miércoles, 24 de diciembre de 2008

El gobernador del Banco de España defiende el casino financiero

“No debe impedirse la inversión en alto riesgo de los ricos”. Con ese titular la agudeza periodística resume una de las afirmaciones más graves del gobernador del Banco de España en una autocalificada primera entrevista concedida a El País (21/12/2008), una exclusiva del grupo mediático al que estuvo vinculado el entrevistado en su etapa en el banquillo. Unas manifestaciones que, con la que está cayendo, no pueden pasarse por alto.

El gobernador enfatiza su reconocimiento de lo que ya es obvio, que estamos en “la crisis financiera más importante desde la gran depresión. Como crisis económica aún no es la más importante, pero financiera, sí; no ha habido nada parecido. Lo que estamos viviendo es de dimensiones históricas, con características globales, porque nadie se ha librado de ella”. E incluso admite sus efectos perversos que hacen que “la desconfianza es total” aunque no se adentra en las causas ni saca ninguna consecuencia práctica ni teórica que le concierna por su cargo, porque es un “espectador”.

Luego, con el proceder propio de los altos funcionarios y de los tecnócratas, el entrevistado manifiesta que “permitir la inversión en alto riesgo a grandes patrimonios no es perjudicial para el funcionamiento del sistema; el problema surge cuando se deja entrar al inversor que no está informado. Habría que impedir que el inversor normal pueda ser atrapado en este tipo de tramas; pero ¿se debe impedir que las grandes fortunas puedan invertir en productos de alto riesgo?”, se pregunta a sí mismo. Y le inquiere el periodista: “¿Usted que piensa?”. Y el gobernador contesta “Que no. Hay que proteger a quien no puede protegerse por sí mismo. Prohibir las inversiones de alto riesgo bajaría el potencial de la economía mundial”.

Si tenemos en cuenta que este gobernador del Banco central español no esta hablando de arriesgadas inversiones en I+D+I, ni en transporte intergaláctico u otras inversiones productivas de resultados muy aleatorios, sino que lo afirma para las inversiones financieras por no decir especulativas, resulta revelador su querencia por la economía del casino financiero que es la que ha generado la crisis económica que padecemos y que desde Attac hemos venido denunciando hace ya casi una década. Algo más que un problema de “cultura financiera” y de iniciados.

Vale que defienda la libertad en los juegos de azar y de los casinos prohibidos en otro tiempo; pero resulta muy inquietante que un gobernador de Banco central defienda la libertad absoluta y el descontrol de los mercados financieros. Porque esa libertad financiera para jugarse los cuartos puede aceptarse para la ruleta, el póker y los casinos recreativos o de lujo, donde por cuantiosas que puedan resultar las pérdidas del jugador carecerán de repercusión en el sistema económico.

Pero representa una amenaza social esa defensa que hace el gobernador del casino financiero, cuando sigue vigente un modelo en el que la actividad del casino está tan imbricada con el sistema financiero que rige la economía real que, como demuestra la experiencia que atravesamos, las pérdidas en ese juego financiero globalizado se están traduciendo en falta de créditos a las empresas y a los particulares y contaminando con incertidumbre todo la economía real. Mientras, ese modelo global sitúa a los gobiernos en la impotencia frente al predominio de la banca y los operadores financieros.

¿Cómo se pueden sostener tales afirmaciones cuando los ahorradores españoles, pequeños y grandes, que invirtieron en valores cotizados en bolsa, de empresas que siguen siendo rentables como lo eran antes, han perdido un 40 o un 50 % de sus ahorros desde que estalló la crisis de las subprimes?

Más aún, con suficiencia sostiene el gobernador en la referida entrevista que “aquí tenemos 150 bancos, casi 50 cajas de ahorros y 85 cooperativas de crédito y no ha habido ningún problema”. O lo que es lo mismo, nos está diciendo que no es un problema que el gobierno español haya tenido que dedicar un buen número de millones de dinero público a comprarle activos a la banca, que haya decretado un aval para su endeudamiento y que a pesar de todas esas medidas de emergencia, gran cantidad de empresas estén cerrando o se vean amenazadas de cierre porque la banca no facilita los créditos que alimentan la economía real.

Que “el problema es que los bancos no se fían unos de otros” es un Mediterráneo que nos descubre el gobernador, para afirmar a continuación que en años recientes “la explosión del crédito no se debió a que el Banco de España no hiciera nada (para evitarlo) sino que a que durante mucho tiempo los tipos de interés tan bajos estimularon el endeudamiento” y que tampoco pudo hacer nada en materia de sus competencias en los ámbitos de la supervisión y regulación. Y todo eso lo dice sin cuestionar al BCE ni la institucionalización de la UE y sin añadir la mínima argumentación. Siguiendo la mejor tradición funcionarial de defensa de lo establecido.

¿Con qué cara se puede afirmar a estas alturas que a los bancos “cuando no tienen dificultades, hay que dejarles que hagan lo que quieran”?. Dicho de otro modo, hay que dejarles que se autorregulen en tiempos de bonanza porque, cuando cambien las tornas y se acerquen al precipicio de la quiebra, estará allí el dinero público para rescatarles impidiendo que se nos caigan a todos encima. Es la nueva doctrina del nuevo socialismo para ricos y capitalismo neoliberal para los pobres.

Eso sí: el entrevistado no nos explica por qué los impagos de unas hipotecas sin garantías en Illinois han hecho perder valor a las inversiones en bolsa de muchísimos ahorradores. Pero, como medidas contra la crisis financiera global y considerando que es su obligación como gobernador del Banco de España, recomienda “la liberalización y privatización de un montón de actividades” y llevar a cabo una reforma del “mercado de trabajo” que revise la negociación colectiva con el fin de que el convenio colectivo no obligue a aquellos que no lo han negociado, ¡¡ignorando que cuando se eso sucede es porque la empresa o empresas han logrado borrar al sindicato del mapa!!.

He ahí las muestras prácticas de la independencia de los Bancos centrales que dejamos que introdujeran nuestros neoliberales de derecha e izquierda, sin darnos cuenta que el objetivo era la privación de recursos legales y políticos a los gobiernos democráticamente elegidos, que en adelante estarían sometidos al juicio severo de la banca y de los mercados financieros. Y por si eso fallaba, durante los años noventa nos cambiaron aquella Comunidad europea por el “espacio financiero europeo” llamado Unión Europea, pero sin fronteras para el capital ni supervisor para la banca y las bolsas.

Asombran estas manifestaciones del gobernador neoliberal defendiendo lo que ya se ha demostrado indefendible. Porque hace pocos días el máximo exponente del fundamentalismo del libre mercado, el mismísimo Bush declaraba ante las cámaras de televisión, en una especie política de confesión ante-mortem, que los hechos le habían obligado a renunciar a sus principios neoliberales para impedir el colapso del sistema creado por esos principios.

Juan H. Vigueras - Sistema Digital

miércoles, 17 de diciembre de 2008

ATTAC España considera insuficiente el análisis de la Fundación Ideas sobre la crisis sistémica

Comunicado de ATTAC España ante el informe de la Fundación IDEAS del PSOE

El pasado viernes 12 de diciembre vio la luz un Informe de la Fundación Ideas del PSOE, que concluye en forma de “Decálogo de reformas para responder a una crisis sistémica“. Después de su lectura, desde ATTAC-España queremos manifestar que el mismo contiene análisis útiles para comprender y enmendar la cadena de despropósitos que han conducido a la actual crisis sistémica, pero también recoge planteamientos que no traducen el cambio de paradigma que se alega como necesario para una respuesta política a una crisis sistémica; como se pone de relieve en las soluciones propuestas para ciertos temas fundamentales relacionados con el actual desorden financiero.

No se han tenido en cuenta opiniones y/o estudios de personas y organizaciones comprometidas con la izquierda social, crítica y transformadora, y sí aparecen como redactores del Informe algunos destacados gurús de las finanzas, el gran capital mediático y los mercados de valores, que hace poco más de un año lo veían todo de color de rosa. No pueden aportar nuevas ideas para transformar de raíz esta sociedad quienes han ayudado a definir y construir la arquitectura financiera, económica y mediática que está derrumbándose.

Con la autoridad moral que legítimamente corresponde a Attac, por haber denunciado desde su constitución el dominio financiero de la economía real que ha llevado a la actual crisis financiera y económica, tenemos que destacar en este Comunicado dos puntos importantes que lamentablemente se recogen de modo ambiguo, impreciso e incompleto en el referido Informe:

1. Sin entrar en aspectos técnicos discutibles, Attac-España considera que las medidas para UNA NUEVA REGULACIÓN FINANCIERA tienen que plantearse desde el Estado español y asimismo desde Europa; de manera que los gobiernos europeos recuperen la autoridad que perdieron y hoy no tienen sobre los bancos y los operadores financieros nacionales mediante dos medidas básicas:

a) La modificación del artículo 56 del Tratado de la Comunidad Europea que prohíbe a los Estados miembros de la Unión Europea que restrinjan los movimientos de capitales extracomunitarios (”entre Estados miembros y terceros países). Porque es un precepto que limita la capacidad de acción de los gobiernos frente a los centros financieros extraterritoriales, conocidos como paraísos fiscales, que incentivan la evasión fiscal y protegen el blanqueo de dinero sucio.

b) Urge la introducción inmediata de un organismo de supervisión europeo para todas las operaciones bancarias y financieras transnacionales; y para el control de los productos financieros y para la máxima transparencia de los mercados y para una política comunitaria contra la delincuencia financiera. Hemos de considerar que a medio plazo, el lema de “Más Europa” significa una institucionalización europea y supraestatal democrática entre aquellos Estados miembros de la UE que la asuman para poder disponer de un cierto gobierno económico al menos en el Eurogrupo, que vaya más allá de la emisión del euro.

2. Cuando se habla de mejorar la regulación financiera desde el Estado, el Informe se decanta por “Eliminar las áreas de impunidad y los paraísos fiscales“, y señala una serie de iniciativas que desde los Estados podrían llevarse a cabo para tal fin, y que desde Attac estimamos pertinentes siempre que sean instrumentadas con determinación desde el marco del Estado. Tenemos que recordar que en Carta de Abril de 2005, Attac-España se dirigió al Secretario de Estado de Economía mediante un escrito, acompañado de casi cuatro mil firmas de ciudadanos, que solicitaban del gobierno español el no reconocimiento legal en España de las sociedades ficticias registradas en paraísos fiscales; escrito reiterado al Presidente del gobierno al año siguiente sin éxito hasta la fecha.

Asimismo, no podemos aceptar esa especie de amnistía tributaria (en el informe se habla de “regularización fiscal progresiva”) para los capitales que abandonasen los paraísos fiscales, una práctica ya experimentada por gobiernos europeos que ha demostrado su ineficacia además de la pérdida de ingresos públicos

Pero, sobre todo, consideramos rechazable la idea del aplazamiento de cualesquiera medidas contra los paraísos fiscales hasta el año 2015, cuando es conocido que el proyecto de la OCDE del 2000 contra las prácticas fiscales perjudiciales preveía la eliminación de los paraísos fiscales antes de la terminación del año 2005, sin que hasta la fecha se haya producido el informe final sobre el proyecto; y sin que el gobierno español lo haya reclamado de esa Organización internacional de la que forma parte.

En fin, en la misma línea de lo suscrito por el Gobierno de España cuando la Declaración de la Cumbre del G-20 de noviembre pasado ni siquiera se atrevió a llamarlos por su nombre, denominándolos eufemísticamente “jurisdicciones no cooperadoras y poco transparentes”. Las fundaciones auspiciadas por partidos políticos que se autodenominan progresistas o de izquierda no deberían de ser sólo buenas palabras de cara a la galería, o análisis más o menos certeros.

Día tras día las finanzas, la economía y la sociedad se desmoronan estrepitosamente (por ese orden), y no percibir la urgencia de medidas radicales que saneen de raíz toda la maldad, la violencia y el engaño que hay detrás de los paraísos fiscales es un verdadero crimen de Estado. Al ritmo que lleva la descomposición del sistema, en 2015 puede que el virus del neoliberalismo haya llevado a pique las esperanzas de mucha gente humilde y honrada, y así, las buenas ideas se habrán fundido, cual bombilla cansada de alumbrar.


lunes, 15 de diciembre de 2008

ATTAC exige transparencia a la banca española ante el nuevo escándalo financiero en EE.UU.

Comunicado de ATTAC España sobre el "escándalo Madoff"
Las autoridades de Estados Unidos acaban de descubrir que el inmenso entramado financiero del gestor de fondos Bernard L. Madoff es un monumental fraude, calificado por las propias autoridades como de "proporciones épicas". Hasta el momento se calcula que afecta a inversiones por valor de unos 50.000 millones de dólares procedentes de todo el mundo que habían ido obteniendo una gran rentabilidad pero, según se ha descubierto, sin ninguna consistencia y solo a base de crear una gran "pirámide" en la que con las inversiones más recientes se pagaban los intereses de las anteriores.

Los medios de comunicación están tratando de hacer creer que se basa en un desgraciado caso aislado y que se resolverá con el consiguiente castigo de su responsable. Pero ATTAC considera imprescindible que los ciudadanos sepan que si bien este caso es extremo por el procedimiento piramidal tan burdo en que se ha basado, no es un simple accidente, sino la expresión de la metástasis generalizada que gangrena a las finanzas internacionales.

El verdadero peligro de los fondos que manejaba Madoff radicaba en que se movilizaban hacia hedge founds, productos financieros muy arriesgados y de alta rentabilidad que se basan precisamente en su continuada titulización piramidal. Y unos fondos que, a pesar de que movilizan a miles de millones de dólares, apenas si tienen que ver con el funcionamiento de la actividad productiva y la economía real.

Prueba de que se trata de una actividad muy generalizada es que en esos fondos de Madoff habían invertido los bancos más poderosos del mundo y a cuya disposición están los expertos y analistas mejor informados. Entre los españoles se encuentra, al menos, el Banco de Santander.

En consecuencia, y con independencia del daño que ahora crea la situación generada por Madoff, la cuestión principal estriba en que es el conjunto de las finanzas internacionales el que está minado por ese mismo tipo de riesgos. Y es esta situación general la que debe ser resuelta si es que no se quiere que sigan sucediéndose nuevos y próximos episodios de más o menos la misma naturaleza.

Ante la situación creada, ATTAC vuelve a pronunciarse de la misma forma en que viene haciéndolo siempre, aunque ahora contando desgraciadamente con multitud de evidencias para corroborar el rigor y la exactitud de sus planteamientos. Es preciso cerrar el casino en que se han convertido las finanzas internacionales y crear un espacio público financiero que garantice urgentemente el flujo de los fondos necesarios a la actividad productiva. Es imprescindible combatir la actividad especulativa, eliminar los medios que la potencian, facilitan e incentivan, como los paraísos fiscales, la desregulación y la carencia de instituciones de control y gobierno internacional.

Y, sobre todo, hay que negarse radicalmente a que sean los ciudadanos los que asuman el coste de la crisis en favor, precisamente, de quienes la han provocado. No se puede seguir consintiendo que los estados pongan recursos de los contribuyentes a disposición de los bancos para que estos, cuando les venga en gana, los trasladen con un coste mayor a los propios contribuyentes. Los actuales planes de ayuda y rescate basados en este principio son una inmoralidad gigantesca y expresan una desfachatez inaceptable.

Finalmente, ATTAC denuncia la (arriesgadísima) actividad especuladora a la que se han venido dedicando los bancos españoles, como ahora acaba de demostrarse en el caso del Banco de Santander, afectado de lleno por haber invertido sin miramientos en los fondos de Madoff. Y reclama con la máxima firmeza que el gobierno exija de los bancos la máxima transparencia y que expresen realmente cuál es su verdadera situación y su grado de contaminación para que no se sigan poniendo recursos públicos, extraordinariamente necesarios para otros fines, en manos de bancos irresponsables y ahora quizá insolventes.

domingo, 14 de diciembre de 2008

¿Financieros o simplemente estafadores?

Acaba de saltar el (hasta ahora) último escándalo financiero. El inversor estadounidense Bernard L. Madoff es uno de los más admirados gestores de fondos e inversiones financieras, por no decir el que más. Cientos de multimillonarios y de bancos invertían en sus fondos, dedicados principalmente a movilizar los llamados hedge founds (valores muy arriesgados y precisamente por ello muy rentables). Entre ellos, y en grandes cantidades, el Banco de Santander.
En los últimos años, Madoff ha proporcionado ganancias multimillonarias en forma de tipos de interés muy elevados pero ahora se ha sabido que lo hacía a base de crear una "pirámide" de las que generalmente se cree que solo engañan a los tontos del pueblo y a pocos más. Con el dinero de los nuevos inversores pagaba los intereses a los anteriores y ahora todo se ha descubierto.
Nada mejor que esta experiencia (que no va a ser la última puesto que hay muchas entidades más que han venido realizando este tipo de actuaciones, de forma más o menos sibilina) para mostrar que las grandes finanzas de nuestra época no son sino una gran estafa, un juego de casino en que todos se hacen trampas entre ellos y que en sí misma se basan en una mera trampa. Consisten en mover virtualmente los fondos para cubrir unas operaciones con otras y generar beneficios de forma puramente contable, sin que haya de por medio actividad productiva alguna que genere valor real.
Y en esas operaciones no están involucrados solamente los viciosos de la especulación, los multimillonarios aburridos y dedicados solo a ganar dinero. No. Los que invierten en esos fondos, los que dedican los recursos a esas finanzas vacías e intrínsecamente fraudulentas son los grandes bancos (y por supuesto los españoles, como se acaba de conocer), las grandes compañías multinacionales, los fondos de inversión..., es decir, los llamados inversores "institucionales" que en lugar de estar generando recursos para la actividad productiva, para los empresarios y los consumidores, los dedican a realizar inversiones de casino en favor de ellos mismos o de sus clientes más privilegiados.
Ahora, una vez más, se producirán quebrantos patrimoniales en estos bancos, tal y como viene sucediendo en los últimos meses. Y de nuevo reclamarán el rescate y la ayuda de los poderes públicos: ellos pierden nuestro dinero en el casino y nosotros ponemos dinero nuestro para que vuelvan a hacer lo mismo y puedan seguir repartiéndose beneficios.
Nos querrán hacer creer que el caso de Magdoff es aislado pero eso no es así. Su fraude es particular por su inmensa envergadura pero hay más, ha habido más, bajo una forma u otra pero siempre con la misma naturaleza básica. Lo que ahora acaba de descubrirse es la versión extrema del fraude financiero de nuestros días, el engaño palpable y elemental. Pero el hecho de que los banqueros más poderosos del planeta, y los que precisamente por ello tienen los mejores analistas, hayan caído en una elemental pirámide muestra un hecho esencial: no se trata de un accidente sino de la consecuencia de que se ha generalizado la estrategia constantemente orientada a sacar rendimiento de donde sea sin pararse a pensar ni sobre sus consecuencias sobre la economía y la sociedad ni sobre sus riesgos sobre los propios inversores. Bancos gigantescos como el Santander se han dejado lleva por la misma avaricia que arruina a las victimas del "tocomocho". Al final, a Botín le pasa lo mismo que al cateto al que engañaba Tony Leblanc con el timo de la estampita en las películas del franquismo: con tal de tener más dinero se tira a la piscina sin mirar si tiene agua.
La sociedad no puede seguir aceptando una situación como esta en la que cada dos por tres se destapa un fraude y, sobre todo, en la que ya no es posible disimular por más tiempo que los bancos se ha ido al garete por irresponsabilidad, mala gestión y avaricia desmedida. Hay que tirar de la manta. Tenemos el derecho a pedir cuentas, a saber lo que han hecho con nuestro dinero los grandes bancos y cuál es el volumen de riesgo que han acumulado y dónde. Y no podemos consentir que se siga dando dinero público a los bancos para que los bancos, primero lo tengan en depósitos más rentables y, luego, cuando les venga en gana, nos lo presten a tipo de interés. Es una desfachatez inaceptable y hemos de reclamar decencia a los gobiernos para que pongan orden y aseguren que los efectos de la gestión avariciosa e irresponsable lo paguen quienes la han llevado a cabo, no los contribuyentes.
Juan Torres López. Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla. Su web personal: http://www.juantorreslopez.com

Juan Torres López, Comité de Apoyo de Attac, Rebelión

¿Y si contáramos con una banca pública?

Todos los ojos están puestos sobre los bancos. ¿A qué esperan para regar con liquidez el desierto crediticio de nuestra economía? ¿Cuántas facilidades añadidas necesitan para cumplir con su parte en la estrategia de la reactivación económica? Lo cierto es que la actitud de los banqueros está generando en la sociedad española incomprensión y ansiedad, cuando no cabreo. Hasta el punto de que cada vez son más los que echan de menos una banca pública comprometida con el interés general, más allá del cálculo alicorto del inmediato beneficio privado.

El análisis es unánime. La falta de liquidez crediticia está estrangulando la actividad económica, condenando al cierre a muchas empresas viables y engrosando las listas del paro a un ritmo preocupante. Los esfuerzos institucionales, de Bruselas a Madrid, procuran el estímulo y la ayuda al sistema financiero para que el dinero fresco llegue a las empresas y a las familias, con las debidas garantías. Los tipos de interés oficial bajan; se hacen públicas nuevas cifras de beneficio positivo para la banca; el Gobierno decreta el aval millonario para las operaciones crediticias; el erario público adquiere activos bancarios por valor de decenas de miles de millones…

Nada parece suficiente para convencer a los bancos de que cumplan con su deber y ayuden a salir de una crisis que ellos mismos provocaron. ¿Por qué tanta resistencia? Es evidente que los productos basura que acaban de estallarles en las manos han minado la confianza en el mercado financiero. Y empieza a ponerse en evidencia también que quizás sus cuentas no están todo lo saneadas que presumen, por lo que probablemente necesitan colocar las inyecciones públicas de liquidez en la satisfacción de sus propias deudas o en la provisión de algunas alegrías pasadas que enturbian el horizonte.

No cabe mirar a las Cajas de Ahorro. Se ha enfatizado tanto la sospecha sobre su carácter cuasi público, se ha puesto tantas veces en cuarentena su supuesta heterodoxia, que hoy día no hay directivo de Caja que no actúe conforme a estrictos criterios de banca comercial. Para bien y para mal.

Sí cabe, no obstante, atender a otros datos en el escenario internacional. Como subraya Jordi Sevilla, el principal accionista bancario en el mundo hoy es el Gobierno de los Estados Unidos de América, merced a las recientes nacionalizaciones. Y el Gobierno USA, como el resto de los Gobiernos que mantienen en sus manos instrumentos de actuación directa en el estratégico mercado del crédito, está utilizando sus resortes para engrasar la máquina del reparto de dinero. Otra noticia significativa procedente de la meca capitalista: los ahorradores norteamericanos están adquiriendo masivamente letras del Tesoro público al ¡0% de interés! Lo cual quiere decir que se fían bastante poco de los bancos tradicionales…

Si no se cuestionan ahora las recetas clásicas del neoliberalismo, evidentemente fracasadas, ¿cuándo podrá hacerse? La última reunión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Madrid movería a la hilaridad, si no tuviéramos entre manos el drama del estancamiento económico y el paro. Los mismos gurús que hace un año pronosticaban un crecimiento para el PIB español superior al 2% en 2009 ( y del 1,2% aún el pasado mes de julio), dicen ahora que nuestra economía “entrará en recesión en 2009″. Y tras semejante ejercicio de clarividencia, vuelven a recetar “un esfuerzo de liberalización en los mercados más rígidos”. No necesitamos metereólogos que nos anuncien el tiempo de hoy después de abrir la ventana, y menos aún aquellos que nos recomiendan bañador y bronceador cuando está nevando.

No se trata de reeditar viejos panfletos revolucionarios. Nadie está proponiendo tampoco que se expropien y nacionalicen bancos que no suponen riesgo alguno para el interés general. Pero sí merece la pena reflexionar sobre la conveniencia de disponer, como disponen otros países, de un instrumento público con capacidad para actuar en un sector estratégico de nuestra economía en el sentido que dicta el interés común. Porque, ¿qué papel estaría jugando hoy una entidad como Argentaria si no se hubiera privatizado?

Rafael Simancas - Sistema Digital

lunes, 8 de diciembre de 2008

¿Qué hacemos con los bancos y Cajas de Ahorros?

La reunión que ayer mantuvo el vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes, con los más importante representantes del sector bancario es una muestra más de la patética situación económica en la que vivimos. Desde hace meses, los bancos centrales y los gobiernos han puesto cientos de miles de millones de dólares (más de dos billones calculan algunas estimaciones) a disposición de la banca mundial tratando de que ésta lleve a cabo la función que en teoría le corresponde: financiar a empresarios y consumidores. Han sido insuficientes para evitar el cierre del crédito y no han podido evitar que, sin la financiación necesaria, la actividad productiva se precipite en una crisis que a medida que se vaya agudizando no va a tener parangón con ninguna otra anterior.

Como antes habían hecho los responsables gubernamentales de otros países, ayer Pedro Solbes instó "a las entidades financieras a trasladar cuanto antes a familias y empresas las medidas de apoyo a la financiación, puestas en marcha por el Gobierno", según el comunicado oficial de su Ministerio. Pero, por mucho que lo implore, Solbes no va aconseguir que eso ocurra. La banca española (y las cajas de ahorro que en lugar de seguir una lógica de servicio público se han limitado a clonar el modelo de la banca privada) sufre el mismo mal que el resto de la banca mundial: fueron al casino y allí perdieron su capital.

Aunque puede que eso ocurra aquí en menor medida, como consecuencia de la política más conservadora del Banco de España, ese es el mal que también afecta a nuestras entidades financieras.

Buscando la rentabilidad se inmiscuyeron en el juego especulador, desnaturalizaron su función y en lugar de intermediar entre el ahorro y la actividad productiva lo hicieron entre el ahorro y los mercados financieros especulativos a través de operaciones muy arriesgadas que al final salieron mal, como no podía ser de otro modo, y las han descapitalizado.

Ahora, las entidades se enfrentan a un doble problema. Por un lado, disponen de menos liquidez como resultado de sus pérdidas patrimoniales y, por otra, tienen menos acceso al crédito interbancario porque entre todas han creado un clima de tanta desconfianza que nadie presta a nadie. Y así, ahora es imposible que haya disponibilidades para proporcionar a la economía real toda la financiación que necesita.

Las ayudas de los bancos centrales y el rescate de los gobiernos es insuficiente por varias razones. Primero, porque la descapitalización es tan grande que ha convertido a los bancos en una especie de sacos sin fondo. Segundo, porque cuando las rescatan siguen haciendo lo mismo: seguir moviendo la rueda de la titulización (es decir, de la generación de papeles sobre papeles) o limitándose sencillamente a generar dividendos con esas ayudas.

Finalmente, porque las exigencias que plantea la crisis en curso crecen más que las disponibilidades que se les ofrecen a los bancos para que éstos las pongan a disposición de empresarios y ahorradores.

La situación, pues, es complicadísima. Los dirigentes gubernamentales y los banqueros no pueden reconocer claramente todo esto y actuar en consecuencia porque podrían provocar un caos colosal y conflictos sociales sin precedentes cuando la gente se diera cuenta de que los bancos no solo han perdido sus inversiones de rentabilidad variables (fondos de inversiones, acciones, etc.) sino incluso sus propios depósitos.

Además, cualquier solución medianamente resolutiva tendría que ser adoptada a nivel internacional y eso tiene dos dificultades principales. Una, que no hay organismos con capacidad y legitimidad suficientes para adoptarlas. Otra, que la situación de los diferentes subsistemas bancarios es muy distinta y no sería fácil adoptar soluciones que fueran, como es necesario que sea, sistémicas y al mismo tiempo apropiadas a cada territorio.

Para colmo, en estos momentos se está tratando por igual a todas las entidades financieras cuando es evidente que no todas ellas están en la misa situación. Sería necesario que se hiciera transparente la realidad pero ¿cómo lograrlo sin producir también por esta vía un descalabro financiero en cadena? Los bancos han hecho saltar por los aires el sistema financiero mundial. No funciona, y la actividad económica no puede sobrevivir sin financiación. Esta es la cuestión y, como acabo de señalar, tiene un arreglo muy problemático.

Se podrán ir poniendo paños calientes y los gobiernos podrán ir inyectando fondos para paliar los efectos del paro y la recesión, pero el cáncer que ha hecho enfermar a la economía (la morbidez del sistema bancario) sigue sin más tratamiento que el engañabobos que representan las inyecciones de liquidez, los planes de rescate, los avales, la compra de activos tóxicos... que al fin y al cabo dejan intacta la lógica perversa que provocó la crisis.

Lo que se precisa es regenerar el sistema financiero y para que eso pueda lograrse es imprescindible establecer nuevas reglas y mucha mayor disciplina financiera, limitar radicalmente la capacidad de crear dinero de los bancos y estableciendo mecanismos que garanticen que el ahorro fluya a la actividad productiva y eviten su fuga a la especulación financiera. Pero es evidente que no es posible que eso se logre, por mucho que se quisiera, a corto plazo. Hacen falta instituciones, negociación y una voluntad de cambio que seguramente no aparezca hasta que la crisis no se haga mucho más letal de lo que hasta ahora viene siendo.

Los gobiernos pueden limitarse a seguir instando a los bancos a que sean buenos y hagan lo que debieran hacer pero eso no va a resolver nada. Si de verdad quieren evitar la catástrofe deben intervenir inmediatamente nacionalizando entidades financieras y recuperando la lógica de servicio público que debe presidir el funcionamiento del sistema financiero, incluso cuando se lleve a cabo por entidades privadas.

Lo que hace muy poco parecía una utopía de jóvenes radicales hoy día es una exigencia elemental para que la economía mundial (¡e incluso el propio beneficio capitalista!) siga funcionando: acabar con los paraísos fiscales, con la desregulación financiera, con la libertad de movimientos de capital, con la desfiscalización y la renuncia al Estado y, por el contrario, establecer impuestos sobre los capitales especulativos, crear bancos públicos que garanticen la financiación y someter a los privados a una severa política de reservas y coeficientes de inversión es el único punto de partida eficaz para resolver la crisis. No hay otra alternativa al desastre financiero que han creado los bancos. Instarles a que sean buenos es algo peor que una simple ingenuidad.

Juan Torres López. El Plural



jueves, 4 de diciembre de 2008

¿Qué crisis? ¿Qué respuestas puede dar el Sur?‏

La actual crisis mundial se desencadenó en el Norte como consecuencia de la crisis de las hipotecas subprime en 2007, en Estados Unidos. Y esta última se originó a su vez en las deudas privadas en dicho país. Los bancos y agencias de crédito hipotecario habían creado un monstruoso montaje de deudas que finalmente colapsó, iniciando así la crisis financiera cuyas repercusiones todavía persisten. El rescate de los bancos en Europa es claramente su consecuencia; y la onda de choque de la crisis de 2007 y sus réplicas continuarán haciéndose sentir.

La crisis, nacida en los países del Norte, Estados Unidos y Europa, no es sólo financiera sino también económica, es decir que afecta directamente la economía real, la producción. Hay una crisis en el sector de la construcción en Estados Unidos, España, Gran Bretaña e Irlanda y se extenderá a otros países. Muchos puestos de trabajo en este sector peligran, en particular los que ocupan inmigrantes, especialmente latinoamericanos (ecuatorianos, bolivianos, etc.) en Estados Unidos o en España. Las pérdidas de empleos serán numerosas en este sector, por lo que bajarán las remesas de los emigrantes a sus países de origen, y sus familias se verán muy afectadas.
Si bien esta crisis económica estalló en el Norte, sus efectos se harán sentir en el Sur. Las industrias del Norte tendrán que reducir la producción al disminuir el consumo, y esta caída de la producción provocará una menor demanda de petróleo, gas y materias primas (minerales). Acabará la cadena con una caída del precio de los productos primarios -cosa que ya está pasando desde mediados de septiembre de 2008-. Desgraciadamente, esta reducción de precios hará bajar los ingresos de los países en desarrollo.

La crisis alimentaria mundial tiene también su origen en el Norte

Aparte de esta crisis financiera y económica existe también una crisis alimentaria, que afecta directamente a los pueblos del Sur, en donde los precios de los alimentos han aumentado un 100%, e incluso un 300%, en el caso del arroz. Pues bien, un 80% de la población de muchos países del Sur, y me refiero, en particular, a los más pobres, especialmente en el África sahariana, dedican un 95% de sus ingresos a la compra de alimentos. Esta gente ya no puede comer lo necesario. Por lo tanto, hay un fuerte aumento del número de personas que pasan hambre; decenas de millones de personas incrementan el ejército de hambrientos. Antes de que estallara la crisis, había ya 820 millones de personas con hambre en el planeta. Pero además están las personas subalimentadas. Con esta crisis, la población que está en una situación de inseguridad alimentaria aumentó en más de 140 millones de personas.

¿Cuál es la causa de esta crisis alimentaria?

Una vez más, el origen está en el Norte. Los industriales de los agronegocios del Norte convencieron a los gobiernos de Washington, de la Unión Europea y de otros Estados europeos de que subvencionaran la producción de agrocombustibles a partir de maíz, trigo, colza, soja o remolacha. Por consiguiente, un gran volumen de productos alimentarios se desvía a la producción de agrocombustibles, causando una caída significativa de la oferta de cereales y otros alimentos en el mercado con el consiguiente enorme aumento de los precios.

Además, este aumento de precios se reforzó porque, de nuevo, en el Norte grandes inversores institucionales (bancos, compañías de seguros, fondos de pensión) comenzaron a especular en un sector de los mercados financieros donde antes no eran activos: el denominado “mercado a plazo de los cereales” así como los respectivos de petróleo y gas. Es importante recordar que hay tres Bolsas en el mundo que fijan los precios de los alimentos (en particular de los cereales) en los mercados a plazo. Son las Bolsas de Chicago, de Kansas City y de Minneapolis. Los precios a plazo de los cereales contratados en Estados Unidos en estas Bolsas se reflejan en todo el mundo y no solamente sobre el precio a plazo y sino también sobre el precio actual, el precio al contado. En resumen, la producción de agrocombustibles, por una parte, y por otra, la especulación en el mercado a plazo de los alimentos causaron la crisis alimentaria que padecemos.

No olvidar la crisis climática cuyos efectos son muy graves

La cuarta crisis, es la climática. Se podría tender a olvidarla estas últimas semanas debido a que la crisis financiera está en el centro de interés en el Norte y que la crisis alimentaria atenaza en el Sur el estómago de decenas de millones de personas y moviliza las energías de centenares de millones de otros cada día. En la medida en que no hubo catástrofes ambientales impresionantes en los últimos meses, dejó de hablarse del cambio climático. Pero el cambio climático está presente y tiene efectos inevitables a lo largo del tiempo. No se los percibe necesariamente como desastrosos y rápidos pero allí están. La subida del nivel medio de los océanos afectará a la población de toda la cuenca de un país como Bangladesh, donde viven 150 millones de personas. Más de la mitad de la población de este país vive a nivel del mar o un poco por debajo porque hay diques de protección. En los 10 años venideros, los efectos serán terribles. Cité Bangladesh, pero podría haber citado otras regiones del Sur.

Aquí también, el origen de esta crisis está al Norte: la culpa es del modelo de desarrollo productivista capitalista. Por supuesto, este modelo también existe en el Sur, pero el Norte ha producido una cantidad fenomenal de contaminación atmosférica desde el principio de la revolución industrial. La gente oye que se habla de liberación de gases de efecto invernadero y en consecuencia piensa en la emisión actual, pero hay recordar que los gases de efecto invernadero, que resultan de las actividades industriales, se concentran en la atmósfera desde hace dos siglos. Es decir, es la concentración desde ese momento la que pesa más, no los gases liberados de hoy (que por supuesto es necesario reducir). Pues bien, aunque China emite cada vez más gases de efecto invernadero, sería un error decir que son los chinos o los indios con su desarrollo son tan responsables como Estados Unidos o Europa del cambio climático, ya que aplican el modelo de desarrollo productivista. Los responsables son los países que fueron la cuna de la revolución industrial, que con el método de consumo lunático acarreó, por ejemplo, los coches individuales y el despilfarro de combustibles fósiles.

Si el Norte es el lugar geográfico de origen de las cuatro crisis, el sistema capitalista es la causa fundamental

En resumen, se tienen cuatro crisis: financiera, económica, alimentaria y climática, que afectan a todo el planeta pero cuyo origen se sitúa en los países del Norte. Después de haber comprendido esto, no es necesario dar más vueltas, ya que no sólo son estas crisis lo que tienen en común el Sur y el Norte, también comparten un régimen económico, el sistema capitalista que domina la totalidad del planeta. Hasta hace unos treinta años se hablaba de un campo socialista o comunista, pero desde entonces, el bloque soviético -Rusia, los países de Asia Central, los de Europa del Este- volvieron a integrar, junto con China y Vietnam, el sistema capitalista. Las cuatro crisis que acabo de analizar esquemáticamente, deben considerarse directamente como efectos del sistema capitalista mundializado (sistema que se originó también, históricamente, en el Norte).

Cuando las cosas van mal en los países del Norte, su repercusión es negativa en los países del Sur
Por supuesto, el capitalismo más pujante es todavía el de los países más industrializados del Norte. Las economías de Estados Unidos, Europa y Japón representan un 60% de la economía mundial, mientras que en estos países vive solamente el 15% de la población mundial, y tienen una superficie bastante reducida en la escala planetaria. Sin embargo, cuando las cosas van mal en los países del Norte, eso se refleja en los países del Sur.

¿El Sur pagará indefectible los platos rotos de esta crisis?

En realidad, ya está pagando algunos, pero ¿esto se amplificará necesariamente o se presenta una oportunidad para protegerse? He aquí un punto importante de mi exposición: el Sur debe y puede perfectamente protegerse de algunos de los efectos de estas crisis, aunque no sea de todos. Con relación a la crisis financiera, es necesario que los países del Sur tomen medidas contra la libertad de movimiento de capitales y, en particular, contra la fuga de capitales hacia el Norte. Los países del Norte tienen una enorme necesidad de liquidez y las empresas del Norte repatrían un importante volumen de capitales hacia sus países para sanear las cuentas de los bancos, de las compañías de seguros. Para hacer frente a esta fuga, los países del Sur deben bloquear estos flujos e instaurar, como hace Venezuela desde 2003, un estricto control sobre los movimientos de capitales y sobre las operaciones de cambio de sus monedas. Esto también protegería sus monedas y evitaría que sean víctimas de ataques especulativos.

Los países del Sur no deben seguir el ejemplo de los gobiernos de los países europeos y de EE.UU., o sea, inyectar enormes cantidades de dinero público para salvar los bancos privados sin tomar su control, haciendo regalos a los banqueros corruptos, a los banqueros ladrones.
¡Los países del Sur deben hacer otra cosa! :

- Instaurar un control público sobre el sector bancario privado (es decir, estatizarlo, nacionalizarlo) y negarse a poner dinero para salvar banqueros privados. Poner dinero para proteger el ahorro, esto es lo que tendrían que haber hecho los países del Norte, y por otro lado recuperar el coste de la protección del ahorro y del sistema bancario descontando una suma equivalente del patrimonio de los grandes accionistas y administradores de bancos. Obviamente, con los grandes accionistas no es necesario limitarse a tomar lo que dejaron en sus bancos, ya que, en general, vaciaron las cajas antes de llamar al Estado en su ayuda. Es necesario entonces establecer un catastro de las fortunas de los grandes accionistas en todos los sectores de la economía y recuperar el coste generado para salvar el sistema bancario.

- Es necesario también dotarse de un banco del Sur para depositar las reservas de cambio y financiar el desarrollo humano de los países del Sur sin tener que seguir pidiendo préstamos a los mercados financieros del Norte, sin tener que pedir un solo dólar más al Banco Mundial y al FMI o a otras instituciones financieras completamente controladas por los países del Norte. Un banco del Sur podría financiar reformas que no interesen al capital privado, como, por ejemplo, una reforma agraria o la aplicación de una política de soberanía alimentaria. Se podría también utilizar dinero público para o renovar profundamente el hábitat existente, o para construir un nuevo hábitat adaptado a las condiciones de vida de las poblaciones interesadas. Eso crearía mucho empleo y mejoraría la calidad de vida. Se trataría de financiar proyectos que valen realmente la pena: por ejemplo, entre otros, el establecimiento de una industria farmacéutica de medicamentos genéricos.

- Es necesario realizar la auditoría de la deuda pública, tanto la interna como la externa, y declarar soberanamente la nulidad de las deudas ilegítimas suspendiendo su pago. Es el momento propicio para constituir un frente de los países del Sur para no pagar la deuda. Es también necesario abandonar el Banco Mundial y el FMI.

- Habría muchas cosas que añadir a lo dicho, como la necesidad y la posibilidad de crear un conjunto de intercambio y trueque “Sur-Sur”, entre los países del Sur. Se puede tomar como un ejemplo posible África Occidental. Países como Malí, Níger y Burkina no tienen acceso al mar, ni petróleo, pero producen algodón, además de oro (Malí) y uranio (Níger). Nigeria, que tiene acceso al mar produce petróleo y exporta todo su crudo a Estados Unidos o Europa, que a su vez reexportan derivados refinados a Nigeria, Malí, Burkina y Níger. Obviamente, sería mucho más atinado hacer intercambios entre Nigeria, que refinaría y transformaría su propio petróleo en distintos derivados y Malí, Burkina y Níger, que podrían desarrollar una industria textil para transformar su algodón. Se intercambiarían entonces productos nigerianos derivados del petróleo por productos textiles de esa parte de África Occidental, sin pasar por el mercado mundial. Es absolutamente razonable. Lo que hace falta es la voluntad política.

- Es necesario que los dirigentes del Sur, bajo la presión popular, rompan con el modelo neoliberal y rompan con el esquema capitalista, pero, y este es el quid de la cuestión, en general, estos dirigentes están muy satisfechos de vivir en el sistema capitalista y de aceptar las recomendaciones de Washington y Bruselas, del Banco Mundial y del FMI. Es necesario que los pueblos se organicen, se saquen de encima si necesario estos dirigentes, y los sustituyan por mandatarios, democráticamente elegidos, que se comprometan a aplicar un modelo de desarrollo adaptado a las necesidades de la población local. Que utilicen las debilidades de los países y de las instituciones del Norte, empantanados en la crisis que ya sabemos, para reforzar la fuerza de los pueblos del Sur.

Artículo publicado en la página web de CADTM