Realidades consentidas y alentadas desde instancias políticas nacionales y supranacionales, como es el caso de los paraísos fiscales, la privatización de empresas y servicios públicos, la liberalización y desregulación a ultranza de los movimientos de capital y el comercio de alimentos y materias primas, la constitución de grandes conglomerados empresariales de carácter transnacional, etc., están en la base del actual desorden.
No obstante, ahora que hay acuerdo absoluto en la necesidad de intervención por parte del Estado, tanto de los responsables que han llevado a esta debacle (el gran capital transnacional y las autoridades políticas y económicas, en una combinación variable de acción y omisión), como de la gran mayoría de la ciudadanía que sufre las principales consecuencias negativas de las crisis alimentaria, energética, ambiental, migratoria y económico-financiera, AHORA, repetimos, es el momento de abrir espacios para el encuentro de diferentes sensibilidades con el fin de consensuar cómo salir de esta CRISIS SISTÉMICA, QUE NO COYUNTURAL.
Por el momento, apenas se atisban y definen las primeras medidas contra la crisis financiera que se están tomando en Estados Unidos y la Unión Europea, se observa una condescendencia e incluso connivencia con quienes han abocado el sistema al precipicio, llegando hasta el extremo de pagar con recursos públicos del conjunto de la ciudadanía los multimillonarios quebrantos financieros de una minoría acostumbrada a ganar a cualquier precio. Las medidas buscan salvar el barco del sistema capitalista a toda costa, aunque se quieran presentar y disfrazar con algunas propuestas engañosas de controles o incluso "nacionalizaciones". Cuando pase la coyuntura y las cosas vayan mejor se volverán a aflojar las riendas del control y a privatizar las instituciones semipúblicas. Tenemos experiencia del funcionamiento del sistema neoliberal en todos los países, y cuando las expectativas de altos beneficios vuelvan a aflorar, se presionará para retomar las privatizaciones al mejor postor.
La mayor parte de las medidas que se han tomado implican un proceso más o menos encubierto de socialización de pérdidas que está en el origen del pensamiento capitalista neoliberal, y que entiende perfectamente todo el mundo: ahora que hay pérdidas las pagamos entre todos (vía impuestos, reducción del gasto público, de los gastos sociales, aumentando la deuda pública,…). Pero cuando había beneficios (y todavía los hay), ¿dónde van a parar? ¿Alguien ha visto un duro de esos beneficios extraordinarios de los que se sigue pavoneando la banca y los banqueros españoles? Sirvan como ejemplo los siguientes datos: a) 20.000 millones de euros de beneficios de la banca española en 2007 (aumento del 20% respecto a 2006), b) los 10.000 millones de euros de beneficios previstos sólo por el Banco de Santander en 2008.
A continuación se señalan los anuncios y actuaciones llevadas a cabo por el Gobierno de España y las propuestas alternativas de ATTAC-España:
1) ¿MENTIRAS PIADOSAS O TOMAR DECISIONES IRRELEVANTES PARA QUE PAREZCA QUE SE ESTÁ HACIENDO ALGO FRENTE A LA CRISIS? En los últimos días, tanto la Vicepresidenta como el Ministro de Economía han lanzado mensajes tranquilizadores a quienes poseen depósitos bancarios, minimizando las posibilidades de que las quiebras de entidades financieras puedan producirse en España. Se trata en todo caso de afirmaciones gratuitas, pues no existe información de acceso público, fiable y contrastable respecto a la solvencia de las entidades financieras españolas. Basta recordar a este respecto, que algunos de los bonos emitidos por entidades que han quebrado recientemente estaban muy bien calificados por las empresas de “rating” que se dedican a evaluar la rentabilidad y riesgo de los activos financieros.
En la reunión del Presidente del Gobierno de España con los Presidentes de los grandes bancos y cajas de ahorro españoles, el Gobierno decidió aumentar el importe de los depósitos mínimos garantizados en caso de quiebra bancaria, a pesar de que las entidades financieras no veían conveniente esta medida. Y ello es en buena parte una medida de cara a la galería, pues en el caso de colapso del sistema (que es la situación a la que realmente nos estamos enfrentando) ningún Fondo de Garantía de Depósitos podría hacer frente a sus compromisos, pues su alcance está pensado sólo para quiebras puntuales y concretas. Es decir, sólo se vende humo, con la esperanza de que la mayor parte de la ciudadanía, desinformada en asuntos tan complejos como el que nos ocupa, crea que la medida aumenta la seguridad de su riqueza monetaria depositada en los bancos, pues una retirada masiva de depósitos como consecuencia del desplome de la confianza, sí que supondría la quiebra inmediata e irreversible del conjunto del sistema financiero.
Precisamente, la gestión de la información económica y financiera de los Gobiernos en tiempos de crisis nunca se ha caracterizado por la transparencia ni por el realismo, sino que ha buscado en todo caso ocultar o minimizar ante la opinión pública el verdadero calado de la crisis para frenar en lo posible la rapidez y la intensidad de su propagación.
Al final, todo consiste en acomodarse día a día a los nuevos datos económicos sin que parezca que ocurre nada grave. Hace unas semanas, horas después de que la Comisión Europea augurará recesión en España desde ya, el Vicepresidente Económico del Gobierno se despachaba diciendo que "Si la recesión sirve para limpiar la economía y remontar la situación, no tiene la mayor importancia". Con ello se refería a que lo único bueno de la crisis podría ser que aquellos sectores que han abocado a la misma (el de la construcción y el financiero) fueran saneados de raíz, lo que difícilmente va a ocurrir precisamente porque el Gobierno de España y todos los de los países enriquecidos están poniendo paños calientes para que quienes han jugado en el casino de la especulación durante los últimos años sigan jugando en el futuro.
PROPUESTA ALTERNATIVA: Poner freno al proceso de creación de dinero bancario mediante mecanismos que aumenten sustancialmente el coeficiente de caja que deben mantener las entidades financieras en el Banco Central, así como regular muy restrictivamente sus inversiones en activos financieros muchos de los cuales se han revelado carentes de respaldo alguno de una actividad productiva real. Constituir y potenciar una banca pública con auténtica responsabilidad social.
2) EN EL ÁMBITO FINANCIERO, LA MAYOR DIMENSIÓN DE LAS ENTIDADES IMPLICA MAYORES RIESGOS Y RESTRICCIÓN DE LIBERTAD PARA EL CONJUNTO DEL SISTEMA. El propio Presidente del Gobierno, en una reciente comparecencia en el Senado, como ejemplo de buen estado de salud del sistema financiero español, señalaba que el mayor banco de este país estaba acudiendo al rescate y compra de entidades financieras con problemas de otros países de Europa. Mucho nos tememos que esa actividad, más que denotar buena salud indicaría que en el actual río revuelto de las finanzas internacionales, todavía sigue siendo buen momento para apostar por la vieja fórmula de buscar beneficios a corto plazo sin tener en cuenta las consecuencias a largo plazo.
En los últimos años hemos asistido a una bacanal de fusiones, participaciones, OPAs amistosas y hostiles, alianzas “estratégicas”, privatizaciones, internacionalizaciones, etc. donde mayor dimensión era sinónimo de mejor, a pesar de que estas estrategias nos han mostrado su lado más salvaje en asuntos como la deslocalización, el urbanismo apisonador, el desmantelamiento interesado de filiales, el saqueo de recursos naturales, la privatización de servicios públicos esenciales como el suministro de agua, electricidad y telefonía. Los bancos y cajas de ahorro, junto a las constructoras y empresas de energía, han estado directamente implicadas en este escenario de especulación financiera que ha sido nefasto para el bienestar de la inmensa mayoría de la población.
PROPUESTA ALTERNATIVA: Establecer una regulación pública estricta sobre la dimensión de las entidades financieras y sus grupos empresariales, ya que permitir que aumente más y más su tamaño pone en peligro principios como los de la competencia y la independencia del poder político del poder del capital y los medios de comunicación.
3) CUANDO EXISTE LA OPORTUNIDAD DE CAMBIAR EL RUMBO, SE SIGUE APOSTANDO POR UN MODELO DE DESARROLLO AGOTADO. En los últimos meses, el Gobierno de España ha aprobado una serie de medidas de política fiscal, social, de apoyo al sector de la construcción, de inversión en infraestructuras públicas, etc., que en ningún caso suponen reformas estructurales de calado frente a la crisis sistémica que nos desborda, cuya manifestación última es de carácter financiero, y que se extiende como una mancha de aceite al sector real de la economía.
La medida anunciada por el Presidente del Gobierno de España de apoyar al sector de la construcción de viviendas con préstamos por importe de 3.000 millones de euros es un ejemplo de libro de cómo la intervención pública en la economía es aplaudida sin rubor cuando beneficia al gran capital especulador que juega en bolsa. ¿Tendrá esta medida algo que ver con que el actual Presidente de la patronal de la construcción (SEOPAN) fuera hasta hace sólo unos meses el Jefe de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno, o se trata sólo de una inocente coincidencia?.
Mientras tanto, industrias amables con el medio ambiente y básicas para la reconversión energética que pide a gritos el actual estilo de vida, generadoras de empleo en un entorno de crisis y paro como el que nos rodea, corren peligro de quedarse raquíticas en el camino o de venirse abajo cuando apenas han echado a volar. Valgan como ejemplo, las diferentes industrias ligadas a la energía solar fotovoltaica, porque los responsables del Ministerio de Industria y Energía no paran de hacer guiños al lobby nuclear y porque con la nueva regulación que proponen para el sector fotovoltaico van a rebajar significativamente el apoyo público a la generación de este tipo de energía. En los tiempos que corren, los recortes presupuestarios que se avecinan estarían detrás de la negativa a seguir apoyándolas como hasta ahora. Pero por otro lado, paradójicamente, el Gobierno de España y muchos autonómicos no paran de renunciar graciosamente a ingresos impositivos vía reducción y/o eliminación de impuestos directos que favorecen principalmente a las rentas altas (IRPF, Patrimonio, Sucesiones y Donaciones).
PROPUESTA ALTERNATIVA: Revisar y reforzar los mecanismos de regulación y control público de las entidades y los mercados financieros. Cambiar la tendencia y apostar por un sistema fiscal progresivo basado fundamentalmente en la imposición directa tanto de las rentas del trabajo como las del capital, pues éstas últimas tienen actualmente una fiscalidad preferente respecto a las primeras. Frenar de una vez la inercia del ladrillo en España, que apelando al empleo insostenible que ha generado (no a la destrucción ambiental, no al colapso de la economía de multitud de familias hipotecadas, no a los pelotazos y corrupciones que le han allanado el camino) pretende salvar el pellejo ahora como mejor pueda y mantener una buena posición en la parrilla de salida para cuando amaine el temporal. En su lugar, potenciar la vivienda pública protegida, haciendo especial hincapié en la rehabilitación de las existentes y en la fórmula del alquiler.
4) COEXISTENCIA DE DOS VÍAS DE FINANCIACIÓN: UNA ABUNDANTE Y PREFERENTE PARA LOS BANCOS Y OTRA RESTRICTIVA Y CARA PARA FAMILIAS Y PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS. Un tema donde se percibe a las claras el sesgo con el que el Gobierno está actuando ante esta crisis es la ausencia total de medidas que ayuden a paliar la grave situación por la que están pasando muchísimas familias hipotecadas para adquirir su primera vivienda como consecuencia de la subida de los tipos de interés de referencia y el aumento vertiginoso del desempleo. Desde hace un año, los principales Bancos Centrales del mundo están inyectando liquidez en forma de préstamos a las entidades financieras para paliar el primer estadio de la crisis que se manifestó como una “crisis de crédito” (desconfianza entre las entidades de crédito para efectuarse préstamos entre ellas). Sin embargo, esa ayuda recibida por las entidades financieras no ha sido prestada a su vez por éstas a sus clientes en forma de concesión de créditos en cantidad o de mejora cualitativa de las condiciones de los mismos, de manera que a pesar de que el tipo al que prestan los Bancos Centrales a los bancos permanece estable desde hace un año, el que cobran los bancos a sus clientes ha subido un punto en el mismo período de tiempo, al ir de la mano de la evolución del Euribor.
Estas mismas dudas nos asaltan ante el anuncio del Presidente del Gobierno de crear un Fondo con cargo al Tesoro para apoyar la financiación del sistema financiero con una aportación de 30.000 millones de euros, ampliable hasta un máximo de 50.000 millones de euros. Aunque se afirma que “se adquirirá de las entidades financieras activos españoles de máxima calidad, para garantizar que, a través de ellas, y con un horizonte temporal suficiente, la financiación llegue a empresas y ciudadanos”, por el momento nada se sabe sobre cómo se piensan deslindar los activos sanos de los contaminados, qué plazo de tiempo nos damos para visualizar buenos resultados y cómo se piensa hacer para que EFECTIVAMENTE, la financiación llegue a familias y empresas y no se desvíe a “tapar” otros agujeros más o menos ocultos de las entidades financieras.
PROPUESTA ALTERNATIVA: Impulsar la utilización de instrumentos tradicionales de política económica como el déficit público y la política monetaria, que ahora están autolimitados por reglas autoimpuestas (caso del déficit por el Pacto de Estabilidad de la UE) o secuestrados en manos de organismos supuestamente independientes (el Banco Central Europeo y la política monetaria). Tras el empacho de desregulación pública y de hipotecas privadas en los últimos años, seguir guardando en una urna estos instrumentos de política económica anticíclica es antisocial: por los límites que se ponen a mejorar los servicios públicos y las políticas sociales (en el caso del déficit) y por la brutal erosión de las rentas de tantas familias con hipotecas ante un Euribor al alza alentado por la política monetaria restrictiva del Banco Central Europeo, que lógicamente, tiene su contrapartida en el crecimiento continuado de los beneficios de ciertas entidades financieras, generando así una redistribución de renta desde las familias a los bancos bendecida legalmente por la regulación “estrictamente técnica” que la Unión Europea tiene establecida sobre el Banco Central.
En definitiva, las medidas de política que se están tomando al calor de los frenéticos acontecimientos de los últimos días, en nada están ayudando a reducir el riesgo de un colapso financiero total, y tampoco se está aprovechando esta situación para rearmar al Estado y reforzarlo ante el nuevo papel protagonista que le toca asumir en un nuevo orden internacional basado en relaciones de cooperación, paz y respeto por la naturaleza. Una verdadera pena. Un tiempo precioso que podemos volver a perder, sino hacemos algo para evitarlo.
Comisión de Justicia Fiscal Global de ATTAC-España - 09 octubre 2008
1 comentario:
¡Cuánta verdad!
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