Quien no sepa responder de corrido, que no se preocupe. La pregunta
tiene trampa. La denominada sociedad de gestión de activos procedentes
de la reestructuración bancaria (SAREB), ni es un banco (carece de
licencia como tal), ni, como casi nada en la vida, es malo en si mismo
(todo depende de para quién). La llamamos banco malo simplemente porque
así es como ha decidido denominarle tanto la prensa generalista como la
prensa económica especializada. Se trata de una traducción de
experimentos similares (que no iguales) que se han dado en el extranjero
y que se denominaron en términos genéricos como “bad bank” por incluir
activos problemáticos provenientes de entidades de crédito (el irlandés
NAMA es una de las últimas experiencias).
Si no es un banco, ¿qué es entonces la SAREB?
Esta sencilla pregunta no tiene una sola respuesta sino varias, pero
basta con dos aproximaciones relativas a su origen y a su relevancia en
términos económicos:
Es el fruto de uno de los compromisos asumidos por
el Gobierno español en el “Memorandum of Understanding” firmado con
Europa el pasado 20 de julio de 2012. En este documento sencillo y
sorprendentemente corto, a cambio de un rescate (o préstamo en
condiciones privilegiadas, como prefieren llamarle algunos) de hasta
100.000 millones de euros, el Gobierno asumió tres grandes compromisos
en relación con el sector financiero español: determinar las necesidades
de capital del sector bancario, establecer y ejecutar planes y
procedimientos para los bancos con problemas y segregar los activos
problemáticos de los bancos que recibieran ayudas, siendo este último el
germen de la actual SAREB.
Es una mera sociedad anónima, pero de enorme relevancia económica. La
SAREB se ha convertido en la mayor inmobiliaria europea con más de
50.000 millones de euros en activos (fundamentalmente préstamos y
créditos, activos inmobiliarios y participaciones en sociedades
inmobiliarias) provenientes de los bancos españoles nacionalizados o que
no fueron capaces de hacer frente a los requerimientos de solvencia sin
recibir ayuda estatal (entre otros, Catalunya Caixa, NCG, Banco
Gallego, Banco Valencia, mare Nostrum, Caja 3, Liberbank y la joya de la
corona, Bankia).
Entonces no es un banco, es una sociedad anónima esencialmente
inmobiliaria, pero ¿es mala o no es mala? Pues como antes se decía,
depende de para quien. Quizás más que cuestionarnos la bondad o no
intrínseca de las cosas, sería más acertado, aunque implique mayor
dificultad, plantearnos las preguntas que nos ayuden a entender la
SAREB, para así saber que posición debemos tomar ante ella. Por razones
de extensión y porque no es intención aquí adoctrinar a nadie, se
incluyen algunas notas introductorias para que cada uno profundice y
pueda formarse una opinión:
¿Quiénes son los accionistas de la SAREB?
Por imposición legal el accionariado de la SAREB sólo puede estar
formado por organismos gubernamentales o inversores institucionales y, a
la fecha, sus accionistas son el Fondo de Reestructuración Ordenada
Bancaria (FROB), la gran mayoría de bancos “sanos” españoles (salvo
BBVA), algunas aseguradoras (Mapfre, Mutua Madrileña, Cataslana
Occidente, etc) y dos o tres inversores extranjeros de largo arraigo en
España (Deutsche Bank y Barclays). La razón de dar entrada a capital
privado en la SAREB (lo que la diferencia del banco malo irlandés y
tendrá su efecto diferenciador en la toma de decisiones a futuro) no es
otra que la de evitar que la garantía del Estado que avala su deuda no
compute como déficit público, pero igualmente interesante son los
conflictos de interés que se generarán en su seno. Por un lado, el FROB,
aunque sin mayoría, es su máximo accionista, siéndolo también de la
mayoría de los bancos aportantes y, por otro, los accionistas privados
tienen un interés de rentabilidad en la SAREB, pero también tienen un
importante parqué inmobiliario en sus balances del que se quieren
deshacer.
¿Interviene el gobierno en la gestión del la SAREB?
Lo hace. No sólo porque ha sido el que ha dictado las normas que han
posibilitado su creación (curiosa y dudosa la costumbre de legislar a
través de Reales Decreto-ley que tiene últimamente el ejecutivo), sino
porque participa en los órganos de gobierno del FROB y porque forma
parte, junto con el Banco de España y la CNMV, de la Comisión de
Seguimiento de la SAREB.
¿Qué tiene que ver Europa y el Fondo Monetario Internacional en todo esto?
Mucho. La SAREB tiene su origen en el acuerdo firmado con Europa en
julio de 2012 y a nadie se le escapa que la Comisión Europa, el
Mecanismo Europeo de Estabilidad y el Fondo Monetario Internacional han
intervenido en el desarrollo legislativo ulterior. Es más, se han
establecido numerosos mecanismos de información y control para que la
troika pueda seguir de cerca todo el proceso y tome cartas en el asunto
si lo considera necesario. No nos engañemos, desde hace ya bastantes
meses, gran parte del sector bancario español está intervenido.
¿Hay alguien más que intervenga en la SAREB?
En cuanto a poder en la toma de decisiones, en principio no, pero
dada la reducida estructura de la plantilla de la SAREB (se estima que
quedará en entre 100 y 150 trabajadores) en comparación con el volumen
que debe gestionar, se han llevado a cabo y se seguirán produciendo
numerosos procesos de externalización. Aquí entran en juego las grandes
consultoras y los grandes despachos de abogados, pero quizás lo más
curioso es que, al menos de momento, la gestión directa y del día a día
de la mayor parte de los activos transmitidos a la SAREB se ha dejado en
manos de los propios bancos aportantes, es decir, de los que cabría
opinar que generaron el problema.
¿Qué papel jugará la SAREB en la economía española?
Dado su volumen, la SAREB será un jugador esencial en el mercado
inmobiliario de los próximos años. Puede que la SAREB sea utilizada por
el Gobierno como instrumento de política económica, para reactivar el
sector inmobiliario y tratar de atajar parcialmente la crisis, y es
cierto que hay cierta presión vendedora para evitar que la SAREB entre
en pérdidas (de nuevo el problema con el déficit), pero para ver que
papel jugará exactamente habrá que esperar, ya que, entre otras cosas,
el plan de negocios que inicialmente se presentó públicamente está
siendo revisado a fondo en estos días. En cualquier caso, no hay que
olvidar que la SAREB aun está en camino de analizar y empaquetar los
activos que ha recibido, que el periodo de tiempo que tiene para
deshacerse de los activos es largo (15 años), que entre sus objetivos
está minimizar la carga a los contribuyentes y recuperar valor y que
gran parte de su accionariado está formado por bancos sanos y
aseguradoras, que tienen su propia cartera inmobiliaria y que no querrán
afectar de manera significativa a sus precios de venta, por lo que
nadie debería esperar una venta masiva de inmuebles o grandes cambios en
los precios en el muy corto plazo.
¿Quién adquirirá los activos de la SAREB?
No está previsto que la SAREB venda directamente al público en
general (aunque para determinados tipos de activos lo esté haciendo poco
a poco a través de los bancos aportantes), sino que lo haga en grandes
paquetes a inversores institucionales. Dada la situación de la economía
española y los grandes incentivos fiscales que se han establecido ex
profeso para ellos, los adquirentes serán fundamentalmente inversores
institucionales extranjeros. Lo anterior se hará mediante venta directa o
mediante Fondos de Activos Bancarios (FAB), vehículos de inversión de
nueva creación de los que hasta la fecha aun no existe ninguno y que
merecerá la pena seguir de cerca y abordar en otra ocasión, aunque sólo
sea por el régimen fiscal que llevan asociados.
Sobre la SAREB se podría reflexionar mucho más, pero hay muchas otras
preguntas de índole político económico que flotan en el aire y que
también convendría abordar: ¿hasta qué punto se están experimentando en
España los procesos de resolución de entidades de crédito que en el
futuro se pretenden imponer a nivel europeo?, ¿qué tienen que ver los
bancos de los Länder alemanes con el retraso y/o paralización del
proyecto de consolidación de supervisión bancaria a nivel europeo?, ¿qué
está ocurriendo finalmente con la Tasa Tobin a nivel nacional y
europeo?, ¿qué cambios se están introduciendo en los requisitos de
honorabilidad y experiencia de las entidades de crédito y porque son tan
relevantes en algunos casos concretos de ámbito nacional?, ¿de verdad
se están respetando las nuevas reglas sobre sistemas de remuneración de
entidades financieras?, ¿qué otros vehículos de inversión se están
modificando para tratar de rescatar al moribundo sector del ladrillo?,
¿cómo evoluciona la reforma de la ley hipotecaria?, ¿cómo se originaron y
qué está ocurriendo con las preferentes? y un largo etcétera. Como
diría Robert Allen Zimmerman, los tiempos están cambiando y, o nos
ponemos a ello, o los cambiarán sin preguntarnos.
Madrilonia.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario