GINEBRA, 19 nov (IPS) - Con la
profunda crisis de endeudamiento público en países industrializados como telón
de fondo, una agencia de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) procura que
prestamistas y acreedores asuman principios de responsabilidad.
Esos principios tienden a reducir
la frecuencia de las crisis de deuda mediante el estimulo a las partes,
acreedores y tomadores de títulos soberanos, a actuar de manera responsable,
precisó el secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio
y Desarrollo (Unctad), Supachai Panitchpakdi.
La severidad, especialmente en
Europa, de la crisis de deuda, conformada por obligaciones contraídas por los
estados, amenaza con frustrar la frágil recuperación de la economía mundial,
describió el jefe de la
Unctad.
Al mismo tiempo, los
sobreendeudamientos públicos aumentan en algunos países en desarrollo y los
niveles de compromisos financieros del sector privado interrumpen el
crecimiento en muchas naciones.
En esas condiciones, el mundo cae
otra vez en la cuenta de la importancia de formas eficaces de prevención,
gestión y solución de las crisis de endeudamiento, comprobó Supachai.
La Unctad discutió esta semana
un proyecto de 15 principios sobre promoción de otorgamiento y toma
responsables de préstamos soberanos.
El texto mereció la aprobación de
delegaciones de gobiernos miembros y de personalidades participantes, como el
presidente de Islandia, Olafur Ragnar Grimsson, quien expuso las enseñanzas que
su país extrajo del "tsunami financiero" que lo sacudió a partir de
2008.
La única delegación que opuso
objeciones al texto presentado por la
Unctad fue la de Estados Unidos, que dejó constancia de que
no atiende algunas de sus preocupaciones y también pidió que se reconozca el
carácter de mero borrador del documento.
Grimsson resaltó que los
principios subrayan las responsabilidades de los tomadores de créditos, a la
vez que se extienden sobre los deberes de los prestamistas.
Esto es de importancia
fundamental, dijo. Las causas de los fracasos no deben atribuirse
exclusivamente a los prestatarios, insistió.
El presidente islandés puntualizó
que los grandes bancos y las agencias de calificación financiera "no
pueden decir ahora que no tienen ninguna culpa".
También hizo notar que la crisis
financiera en Europa es una advertencia de que la algo arrogante visión
occidental, que prevaleció en décadas recientes, según la cual los problemas de
endeudamiento excesivo solo eran de del mundo en desarrollo, "se ha vuelto
dramáticamente desactualizada".
Grimsson preguntó si los países
deben tener un sistema bancario que privatiza los beneficios pero socializa las
pérdidas, a la vez que cambia los fracasos privados en deuda soberana.
Si surge un conflicto entre los
intereses del mercado financiero y la voluntad popular, sobre quién recae la
supremacía, indagó.
Cuando esa disyuntiva se apareció
en Islandia, ante la exigencia de los gobiernos de Gran Bretaña y de Holanda de
que se diera primacía a los intereses de los mercados financieros, "fue
obvio para mí que la democracia tenia que prevalecer", enfatizo.
En este aspecto, Supachai
refrescó posiciones sostenidas por la
Unctad desde muchos años antes del estallido de la presente
crisis y demandó la regulación de los mercados financieros.
Los principios propuestos por la Unctad para promover
responsabilidad a los actores del endeudamiento público se fundan también en
que, a diferencia de lo que ocurre en el comercio internacional, no existen
normas, principios o regulaciones para el financiamiento soberano.
En el campo del comercio
internacional, cuando un gobierno intenta tomar ciertas acciones, debe
cerciorarse antes de que esos pasos concuerden con las normas de la Organización Mundial
del Comercio (OMC).
En cambio, para las operaciones
de endeudamiento público, el único limite es el mercado, observó la Unctad.
La conferencia convocada por la
agencia de la ONU
analizó también la cuestión de la auditoria de las deudas externas para separar
el grano de la paja, o sea las deudas legales de las que antes se llamaban
"deudas odiosas", cono son las ilegales.
María Lucia Fattorelli, de la Auditoría Ciudadana
de la Deuda,
una organización no gubernamental brasileña, dijo a IPS que después de 30 años
de auditor a Ecuador y 39 años a Brasil, llego a la conclusión de que el
sistema de la deuda solo beneficia a los grandes bancos internacionales.
Ese sistema no sirve como
mecanismo para financiar a nuestros países, como debería ser de acuerdo a la
definición de deuda pública acuñada por la teoría económica, dijo.
La actual crisis financiera
demostró la usurpación de los instrumentos de deuda pública, usados como
mecanismo de transferencia de recursos públicos para cubrir un problema del
sistema financiero privado, hundido en operaciones dudosas de productos
derivados sin respaldo, sostuvo Fattorelli.
Gustavo Capdevila
IPS
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