Los medios de comunicación están tratando de hacer creer que se basa en un desgraciado caso aislado y que se resolverá con el consiguiente castigo de su responsable. Pero ATTAC considera imprescindible que los ciudadanos sepan que si bien este caso es extremo por el procedimiento piramidal tan burdo en que se ha basado, no es un simple accidente, sino la expresión de la metástasis generalizada que gangrena a las finanzas internacionales.
El verdadero peligro de los fondos que manejaba Madoff radicaba en que se movilizaban hacia hedge founds, productos financieros muy arriesgados y de alta rentabilidad que se basan precisamente en su continuada titulización piramidal. Y unos fondos que, a pesar de que movilizan a miles de millones de dólares, apenas si tienen que ver con el funcionamiento de la actividad productiva y la economía real.
Prueba de que se trata de una actividad muy generalizada es que en esos fondos de Madoff habían invertido los bancos más poderosos del mundo y a cuya disposición están los expertos y analistas mejor informados. Entre los españoles se encuentra, al menos, el Banco de Santander.
En consecuencia, y con independencia del daño que ahora crea la situación generada por Madoff, la cuestión principal estriba en que es el conjunto de las finanzas internacionales el que está minado por ese mismo tipo de riesgos. Y es esta situación general la que debe ser resuelta si es que no se quiere que sigan sucediéndose nuevos y próximos episodios de más o menos la misma naturaleza.
Ante la situación creada, ATTAC vuelve a pronunciarse de la misma forma en que viene haciéndolo siempre, aunque ahora contando desgraciadamente con multitud de evidencias para corroborar el rigor y la exactitud de sus planteamientos. Es preciso cerrar el casino en que se han convertido las finanzas internacionales y crear un espacio público financiero que garantice urgentemente el flujo de los fondos necesarios a la actividad productiva. Es imprescindible combatir la actividad especulativa, eliminar los medios que la potencian, facilitan e incentivan, como los paraísos fiscales, la desregulación y la carencia de instituciones de control y gobierno internacional.
Y, sobre todo, hay que negarse radicalmente a que sean los ciudadanos los que asuman el coste de la crisis en favor, precisamente, de quienes la han provocado. No se puede seguir consintiendo que los estados pongan recursos de los contribuyentes a disposición de los bancos para que estos, cuando les venga en gana, los trasladen con un coste mayor a los propios contribuyentes. Los actuales planes de ayuda y rescate basados en este principio son una inmoralidad gigantesca y expresan una desfachatez inaceptable.
Finalmente, ATTAC denuncia la (arriesgadísima) actividad especuladora a la que se han venido dedicando los bancos españoles, como ahora acaba de demostrarse en el caso del Banco de Santander, afectado de lleno por haber invertido sin miramientos en los fondos de Madoff. Y reclama con la máxima firmeza que el gobierno exija de los bancos la máxima transparencia y que expresen realmente cuál es su verdadera situación y su grado de contaminación para que no se sigan poniendo recursos públicos, extraordinariamente necesarios para otros fines, en manos de bancos irresponsables y ahora quizá insolventes.
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