Un
nuevo día, un nuevo disturbio. Bienvenidos de regreso a la crisis de la
Unión Europea. La crisis en España se inflama nuevamente… Con estos
titulares los analistas económicos, financieros y políticos enfatizan
casi cotidianamente la incapacidad de los gobiernos europeos en resolver
la crisis de la zona euro (ZE).
Como
ya es usual en la Unión Europea (UE), cada “solución” de los
tecnócratas y políticos a la crisis da lugar a una ola de optimismo
bursátil y político que dura pocos días. Lo único constante es el avance
de la aplanadora de la austeridad, el hundimiento de las economías en
la recesión, el aumento del desempleo, la baja de la producción
industrial y de la recaudación fiscal, y la contrapartida lógica, el
aumento de la deuda de los Estados, como revela el análisis y las
gráficas publicadas en “In Europe, it’s Debt vs Jobs” (1).
La aplanadora rentista y la respuesta popular
El
futuro es tan previsible que en Portugal, según el diario Journal de
Negocios, un tercio de las medidas de austeridad que se aplicarán en el
2013 para bajar el gasto público serán producto de la recesión económica
causada por las medidas de austeridad aplicadas actualmente.
En
Francia, en el momento de escribir estas líneas, el desempleo ya
“franqueó la barra de los tres millones”, algo que hace 13 años no se
producía, y afecta a más de cinco millones si a los desempleados de
corta duración se integran los casi dos millones de cesantes crónicos y
demás categorías de personas sin trabajo (Le Figaro, 27 de septiembre).
En
Italia el avance de la crisis económica se manifiesta en la recesión
económica y el rápido descenso del nivel de vida: el gasto destinado a
los alimentos ha descendido al nivel de 1979, según un sondeo de
Codacons, una asociación de consumidores. Y un bajón similar ha tenido
lugar en las ventas de automóviles nuevos.
En
Grecia, donde la huelga general y las movilizaciones demostraron el
rechazo popular a las medidas de austeridad, la inflexibilidad de la
Troika puede conducir en las próximas semanas a la caída de la coalición
de centroderecha y a nuevas elecciones en un contexto de polarización
política que, según los sondeos, podría poner a la Coalición de la
Izquierda Radical (Syriza) en primer lugar, los conservadores de Nueva
Democracia en el segundo y el partido neonazi Aurora Dorada en el
tercero,
España,
donde la recesión se profundizó en el tercer trimestre y el repudio
social a las medidas de austeridad se manifiesta en todos los niveles de
la política, sigue sometida a una fuerte presión de parte del gobierno
alemán para que capitule y se someta al control de la Troika si quiere
acceder al fondo para recapitalizar sus insolventes bancos, o sea que
acepte que la ayuda que los bancos recibirán será deuda pública,
respaldada por el Estado español y a extraer de los contribuyentes
españoles.
En
síntesis, además de ser descargadas sobre las espaldas del pueblo,
mediante los despidos, aumentos de impuestos directos e indirectos,
reducción de los salarios y las jubilaciones, los recortes o eliminación
de programas sociales, y las ventas de bienes públicos, las
políticas de austeridad impulsadas por la Troika obligan a los
gobiernos centrales a estrangular fiscalmente a los gobiernos locales y
regionales, lo que explica el resurgimiento de los nacionalismos
regionales en España e Italia.
Desintegración de la integración europea
Si
la justificación política y moral que llevó a la creación de la UE era
poner fin de una vez por todas a las frecuentes disputas y guerras entre
las naciones que marcó la historia europea, y a contener los
regionalismos en el interior de las naciones, la realidad del modelo
actual de integración europea muestra que ese objetivo está en
entredicho.
Además
del aumento notable en todos los países del nacionalismo (en todas sus
formas, incluyendo el chovinismo), estamos viendo la resurgencia del
proceso de desintegración nacional en dos países: España e Italia.
La
opción de un referendo sobre la independencia está nuevamente el orden
del día en Cataluña, y en Italia el partido separatista Liga del Norte,
aliado de Silvio Berlusconi, ya presentó una moción en los consejos
regionales de Piamonte, Lombardía y Venecia para crear una “macroregión”
que será “fiscalmente independiente de Italia”.
En
realidad la posición de Alemania y sus socios nórdicos que defienden el
rígido sistema monetario de la ZE y las políticas de austeridad en la
“periferia”, está alimentando en prácticamente todos los países
sentimientos chovinistas que no se veían desde más de medio siglo, y
paralelamente esos sentimientos están permitiendo que se anclen, en
todos esos países, partidos y posiciones políticas destinadas a destruir
la UE.
Recorriendo un camino ya recorrido
En
febrero de 1933, cuando la Gran Depresión y su secuela de deflación,
desempleo y miseria azotaba a Estados Unidos (EE.UU.), los ricos y sus
representantes seguían exigiendo políticas de austeridad. En ese
contexto un banquero de Utah, Marriner Eccles, fue llamado por el
recientemente electo Presidente Franklin D. Roosevelt para rendir su
testimonio ante el Comité del Senado de Estados Unidos para la
Investigación de los Problemas Económicos. El testimonio de Eccles llevó
a las primeras políticas concretas del New Deal.
Lo
primero que Eccles dijo es que “antes de que se tomen medidas efectivas
para frenar los devastadores efectos de la depresión, es un deber
reconocer que el derrumbe de nuestro actual sistema económico se debe al
fracaso de nuestro liderazgo político y financiero para manejar
inteligentemente el problema monetario. En el mundo real no hay causa ni
razón para el desempleo y su resultante empobrecimiento y sufrimiento
de un tercio completo de nuestra población. Tenemos todo y aun más de la
riqueza material que teníamos en el pico de nuestra prosperidad, en el
año 1929. Nuestro pueblo necesita y quiere todo lo cual nuestros
abundantes instrumentos y recursos están en capacidad de proveerle. El
problema de la producción ha sido resuelto, y en el presente no
necesitamos más acumulación de capital () Tenemos la plantilla económica
capaz de proveer una superabundancia de no solamente todas las
necesidades básicas de nuestro pueblo, sino también el confort y el
lujo. Nuestro problema, en consecuencia, es puramente de distribución. Y
esto solo puede concretado proveyendo un poder de compra suficiente y
adecuado para que el pueblo pueda obtener los bienes de consumo que
nosotros, como nación, estamos en capacidad de producir. Para sobrevivir
el sistema económico no puede servir a otro propósito. (2)
En
1942, cuando la segunda Guerra Mundial estaba a mitad de camino y las
economías de EE.UU. y Gran Bretaña se encontraban sometidas a una
planificación central como parte de las políticas del New Deal, el
economista polaco Michal Kalecki analizó la necesidad de la intervención
gubernamental mediante programas de inversiones públicas para asegurar
el pleno empleo, y los argumentos explícitos e implícitos de la clase
capitalista para oponerse a esa intervención estatal siguen siendo de
una actualidad sorprendente.
Kalecki
destaca que aun cuando los economistas reconocen que el pleno empleo
puede ser logrado mediante el gasto gubernamental, siempre hay una
oposición política intensa, incluso entre los “expertos económicos”, a
la intervención gubernamental, y formula tres razones: 1) aversión a
la interferencia del gobierno en el problema del desempleo como tal; 2)
aversión a la dirección del gasto del gobierno (inversiones públicas y
los subsidios al consumo); 3) aversión a los cambios sociales y políticos resultantes del mantenimiento del pleno empleo (3).
Al
enumerar esas aversiones Kalecki destaca que bajo el sistema de
laissez-faire, el neoliberalismo, la oposición a la intervención
gubernamental es justificada de diversas formas: porque los capitalistas
no quieren perder el control indirecto que tienen sobre las políticas
del gobierno; porque si las áreas de intervención del gobierno en la
economía son estrechas existe el peligro de que el gobierno se vea
tentado a nacionalizar áreas “para ganar nuevas esferas en las cuales
efectuar inversiones”; porque tratándose de subsidios al consumo se
afecta el más alto principio “moral” del capitalismo, que exige “ganar
el pan con el sudor de la frente”.
Al
analizar el tercer punto, la aversión a los cambios sociales y
políticos resultantes del mantenimiento del pleno empleo, Kalecki
destaca que “en efecto, bajo un régimen permanente de pleno empleo, la
cesantía cesará de jugar su papel de medida disciplinaria. La posición
social del patrón será socavada y crecerá en la clase trabajadora la
autoestima y la conciencia de clase”, y aunque esto lleve a
aumentar las ganancias de los capitalistas industriales y solo pueda
“afectar a los intereses de los rentistas”, lo que está en juego es “la
disciplina en las fabricas” y la “estabilidad política”, las “dos cosas
que los hombres de negocio aprecian más que las ganancias. Es el
instinto de clase que les dicta que el pleno empleo perdurable es poco
sano para sus puntos de vista y que el desempleo es parte
del sistema capitalista” .
El dirigismo financiero
En
los países que desarrollaron a fondo el “capitalismo industrial” y que
hacia finales o después de la segunda Guerra Mundial, por la existencia
de la Unión Soviética y de una alternativa posible al modelo
capitalista, instauraron las políticas del “Estado benefactor”, ha
habido en las últimas décadas una definitiva “mutación” hacia otra forma
de capitalismo, un “capitalismo rentista” dominado por una
identificable oligarquía financiera (4).
En
una reciente entrevista el economista y académico estadounidense
Michael Hudson puntualiza que en la práctica, el actual neoliberalismo
dominado por las finanzas ha simplemente logrado desplazar la
planificación económica de las manos de los gobiernos para ponerla en
las manos de Wall Street y otros centros bancarios (5).
El
principal objetivo de este dirigismo financiero, o sea de la
planificación de las economías, es beneficiar a la oligarquía rentista,
no favorecer a la ciudadanía y a la economía real de producción y
consumo, señala Hudson, quien destaca la importancia de reconocer y
analizar, en este crucial viraje de la planificación central, que los
objetivos del sector financiero son opuestos a los del sector público:
“Los gobiernos democráticos buscan aumentar el empleo, la producción y
los niveles de vida. Pero, al dejar la planificación central en manos de
los bancos, como quieren el Banco Central Europeo y el Consenso de
Washington, la democracia es reemplazada por la oligarquía”.
Y
es entonces, según Hudson, que la planificación central asume la forma
de austeridad, de bajar los salarios y los niveles de vida. La crisis
económica así provocada es utilizada por esta oligarquía financiera como
oportunidad para apropiarse de cualquier propiedad aun bajo el dominio
público, como las infraestructuras, bienes inmobiliarios, derechos de
explotación de los yacimientos minerales, e incluso la creación de
nuevos monopolios para vender y utilizar esos ingresos para pagar las
deudas.
Ese
es el peligro, como quedó en claro en los discursos que las presidentas
de Brasil y Argentina, Dilma Rousseff y Cristina Fernández, dieron ante
la Asamblea General de la ONU.
Dilma
Rousseff dijo que “la opción de las políticas fiscales ortodoxas no
aseguran el crecimiento. La política monetaria fue el único elemento, lo
que aumentó el desempleo y la pobreza”. Cristina Fernández destacó que
“la crisis de estos últimos años descorrió el velo. La causante de la
crisis global fue la administración financiera de capitales sin ningún
tipo de control”.
La Vérdiere, Francia.
Notas
y en Alainet “El ejercito laboral de reserva se subleva” http://alainet.org/active/50286&lang=es
3.- Michal Kalecki, Political Aspects of Full Employment (1942)
4.-
Los académicos Robert G. Eccles y George Serafeim presentan un cuadro
que define esa oligarquía: mil empresas transnacionales que en 2010
lograron ganancias por 32 billones de dólares y 500 firmas financieras
que tienen más de 42 billones de dólares en activos, o sea una riqueza
que excede el producto interior bruto (PIB) anual del mundo, que según
el Banco Mundial fue de 69 billones 970 mil millones de dólares en 2011.
(http://www.bloomberg.com/news/2012-09-11/top-1-000-companies-wield-power-reserved-for-nations.html) o en Rebelión (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=156454)
5.- Entrevista con Michael Hudson: http://www.athensnews.gr/issue/13512/58168
- Alberto Rabilotta es periodista argentino - canadiense.
http://www.alainet.org/active/58244&lang=es