¿Por qué sube la prima de riesgo de un país? En principio porque los
inversionistas financieros (conocidos como “los mercados”) confían
menos en la solvencia del país en cuestión. Recordemos que cuando el
Estado de un país emite deuda pública, lo que está haciendo en realidad
es entregar títulos (papelitos) a cambio de que le presten dinero. Esos
préstamos tienen un tipo de interés, que es el coste que tiene que pagar
el Estado por haber pedido dinero prestado. Por ejemplo, en el año 2012
un inversionista recibe un título del Estado español y a cambio le
presta 1000 euros a un tipo de interés del 1% con fecha de vencimiento
de un año. En 2013 el inversionista devolverá el título y el Estado
español le devolverá los 1000 euros más el 1% en concepto de intereses
(10 euros), en total: 1010 euros. El inversionista termina con más
dinero del que tenía al principio, y de esta forma se lucra.
El tipo de interés que acuerden será más alto a medida que el Estado
empeore su situación económica, puesto que es una forma de compensar el
posible hecho de que al final el Estado no pueda devolver el dinero. De
la misma forma, a mejor situación económica del país, menor tipo de
interés. Si los inversionistas creen que un estado es solvente y podrá
devolver el dinero que le prestan, entonces pedirán un tipo de interés
reducido. Esto es precisamente lo que ocurre actualmente con Alemania.
Los inversionistas piensan que el Estado alemán es solvente y por lo
tanto le prestan dinero “barato” (es decir, a un tipo de interés
reducido: 1,62%). Al mismo tiempo esos mismos inversionistas creen que
España tiene probabilidades de tener problemas de solvencia y no pagar
sus deudas, por lo que le prestan dinero a un tipo de interés más
elevado (5,17%). A la diferencia existente entre el tipo de interés que
le piden a Alemania y el que le piden a España se le denomina “prima de
riesgo” (5,17% – 1,62% = 3,55% = 355 puntos básicos (1)).
Parece comprensible que los inversionistas cada vez confíen menos en
el Estado español, debido a la desastrosa situación económica que está
atravesando. Pero, ¿es comprensible que en ocasiones la prima de riesgo
española se dispare en un solo día, o incluso en unas pocas horas,
cuando no ha pasado nada digno de mención en la economía española? Eso
no parece tener sentido, al menos no si sólo tenemos en cuenta que el
tipo de interés sube o baja dependiendo de la confianza que tengan los
inversionistas en la solvencia del Estado. Lo que ocurre es que en ese
movimiento influyen otros factores, y especialmente el de la
especulación financiera.
Especular es comprar barato y vender caro para obtener beneficios con
la diferencia de precios. En el mercado financiero es relativamente
fácil especular porque el precio de los activos responde sensiblemente a
los cambios en la oferta y demanda de títulos. Un pequeño inversionista
no podrá influir en el precio de un activo, pero un gran inversionista
que posea cantidades mastodónticas de dinero sí lo podrá hacer. Aquí
ofrecemos una explicación sencilla de una de las formas a través de las
cuales los especuladores financieros obtienen enormes beneficios
atacando a la deuda pública de los países (y particularmente a la deuda
española a partir de 2010).
1) El primer movimiento del especulador consiste en descubrir alguna debilidad de algún país.
Al igual que los tiburones atacan cuando huelen la sangre, los
especuladores atacan cuando encuentran alguna fisura en la salud de una
economía nacional. Es por este motivo que los especuladores no pueden
atacar a países como Alemania o Estados Unidos, sino que sólo pueden
hacerlo con aquellos países menos vigorosos (España, Grecia o Portugal
son algunos ejemplos; las dudas económicas sobre estos países a partir
de 2010 los convirtieron en presas fáciles de abordar).
2) El segundo movimiento consiste en comprar CDS para utilizarlos como “caballo de Troya”. Un
CDS es un título financiero (papelito) que funciona como un seguro. Al
igual que un seguro de coche te cubre en caso de accidente, un CDS te
cubre en caso de que algún Estado no te devuelva el dinero que le
prestaste. El especulador le compra los CDS a un banco de inversión que
se compromete, en caso de que el Estado español no devuelva el dinero, a
cambiarle el título de deuda pública española por un título de deuda
pública alemana (que goza de mayor confianza y seguridad). El CDS tiene
un precio, que será más alto conforme más elevado sea el riesgo de que
el Estado no devuelva el dinero (al igual que un seguro de coche es más
caro conforme más probabilidades tenga el conductor de sufrir un
accidente). Puesto que todavía (principios de 2010) no hay dudas serias
sobre la solvencia del Estado español, este precio es bajo. El
especulador se asegura de comprar muchos títulos de CDS para que luego
funcionen como un “caballo de Troya”.
Lo gracioso es que el especulador puede comprar los CDS aunque no
tenga títulos de deuda pública en su poder, debido a las pocas normas
regulatorias que existen en los mercados financieros.
3) El tercer movimiento consiste en pedir prestados una cantidad enorme de títulos de deuda pública en el mercado secundario.
El especulador obtiene así muchísimos títulos de deuda pública española
que se compromete a devolver pasado un tiempo. Pero antes de que llegue
el momento de devolverlos, los venderá de forma masiva y en un solo día
(las normas de los mercados financieros permiten hacer algo tan
estrafalario como vender títulos que te han prestado). La venta de
tantos títulos de deuda pública no pasará desapercibida, y los demás
inversionistas verán en ella una señal de que están empezando a
desconfiar de la solvencia del Estado español, puesto que parece que hay
mucha gente vendiendo los títulos de deuda pública española. Si esta
acción se acompaña de rumores y opiniones (por parte de expertos
relacionados con el fondo especulador, por ejemplo) que lanzan el
mensaje de que el Estado español tendrá problemas para afrontar sus
pagos, entonces el efecto será aún mayor, y los inversionistas
poseedores de títulos de deuda pública española se asustarán y venderán
ellos también todos los títulos que puedan. Como muchos agentes quieren
librarse de los títulos a toda costa, los venderán al precio que sea y
esto hará que pierdan mucho valor (por la ley de la oferta y la demanda;
cuantos más agentes ofrezcan algo, más bajará su precio).
Al mismo tiempo, nuestro especulador utiliza el dinero que ha
recibido por la venta de títulos de deuda española para comprar títulos
de deuda pública alemana, empujando al alza la valoración de estos
títulos alemanes (por la ley de la oferta y la demanda; cuantos más
agentes demanden algo, más subirá su precio).
4) El cuarto movimiento se produce de forma
automática: es el impacto que tiene el “caballo de Troya” instalado a
través de los CDS. Recordemos que nuestro especulador compró muchos
CDS (seguros) a un banco de inversión. Este banco de inversión (vendedor
de seguro) empieza a ver que el Estado español tiene más posibilidades
de quebrar. Puesto que se comprometió a entregar títulos de deuda
pública alemana a los compradores de CDS en el caso de que el Estado
español quebrara, lo que hace el fondo de inversión es comprar títulos
de deuda pública alemana para tener suficientes en su cartera (y también
vender títulos de deuda española porque tienen ya muy poco valor).
Estos dos movimientos reforzarán la senda iniciada por nuestro
especulador: venta masiva de títulos de deuda pública española (lo que
reducirá su precio) y compra masiva de títulos de deuda alemana (lo que
aumentará su precio).
5) El último movimiento consiste en recoger las ganancias realizadas por el movimiento especulativo. Nuestro
especulador compró muchos títulos de deuda alemana a un precio bajo, y
ahora que han aumentado mucho su valor los vende, obteniendo suculencias
ganancias. Además, ahora comprará títulos de deuda pública española a
precios muy bajos y los devolverá al agente que se los prestó en su día.
Pero para rematar la jugada venderá los CDS que compró al principio,
puesto que ahora se valoran mucho más ya que hay gente asustada que
quiere comprar seguros por si el Estado español quiebra. Más ganancias
al vender los CDS.
Así es cómo los especuladores actuaron y actúan para cosechar
beneficios mastodónticos al mismo tiempo que ponen a España y otros
países contra la espada y la pared al provocar un aumento importante de
sus primas de riesgo (ya que la confianza en sus títulos de deuda baja, y
la depositada en los títulos alemanes sube). Una actuación abominable y
criminal que está permitida por los grandes poderes públicos de los
países occidentales.
Notas:
(1) A 20 de febrero de 2013.
Eduardo Garzón
Saque de Esquina