ATTAC España apoya la huelga del sector público convocada por los sindicatos el día 8 de junio. Ya hemos expresado nuestra firme oposición al “plan de ajuste” del Gobierno que, sumiso a la doctrina neoliberal que defienden la Unión Europea y el Fondo Monetario internacional, recorta el sueldo de los trabajadores y trabajadoras y la inversión pública cuando España se encuentra a la cola de los países de la UE en inversión en gasto social y en porcentaje de empleados en servicios públicos.
No hay razones científicas que justifiquen la reducción del gasto público, la reforma laboral que se prepara, la privatización de servicios o de las pensiones. Solo se busca privilegiar la capacidad de acción de las grandes empresas y de los mercados financieros. Buscan ganar más, como siempre, pero ahora necesitan hacerlo sin trabas políticas porque para incrementar sus beneficios van a tener que hacer cada vez más barbaridades y destrozar de modo más evidente la economía, el medio ambiente y la justicia social. Lo que está en juego no es solo una cuestión salarial, ni un recorte más o menos grande a los gastos de Estado. Lo que peligra es la democracia y la libertad.
La ciudadanía y los mercados financieros especulativos libramos una pugna que definirá quién mandará en el sistema económico, social y político que emergerá tras la crisis. Los Planes de Ajuste responden a una estrategia bien calculada de debilitar la acción pública y todo aquello que refuerza la capacidad de respuesta y defensa de los trabajadores y de la ciudadanía en general.
Planes de ajustes como el propuesto por el gobierno de España, que golpean a las clases trabajadoras para salvaguardar los beneficios de las grandes fortunas, de los ricos y de los especuladores, demuestran que las promesas de ‘reformar al capitalismo’ expresado en foros antidemocráticos como el G-20 durante las fases iniciales de la crisis eran solo burdas mentiras. Los mercados especulativos han conseguido imponer la voluntad de seguir con el ‘capitalismo de casino’ que nos ha llevado a la crisis, y cuyas consecuencias se quieren ahora que paguen las clases populares.
Los bancos están obteniendo beneficios multimillonarios con la especulación -basada en rumores que ellos mismos lanzan- o con la complicidad de algún Gobierno, como ha pasado con Hungría recientemente. Ahora disponen de una situación de privilegio frente a los gobiernos, porque éstos deben recurrir necesariamente a ellos para obtener recursos imponiéndoles condiciones políticas draconianas. Ese es el origen de los planes de ajuste que los gobiernos que han cedido a estos chantajes están aplicando y que van buscando, sobre todo, disminuir la capacidad de respuesta de la ciudadanía. Si de verdad se quisiera dinamizar la actividad económica y el empleo no se frenaría la demanda, ni se permitiría que el dinero de los bancos vaya a otro sitio que no sean las empresas y familias. Si verdaderamente se quisiera crear condiciones para cobrar la deuda en el futuro no se debilitaría la capacidad potencial de crecimiento de las economías.
Los bancos y los grandes especuladores no quieren que se cambien las condiciones de plena libertad en las que actúan en los mercados internacionales. Saben perfectamente que las crisis se van a hacer cada vez más reiteradas y fuertes y por eso tratan de evitar que haya vías de respuesta social. Lo que les podría incomodar en el futuro es que haya poderes representativos a través de los que la ciudadanía pudiera hacer frente y responder a lo que está por venir y que no es otra cosa que un continuo desorden financiero y una pérdida de estabilidad y de bienestar.
Nos esperan tiempos de más pobreza, más recortes sociales y más desafección de los ciudadanos a la democracia, del que sólo podrá salirse si se aúna un esfuerzo de organización y movilización social -no sólo en España sino en la zona euro primero, y mundial después-, una capacidad de elaborar propuestas y demandas colectivas, y una elaboración intelectual capaz de ofrecer respuestas a la amenaza de la dictadura incontestable de las estructuras económicas, sociales y políticas que sostienen al neoliberalismo.
ATTAC apoya la convocatoria de huelga de los sindicatos porque hay que desarmar a los mercados financieros especulativos para defender la democracia y el bienestar de las personas.
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