Según un informe del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa (ORSC), 18 de las 35 empresas del IBEX poseen empresas participadas en paraísos fiscales. La falta de transparencia y de control facilita dichas actividades.
Empresas del sector energético como Iberdrola o Gas Natural, de la construcción como ACS y Ferrovial, bancos como BBVA, Banco Popular, Santander o Banesto, y otras como Repsol YPF, PRISA, Inditex o Telefónica, son solo algunos ejemplos de las 18 empresas del IBEX 35 que, según un informe del ORSC, por algún motivo tienen presencia en países considerados paraísos fiscales. “Nos limitamos a revisar los anexos de cuentas de 2006 y comprobamos que estas empresas tenían algún tipo de actividad en centros off-shore”, afirma Orencio Vázquez, miembro del ORSC. No obstante, el estudio se limita a constatar la existencia de estas actividades: “es imposible profundizar más, ya que sólo contamos con las cuentas que están obligados a presentar a sus accionistas, por imposición de
“Cuanto más grande es la empresa, más posibilidades tiene de invertir en paraísos fiscales”, confirma Nuria Almirón, miembro de ATTAC y de
La banca en retroceso
En el año 2001, saltó a la luz pública uno de los mayores escándalos por cuentas bancarias en paraísos fiscales. Ese año quedó al descubierto que el BBVA había destinado 55,8 millones de euros en fondos de pensiones para ex consejeros ejecutivos, ocultos en paraísos fiscales durante 13 años, algo que solo reveló ante
Sin consecuencias jurídicas, situaciones como ésta han hecho levantar el pie de la inversión bancaria en paraísos fiscales. Los dos grandes bancos del Estado, BBVA y Santander, redujeron sus beneficios por actividades en centros off-shore, en 2006, un 49,8 y 83%, respectivamente. Las denominadas consecuencias “reputacionales”, el hecho de que estas cuentas no tengan fondos de garantía de depósitos, cuestión especialmente sensible tras la crisis de las subprime, y, sobre todo, que los países de origen de los capitales comienzan a ofrecer mayores ventajas fiscales son causa del descenso de las inversiones bancarias en paraísos fiscales. “La banca es intermediaria de todas las empresas que quieran invertir en Bolsa, por eso le va bien ese escenario de opacidad y mantiene un cierto nivel de inversiones”, afirma Nuria Almirón, para dejar claro que la banca no terminará sus actividades en estos centros.
Falta de transparencia
Precisamente, uno de los grandes atractivos de estos centros off-shore es la oscuridad que los rodea. “La transparencia es poca o nula, de tal manera que una empresa o un fondo de inversión de un particular no tiene que dar explicaciones de cuánto ha ganado ese año o de transacciones o adquisiciones de empresas que a lo mejor no son legales, porque en sus países de origen hay reglamentaciones que prohíben la acumulación de propiedad”, afirma Nuria Almirón, para quien las grandes compañías buscan algo más que la mera evasión fiscal. Esa misma opacidad ha impedido delimitar el número de paraísos fiscales existentes en el mundo. Aunque
La situación en el Estado español no ha mejorado demasiado en los últimos años, pues no existe una política centralizada de lucha contra la fuga de capitales a estos centros offshore. Según las organizaciones de inspectores de Hacienda,
“Una solución sería que las autoridades públicas no acepten hacer ningún tipo de negocio y que no concedan licencias o hagan tratos con empresas con una sola actividad en paraísos fiscales”, concluye Nuria Almirón.
Para los inspectores de Hacienda, las soluciones pasarían por medidas tales como no reconocer la personalidad jurídica de las sociedades erradicadas en estos territorios, instaurar una tributación del 24% en el Impuesto de Sociedades para las actividades que se tengan en estos territorios e incluso prohibir a las entidades bancarias que tengan filiales o sucursales en dichos territorios. En
F. Javier Aguayo - Periódico Diagonal
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