Del listado de 31 países que la OCDE calificó de paraísos fiscales en
el año 2000 solo quedaban Niué y Naurú en 2012. Fenómeno sorprendente,
por lo tanto, el de comprobar que Gibraltar, Mónaco, Liechtenstein,
Mauricio, Seychelles, las islas del Canal, las Caimán, Bahamas o San
Marino hubieran pasado a la consideración de países limpios y de buen
comportamiento fiscal.
Todos ellos habían obtenido su certificado de buena conducta
acogiéndose a una de las cláusulas que la propia OCDE había establecido,
la de firmar al menos doce convenios sobre transparencia fiscal. En
muchos casos, la trampa ha sido evidente. Los paraísos fiscales
concluían tales convenios entre sí, con algún aditamento de país limpio,
generalmente poco influyente, e incluso se concluían acuerdos con
cierto tufo a compensación o soborno.
Trece años después de la anatematización de los paraísos fiscales, y
de las correspondientes promesas de erradicarlos, ha bastado la
filtración masiva de datos por parte del Consorcio Internacional de
Periodistas para comprobar que los tax havens (literalmente refugios -no paraísos (heavens)- fiscales)
gozan de muy buena salud. Y ello en plena crisis económica y
financiera, la que lleva acogotando a casi toda la Unión Europea. Que 130.000 individuos, procedentes de 170 países, guarden en tales refugios entre 15,4 y 23 billones de euros, según el último informe de Tax Justice Network, demuestran con nombres y apellidos que el presunto largo brazo de la ley no alcanza a toda la humanidad por igual.
Suiza, el paraíso tradicional al que casi siempre
se han encaminado las grandes fortunas, respiró aliviada al saber que
apenas el 0,05% de los componentes de esta jugosa lista de
multimillonarios en busca de ventajas y opacidad fiscal estaba en la
Confederación Helvética. El gobierno de Berna esgrimió el dato para
demostrar que los suizos sí han hecho los deberes.
Pero si Suiza ha dado efectivamente pasos hacia la transparencia y la cooperación fiscal su pasado paradisiaco fue
instado, consentido y fomentado históricamente por las tres potencias
con las que tiene frontera: Francia, Alemania e Italia, cuyos sucesivos
regímenes siempre vieron en las idílicas montañas helvéticas un lugar
ideal para poner a buen recaudo tesoros nacionales o particulares. Las
continuas guerras europeas y la constante modificación de fronteras
pusieron de acuerdo a monarquías y nobleza para disponer de un
territorio neutral, unánimemente aceptado y respetado, en el que incluso
retirarse físicamente en caso de derrocamiento o de persecución
política, esperando tiempos mejores y disfrutando mientras tanto de las
rentas puestas al abrigo.
Las grandes potencias aprovecharon su dominio para proteger a sus
multimillonarios. Tales han sido históricamente los casos de Francia
respecto a Mónaco; Italia y San Marino; y, por supuesto, los campeones mundiales, el Reino Unido, que ha esparcido a lo largo y ancho del planeta sus territorios paradisiacos: desde la isla de Man frente a Irlanda a Gibraltar en la punta sur de Europa, pasando por Jersey y Guernsey -en el Canal de la Mancha-, toda la ristra de islas del Caribe más el territorio de Belice -en suelo continental centroamericano-, Mauricio -en el Índico frente a las costas de África- y Singapur -en el extremo de la estratégica península de Malaca-
Los grandes evasores fiscales norteamericanos tuvieron en la Cuba
pre-castrista un paraíso ideal, sustituido desde entonces por las Bahamas, las Caimán y las Islas Vírgenes. Todo ello sin contar con que en su propio territorio está el microestado de Delaware,
incluido por Tax Justice Network en su propia lista de paraísos
fiscales. Miles de empresas están domiciliadas allí, incluidas algunas
españolas, bajo el argumento de que realizan su actividad fuera de
Estados Unidos, lo que les permite no pagar impuestos. No deja de ser
sintomático, por lo tanto, que el 40% de las empresas que cotizan en la
Bolsa de Nueva York tengan precisamente su domicilio fiscal... en
Delaware.
Sin salir de la Unión Europea, el caso de Chipre ha
puesto de manifiesto que el calificativo de paraiso fiscal no es
privativo de islas cálidas, de arenas blancas y cocoteros en la playa.
Ahí está el potente pequeño Estado de Luxemburgo, que
alberga 227.000 millones de euros en depósitos bancarios, cinco veces el
volumen de su PIB. Ya sean ricos multimillonarios, alemanes y
holandeses en gran parte, o empresas de todo tipo, pueden disfrutar de
estructuras jurídicas que les permite pagar un impuesto mínimo (holdings o
sociedades de participación financiera), y beneficiarse, claro está,
del secreto bancario. Pocos reprochan al boyante Gran Ducado su
cicatería a la hora de atender los requerimientos de las haciendas
extranjeras.
Y, en fin, ahí está también el caso del báltico Letonia,
miembro de la UE desde 2004 y aspirante a integrarse en la eurozona.
Las fortunas rusas que han escapado de Chipre han recalado en gran parte
en la coqueta Riga, donde más de la mitad de los 17.000 millones de
euros en depósitos bancarios corresponden a no residentes, es decir, un
20% más que en 2012.
Es, pues, evidente que las grandes fortunas, conseguidas legal o
ilegalmente, tienden a preservarse de contingencias, y en primer lugar
de los hachazos del propio fisco nacional. La denuncia global, como
ahora es el caso de las filtraciones, contribuirá sin duda a hacer más
difícil y costosa la antigua tranquilidad de que se disfrutaba en estos
refugios. Pero, aún así, los más poderosos seguirán intentando hacer lo
de siempre: guardar exclusivamente para sí lo que consideran solo suyo.
Lo que conlleva obviamente el estigma del robo a su comunidad de
procedencia, al evadir los impuestos correspondientes cuya carencia
recae en el resto de los contribuyentes.
La próxima reunión del G-8 -las ocho potencias teóricamente más
ricas del planeta- será en Gran Bretaña el próximo junio. Veremos
entonces, y a la vista del escándalo de este fraude planetario, si hay
verdaderas medidas de choque para erradicarlo o seguimos poniendo
parches, más o menos como siempre.
Pedro González,
Periodista, experto en Política Internacional. Fui director de Redacción de Euronews y fundador del Canal 24 Horas de TVE.
Zommnews.es
http://www.zoomnews.es/39611/actualidad/mundo/multimillonarios-y-paraisos-fiscales-union-indisoluble
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