secundario de deuda pública), y además alegan que la información que encuentran suele estar repleta de tecnicismos, lo que impide una comprensión adecuada del término. Por todo ello, en este artículo intento explicar en qué consiste un mercado financiero primario y uno secundario de forma que pueda entenderse fácilmente aunque no se manejen determinados términos financieros.

En primer lugar, un mercado es un lugar físico o virtual en que se llevan a cabos transacciones. Dependiendo del tipo de mercancías que se compren y vendan el mercado recibe un nombre u otro. Por ejemplo, si se compran y venden frutas decimos que es un mercado de frutas. Si se compran y venden títulos financieros (como títulos de deuda pública) entonces lo llamamos mercado financiero. Es a éste último al que vamos a hacer referencia, distinguiendo entre un mercado financiero primario y otro secundario.

Un mercado financiero primario es aquel mercado en el que nacen o se emiten los títulos financieros por primera vez. En el caso de la deuda pública es cuando el Tesoro emite por primera vez deuda pública (crea un papelito que cuesta X € cuya posesión implica el derecho a cobrar esa cantidad más unos intereses añadidos pasado un tiempo determinado).

El mercado financiero secundario es aquel mercado en el que se negocian los títulos que han sido previamente emitidos. Por ejemplo, si Pepe compra un título de deuda pública al Tesoro (el papelito que creó el Tesoro), tiene que mantenerlo en propiedad hasta que se cumpla el plazo en el que el Tesoro le devolverá el dinero. Pero Pepe puede esperar o puede negociar con ese título, por ejemplo, vendiéndoselo a Eustaquio por un precio. Entonces Eustaquio pasaría a ser el propietario del título y por lo tanto el Tesoro le tendría que pagar a él cuando se cumpliese el plazo establecido. A su vez, y antes de que llegara el día de cobro, Eustaquio también podría venderlo a otra persona, y así sucesivamente. Cuando llegue el día fijado para devolver el dinero, el Tesoro se lo devolverá a la persona que en ese momento tenga en propiedad el título de deuda pública. La ventaja de venderlo antes de que llegue el día de cobro es que se obtiene dinero líquido mucho antes, aunque se gane menos dinero en total. Todas estas operaciones que negocian con títulos ya emitidos tienen lugar en el mercado secundario.

Es importante entender cómo funcionan las operaciones en el mercado secundario porque es precisamente el terreno de juego de los especuladores financieros. En este mercado se producen infinidad de operaciones de compra y venta de títulos, en una y otra dirección y sin descanso alguno. Una vez los títulos han sido emitidos, cualquier agente financiero puede comprarlos y venderlos tantas veces como quiera y pueda; lo cual es una característica que no tiene el mercado financiero primario. Las subastas del Tesoro, por ejemplo, que es el momento en el que se emiten por vez primera los títulos de deuda pública (mercado primario), no ocurren todos los días y mucho menos a todas horas. Puesto que el especulador financiero necesita comprar o vender en el momento oportuno, el mercado primario no es un sitio apropiado para hacer negocio. Por eso los movimientos de especulación financiera se producen en el mercado financiero secundario, donde en todo momento se puede comprar o vender y en cantidades astronómicas (no solo la cantidad que te permita el Tesoro correspondiente). Recordemos que lo que hace un especulador es comprar barato para vender caro (la diferencia es su ganancia). Puesto que el precio de los títulos financieros oscila todo el tiempo, el especulador necesita poder comprar o vender en todo momento, para realizar la operación justo en el momento oportuno para obtener la ganancia.

Son estas operaciones de compra y venta en el mercado secundario las que deciden el precio de los títulos financieros (en el caso de la deuda pública, deciden la prima de riesgo). Por ejemplo, y hablando del mercado de deuda pública, si muchos agentes financieros comienzan a vender sus títulos de deuda pública española en el mercado secundario, se interpretará que nadie quiere esos títulos porque hay mayor probabilidad de que el Tesoro español no devuelva el dinero el día fijado (hay mayor riesgo). Así que los que comprarán los títulos exigirán un tipo de interés mayor para compensar el riesgo de impago. Además, cuando el Tesoro vaya a emitir nuevos títulos de deuda pública (mercado primario) se encontrará con que los compradores exigirán mayores tipos de interés, porque confiarán menos en el Tesoro. Por eso una venta masiva de títulos en el mercado secundario puede hacer que aumente el tipo de interés de los títulos (y con él la prima de riesgo). Ocurre exactamente lo contrario si se produce una compra masiva de títulos.

Eduardo Garzón
Saque de Esquina

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